domingo, 3 de diciembre de 2017

En Venecia, celebrando 20 años de casados. 25,11.2017



Tomamos el Water Taxi hasta el
Hotel Al Riali


¡Hola! En este domingo de blog, les platico sobre nuestro cuarto viaje a Venecia. El tercero para celebrar los 20 años de casados. Hace 13 años viajamos por primera vez con nuestra bebé, en ese entonces. Hoy ella tiene 13 años. En noviembre del 2015 viajamos con nuestras dos hijas por segunda ocasión. Este noviembre del 2017 fue la tercera vez que viajamos todos a esta romántica ciudad.

Precisamente por nuestra hija mayor, no fuimos durante el fin de semana del 11 y 12 de noviembre, como acustumbramos, pues ella tuvo un concierto en donde participaba con su grupo de canto de la escuela secundaria. Lo cual me permitió asistir por primera vez a un Congreso de Fitness en la ciudad de Basilea, Suiza, donde vivimos.

Fue así que el 25 y 26 de noviembre, celebramos nuestro viaje de Aniversario de Casados, el número 20 en esta ciudad mágica de Italia.


Nos levantamos a las 5 de la mañana



El 25 el viaje empezó nuy temprano. Nuestra hija mayor tuvo su último concierto el viernes 24 por la noche. Así fue que no pudimos volar el viernes por la tarde desde Basilea. Por suerte, el sábado 25 había un vuelo desde Zurich, Suiza, a las 7:40 de la mañana. Por eso nos levantamos a las 4:40 de la mañana para llegar puntuales al aeropuerto de Zurich.


Empezaba el fin de semana en Venecia
Aquí estábamos en el Water Taxi






¡Oh Venecia, tú eres tan especial!

Todo funcionó de maravilla. No tuvimos ningún retraso con la aerolínea Swiss. Disframos nuestro chocolate y bebida caliente y llegamos hasta el Aeropuerto de Venecia. Marco Polo. Nuestras maletas llegaron. De todas maneras viajamos con nuestras pijamas, por si acaso nuestras maletas no llegaban.

A las 8:40 llegamos a Venecia. Compramos nuestro boleto para viajar en el Water Taxi. Ese caminito nos encanta. El taxi nos dejó en las puertas del Hotel Al Riali. Nos sentimos como en casa. Por desgracia no pudimos subir a nuestra habitación. Tuvimos que esperar hasta las tres de la tarde, hora oficial de entrada, Pero dejamos nuestas maletas y nos fuimos a disfrutar la ciudad. Lo primero que visitamos, fue el Puente Rialto.




Hotel Al Riali
Nuestro cuarto fue con el balcón con banderitas





Puente Al Rialto
Esta vez lo vimos sin andamios ni reparaciones
Sencillamente hermoso





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Nos fuimos a tomar un capuchino al café. Esta vez lo acompañamos con Canolis. Rellenos de crema. Deliciosos. También existen con relleno de chocolate. Una buena manera de empezar la visita en el Cafe Naranzaria.



Canolis





Las Manos de Lorenzo Quinn


Después del café, caminamos y fuimos de nuevo a visitar el mercado del sábado. Ahí nos encontramos con los verdaderos venecianos que compraban su verdura y sus pescados y mariscos fresquecitos.


Su mercado del sábado


Llegamos a la Plaza San Marcos. A su Basílica


En este viaje, llegó el tiempo de visitar la Basílica de San Marcos. Y fue lo mejor que pudimos hacer.

Primero mi esposo tuvo que dejar su mochila en una de las calles aledañas. La fila fue corta. Al parecer no hay muchos turistas en esta época del año. Lo cual nos pareció maravilloso.


Vista desde la Basiíca.
Increíble la Plaza de San Marcos




Interior de la Basílica.
Arte Bizantino

La verdad no puedo describir la emoción de haber conocido el interior de la Basílica. Sus techos cubiertos de mosaicos dorados. Sus esculturas de caballos. Maravilloso. Entramos a una cámara en dónde se guardan los tesoros de la Basílica. Claro, tuvimos que pagar algunos Euros, pero valió la pena. Ver la plaza de San Marcos desde el balcón de la Basílica. Incomparable. Esto hay que hacer al menos una vez. 



Vamos al Acqua Pazza




Plaza de San Angelo

Era la hora del mediodía. Caminamos una media hora hasta llegar a la Plaza de San Angelo.  Ahí comimos por tercera ocasión. No pudimos escoger un mejor restaurante alejado de los turistas. Y efectivamente, nos sentamos con puros italianos. Los turistas llegaban, veían la carta y se iban. Solo los venecianos llegaban, diciendo que tenían reservación. Nosotros tuvimos suerte, porque tuvimos una mesa. Llegamos muy temprano, antes de la una de la terde. Los venecianos comen después de la una, en grupos familiares, o con los padres. No puedo describir esa emoción de comer un a bruschetta que sabe a sol, los tomates madurados bajo el sol de italia. Sencillamente puro. Nada de conservadores, con aceite de oliva.



Pasta a la Norma. Con Berenjena
En el Acqua Pazza


Hora de regresar al Al Riali


Cuarto en Al Riali







El Hotel Al Riali nos consentía


Caminamos una media hora hasta el hotel, Dificil resistir las tiendas, pero queríamos dormir antes de ir a la cena. Despertarse antes de las cinco de la mañana, empezaba a mostrar sus consecuencias. Sí, el cuarto estaba hecho. Nos esperaba el prosecco para celebrar. El hotel nos lo incluía en nuestra cuenta.  Nosotros dormimos, las hijas solo descansaron. La cena nos esperaba. Era tiempo de despertar y arreglarse para cenar en el Ristorante di Mario alla Fava.


Nuestros meseros


Burrata




Mi espagueti de la casa con carne
molida de cordero.
Como si lo hubiera hecho la nonna de Mario

La velada fue de maravilla. De ensueño. Nuestra hija mayor estuvo de mal humor. No durmió como nosotros. La mayor se portó muy bien. Pero qué importa. Por ellas somos familia. Celebramos los veinte años de casados y les agradecimos mucho que nos acompañaron hasta esta bella ciudad. En lugar de dormir, nuestras hijas se despertaron temprano, se bañaron y viajaron una hora desde Basiliea hasta Zúrich, Suiza. ¡Qué agradecimos estábamos de festejar con ellas estos primeros veinte años!




Desde la Calle dei Stainieri alla Fava


Y así se acabó el día. Caminamos dos minutos hasta el hotel y dormimos inmediatamente. Todavía nos quedaba un día largo para visitar Venecia. ¡Gracias por leerme y hasta el siguiente Aterrizando!

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