domingo, 26 de julio de 2015

La Duna de Pilat y Arcachón




¡Llegamos a la Duna de Pilat! Ahora, a subir para
bajar a la playa



¡Hola! De regreso para platicarles la visita a la Duna de Pilat, ubicada en Gironda, en la costa del Atlántico, en Francia.



Mar, arena y bosques piñeros componen el paisaje



Era nuestro segundo día en Burdeos, el 5 de julio. El día anterior lo pasamos visitando la ciudad. A la mañana siguiente, que era domingo, desayunamos, nos pusimos nuestros shorts y manejamos hasta esta atracción, a una hora apróximada de Burdeos.




La Duna con sus 2.7 kilómetros de longitud



Llegamos y estacionamos nuestro carro en plena atracción, ya que la duna cuenta con un lugar apropiado para hacerlo. Muy grande y cómodo. Y ahí estaba, la Duna, la formación natural de arena, una montaña en plena playa. La Duna se encuentra en el Golfo de Vizcaya, en plena bahía de Arcachón.



Mar, arena y el bosque de piñones



Los visitantes aprovechan esta joya natural para pasear por
su bosque y playa



La Duna de Pilat, tiene una longitud de 2.7 kilómetros. Con el tiempo se han ido sembrando piñones, para evitar que la Duna se extienda desorbitadamente. Anualmente la duna se extiende hacía el bosque de 3 a 4 metros.



Llegamos a su playa



Gracias al aire marino fue muy agradable caminar hacia la cima. Esa mañana nos protegimos con crema solar, pues aunque el aire marino aminora el calor, los rayos solares son los mismos. Los visitantes de la Duna aprovechan la Duna para realizar picnics. Hay quienes se quedan todo el día de excursión en la misma. Nosotros bajamos hacia la playa, que en ese momento se encontraba en marea baja. Los pescadores de la región aprovechan las horas mañaneras para hacer su recolección de pequeños animales marinos que trae la marea.



Muy agradable estar bajo la brisa marina

En la Playa de Pilat


Bajar no es díficil, la subida



Bajar a la playa no es difícil.
El regreso, sí


Llegar a la cima no es difícil, pues se tiene la opción de las escaleras que han construido, bajar a la playa tampoco, pero subir de nuevo, sí, porque al visitante se le dificulta por la sensación de resbalarse en esa arena blandita del atlántico. Un muy buen ejercicio para fortalecer las piernas y oxigenar al cuerpo.


Iniciando el regreso a la cima



Yo aproveche las pisadas de mi marido, quién  nos ganó la batalla, ya que siempre iba adelante, seguido de nuestra hija menor.  Así fue fácil la subida, ya que siguiendo sus huellas, no me resbalaba en la arena. Al llegar a la cima hicimos una pequeña pausa antes de continuar nuestra visita.




La costa del Atlántico

Llegamos a la cima, ahora a bajar de
nuevo, rumbo al estacionamiento


En este lugar se puede aprovechar y comprar recuerditos de la visita. O bien, quedarse a comer en uno de sus changarritos, Nosotros nos refrescamos con unos granizados, pues nuestro plan era visitar la ciudad de Arcachón y comer ahí.



Granizado de Frambuesa


Ni idea de qué era éste, pero se
convirtió en el favorito de nuestras hijas




Hora de comer mariscos en Arcachón



¡Y llegamos a Arcachón! El camino duró apróximadamente media hora de la Duna. Estacionamos nuestro auto en el centro, en un estacionamiento subterráneo, y caminamos hacia la playa. El sol era intenso. Encontramos un restaurante muy bonito en el malecón llamado Le Thiers. Estaba lleno, pero por suerte los encargados nos asignaron una mesa.



Llego el momento de probar las ostras




Plato de especialidades en Le Thiers


En este restaurante, pedimos ensaladas para nosotros, nuestra hija menor comió papás fritas con nuggets de pollo y la mayor sólo una copa de helado. Pero entre todos probamos el Plato de Frutos del Mar, y esto incluía desde camarones, ostras, mejillonesy caracoles de mar. 


Me arme de valor y probé las ostras. La verdad que estaban deliciosas. Al igual que los mejillones. La verdad, fue difícil pensar que iba a comer caracol marino, pero lo hice, y no estaba mal. Mi esposo probó todo, sin problema al igual que nuestras hijas. Si los mariscos son tan frescos, como éstos de Arcachón, la verdad que uno no debe de preocuparse. El plato de frutos de mar, estuvo delicioso.



Al país que fueras, haz lo que vieras

Lo mismo no podemos decir del postre. Pedimos una copa de helado. Yo la de Pompei, con vainilla, chocolate caliente y helado de coco. No estuvo mal, pero el chocolate caliente se transformó en una masa pesada estilo nutela y bueno, no fue necesario. Pero el diez se lo llevaron en los mariscos.



Paseo por la playa de Arcachón


Antes de regresar a Burdeos, caminamos un poco por la playa. Era domingo y la gente de la ciudad aprovechaba el clima veraniego para pasarlo en su playa.  La verdad que esta playa es ideal para pasar las vacaciones de verano. Un lugar muy recomendable.



En la playa de Arcachón

Su malecón


¡Adiós Arcachón!


De nuevo en Burdeos


Regresamos al Hotel Pullman en Burdeos. Hicimos una pausa con la visita a la piscina. Se llegó la hora de la cena y decidimos regresar a la ciudad. Esta vez, cenamos en el Grand Hôtel de Bordeaux, ubicado en la Plaza de la Comedia. El clima era excelente. Una bonita tarde de verano. Comimos en su terraza, el plato Cote de Boeuf para dos. Delicioso! Para nuestras hijas, unas hamburguesas miniatura.



