jueves, 22 de octubre de 2015

Miami, segundo día para comer tacos de barbacoa y tomarse una Topo Chico




Una caseta de vigilancia en Surf Side






¡Hola! Regreso este jueves para platicarles sobre el segundo día de nuestra visita a Miami. Llegamos de Nueva York, de un vuelo procedente de Europa,  en donde residimos.





Grand Beach Hotel



Era el 9 de agosto. El día anterior celebramos aquí el cumpleaños de mi esposo. Era nuestro segundo día en esta ciudad y lo dedicamos para disfrutar la playa y el sol de Miami. ¡No teníamos prisa!


¡Corriendo a la playa!



Las hijas, felices en la playa



Después del desayuno en el hotel, nos fuimos a prepararnos con los trajes de baño. Era tiempo de ir a la playa.  La temperatura del agua era ideal. Quizá tan caliente que no fue extraño encontrarse con una medusa. Una turista italiana nos lo advirtió. No sé si fue verdad, pero unos minutos después sentí un piquete. Pero no me pasó nada. Espero haya sido una roca. Por la tarde una niña salió gritando del mar, diciéndole a su familia que había visto una. Por suerte, a mí no me pasó nada




Tacos del Chipotle




Hora de comer los tacos del Chipotle con una Topo Chico. ¡Sí!


Eso no impidió nuestra diversión, especialmente la de las hijas, quienes disfrutaron de la arena. Nosotros leíamos en las sillas reclinables.
Pronto dejamos este placer, porque era la hora de la comida. Después de bañarnos, nos fuimos a buscar el Chipotle más cercano. El año pasado habíamos visitado un local en Nueva York. Era domingo y el lugar estaba todo abarrotado. Tuvimos suerte y conseguimos una mesa para las niñas y otra para nosotros. 


De este exhibidor, se me antojaron
varios para leer. Buenas sugerencias


Después de este placer, visitamos un Target. Fue interesante ver las novedades en el departamento de libros, pero sobre todo, encontrarme con una bebida conocida, sí, el agua mineral Topo Chico, directamente desde Monterrey México.







¡No lo podía creer! Encontré un
agua mineral Topo Chico, mi favorita de
Monterrey




Pagamos y regresamos al hotel. Mi bolsa de compras incluía una botella de plástico que utilizaría en la Zumba Convention. No lo niego, me encanta el Target y soy feliz cuando regreso a uno en Estados Unidos.



Cena en la terraza


Regresamos al agua, esta vez a la piscina. Fue así como terminó el segundo día. Para la cena decidimos pedir al cuarto y comer en la terraza. ¡Fue la mejor decisión que tomamos para esa noche!







Cena en la terraza



La verdad que disfrutamos de la vista y de la ausencia de la lluvia. El día anterior había llovido por la tarde. Esta vez no. De postre tuvimos un bonito atardecer con los colores turqueza y naranja. ¡Quisiera regresar ahí! Espero un día sea posible. Por lo pronto me despido con las últimas imágenes del día y les deseo una bonita semana. ¡Hasta el siguiente Aterrizando! ¡Gracias por leerme!




El sol empezaba su huída


¡Hermoso el atardecer!


¡Hasta el siguiente Aterrizando! ¡Buenas noches!

jueves, 15 de octubre de 2015

Viaje a Miami, celebrando el cumpleaños de mi esposo








Así se veía Miami desde el avión



Hola, de regreso en este jueves de blog. Hoy les comparto nuestra visita a Miami, antes de iniciar la aventura de la Zumba Convention 2015.


Pequeña parada en Nueva York: en la Aduana no tardamos ni 15 minutos



Mapa de todo el Aeropuerto JFK




Fue un vuelo muy tranquilo y rápido desde Zurich, Suiza. Volamos con Swiss a Nueva York. El año anterior habíamos pasado unos días recorriendo la ciudad, antes de llegar a Florida. Esta vez sólo dormiríamos una noche para luego continuar el viaje rumbo a Miami.



Vista del Aeropuerto desde el cuarto del Radisson



La primera etapa del viaje resultó de maravilla. Llegamos al Aeropuerto y fue la primera vez en mi vida en la que no esperé ni 15 minutos para que revisaran mi pasaporte. Fue maravilloso. Especialmente cuand se viaja con niños.




Y así fue el amanecer en la ciudad
que nunca duerme



Celebrando al marido cumpleañero


Recogimos nuestras maletas y fuimos a buscar la Terminal en dónde saldría el mini autobús que nos llevaría  al Hotel Radisson. Esperamos unos minutos después de llamar y ya estábamos en el hotel. Esa noche cenamos unas hamburguesas en el hotel. Fuimos a la cama antes de las nueve de la noche, pues queríamos estar repuestos para el siguiente día. Nuestro avión saldría a las doce del mediodía.

El 8 de agosto, lo empezamos de una manera muy especial, porque era el cumpleaños de mi esposo. Desde Suiza le trajimos un pastelito en el equipaje de mano. Uno de chocolate, por supuesto, su preferido.




Antes de volar a Miami


Después continuamos los festejos con un desayuno en la Terminal de Delta del Aeropuerto John F. Kennedy . El camioncito del Hotel Radisson nos llevó hasta la Terminal de Delta. Ahí encontramos un desorden en las filas. Gente que llegaba tarde y tenía que adelantar toda la fila. 






Después del caos, encontramos un restaurante muy moderno, llamado Due Amici, en el que se puede ordenar por medio de una tableta electrónica desde la mesa. En los pasillos de la terminal, cualquiera puede pedir desde las mesas identificadas.  El desayuno fue muy típico americano. Hot cakes, huevos benedictinos y fruta, para la mala conciencia. En nuestra mesa familiar compartimos todo. 



Felices con nuestros hot cakes




Celebrando en el Smith and Wollensky



Llegamos al Grand Beach Hotel Surfside



El vuelo duró apróximadamente tres horas. Llegamos a Miami. Mi primera visita la hice con mi esposo durante nuestros primeros años de casados. Ahora regresábamos con nuestras hijas. Estábamos felices de volver a esta ciudad tan especial.



Miami Beach desde la terraza del Smith and Wollensky





En el aeropuerto rentamos un auto y manejamos hasta la parte de la ciudad llamada Surfside.  Eran apróximadamente las cinco de la tarde cuando llegamos al Grand Beach Hotel. Subimos a nuestro cuarto y nos arreglamos para ir a cenar.



Rib Eye marinado al estilo Cajun





Ese día cenamos en el restaurante de carne asada favorito de mi esposo, el Smith and Wollensky. No puede faltar en cada viaje hacía Estados Unidos. Lo conocimos cuando viajamos casi recién casados a Nueva York. Existen muchas sucursales en todo el territorio norteamericano.




Nos anocheció cenando




Esa noche fue imposible pedir un postre. Pero el mesero, nos trajo una rebanada de pastel de coco, que todos probamos. Fue cortesía de la casa.




Pero antes, vimos el atardecer desde la mesa



Así fue como terminó nuestro primer día en Miami. Regresamos al hotel a dormir, porque mañana nos esperaban la playa y la piscina, entre otras cosas. Mil gracias por leerme y hasta la próxima semana en Aterrizando.