Cenando carne para dos en el
Grand Hôtel de Bordeaux



Y así acabó el día. A la mañana siguiente, dejaríamos Burdeos para partir hacia hacia Saint Emilion. Un lugar encantador. Pero esto se los cuento en el siguiente Aterrizando. ¡Muchas gracias por leerme y les deseo un bonito domingo!



Edificio de la Opera Nacional. ¡Adiós Burdeos!

domingo, 19 de julio de 2015

Burdeos la ciudad medieval con su Espejo de Agua


Hola, de regreso para platicarles sobre la visita a la ciudad medieval de Burdeos, Francia. Nuestra visita la iniciamos al terminar el calendario escolar. Así iniciaban nuestras vacaciones por la costa del Atlántico. De Burdeos hasta Bilbao.



La primera visita a la piscina en este verano

El 4 de julio nos levantamos a las cuatro de la mañana. El vuelo saldría desde Basilea, Suiza a la ciudad de Burdeos. Volamos con Easy Jet.
Una vez que aterrizamos en Burdeos, rentamos un auto. Desde ahí manejamos hasta el Hotel Pullman. Estábamos cansados. Nos fuimos al restaurante a desayunar, a las diez de la mañana, y luego decidimos hacer una siesta. Al mediodía nos despertamos y fuimos directo a la piscina del hotel. Esta era la exigencia de nuestras hijas.



En la Torre admirando la ciudad medieval: Esplanada y Catedral


Explanada de los Quinconces
Coliumna de Dumilatre y Rich



Al termino del chapuzón, nos arreglamos para ir a la ciudad. El hotel estaba a unos quince minutos del hotel. El tranvía pasa frente al mismo. Fue así que nos fuimos, evitando manejar y sin la molestia de buscar un estacionamiento. En Burdeos éste es un gran problema. Además fue muy cómodo y los boletos fueron un obsequio del hotel.


Lo primero que conocimos fue la Esplanada de los Quinconces y la Columna de Dumilatre y Rich. Esta plaza es una de las más grandes en Europa. Tiene una dimensión de 126, 000.00 metros cuadrados. El lugar perfecto para celebrar. Al día siguiente un circo se instaló en el mismo.


Opera Nacional


El cielo azul nos saludaba. En esta plaza hay una fuente, dónde se encuentra el monumento a los Girondistas. Nos refrescamos un poco con la brisa de la misma. Después iniciamos el recorrido por el Centro.


Lo siguiente a admirar, era la Plaza de la Comedia. Ahí se encuentra el hermoso edificio de la Opera Nacional. Era sábado por la tarde y estábamos en plena tarde de compras.  Después de hacer una pausa en el Brioche Dorée, decidimos ir a la plataforma de la Torre Pey-Berland. En esta torre del tiempo medieval, caminamos por una escalera muy angosta, pero protegidos del calor de la ciudad. En la cima tuvimos la hermosa vista de toda la ciudad. Especialmente de los tejados.



La Catedral de San Andrés



Torre Pey-Berland



Detalles de la torre

Panorama de Burdeos


Toda una ciudad medieval






La Catedral, vista desde la Torre




El Ayuntamiento, al lado de la Catedral





La Puerta Cailhau, la Plaza de la Bolsa y el Espejo de Agua


El paseo debería de continuar, pero antes, hicimos una pausa para beber algo en ese día veraniego. Nos sentamos en un local frente a la Puerta Cailhau. En el Bar des Vedettes.  El tocador estaba lleno con recortes y fotos de las principales actrices y cantantes francesas que se han hecho famosas en las últimas décadas.



Puerta Cailhau



Al termino de la pausa, caminamos por el Puerto de la Luna el el Río Garona. Admiramos los jardines y sobre todo, el Espejo de Agua, frente a la Plaza de la Bolsa, el mejor lugar para refrescarse en un día de verano.



Río Garona



La Plaza de la Bolsa



El Espejo de Agua ...





Iglesia de nuestra Señora, les Grands Hommes y el bistec



En este lugar, tanto chicos como grandes, disfrutan de los chorros de agua. En ese momento, la Plaza de la Bolsa, contaba con una minipiscinita, Fuimos a meter los pies en el agua fría. Nos mojamos nuestros vestidos, pero no nos importó porque se secaron inmediatamente.  Después en la Fuente de las Tres Gracias, continuamos con el deleite de la brisa en nuestros cuerpos.





En la Iglesia de Nuestra Señora, se
celebraba la boda



Caminamos pues era la hora de buscar un restaurante para cenar. Pasamos por la Iglesia de Nuestra Señora, ahí se acababa de celebrar una boda. El patio de la misma estaba lleno de invitados. Ese fue un día perfecto para tal celebración. 






Les Grands Hommes



Llegó la hora de hacer unas compras, y nos dirigimos al Centro Comercial Les Grands Hommes. Encontramos una tienda de juguetes, el lugar ideal para nuestras hijas.  La menor fue la agraciada con una camiseta de la línea de Top Model.


Nuestra hora de la cena llegaba. Escogimos el restaurante Le Grand Café Brasserie. Imposible dejar de pedir un entrecote con un vinito de Burdeos. Imposible perdérselo, ya esta región francesa es famosa por sus vinos.




En Le Grand Café Brasserie




Bistec con ensalada



Llegó la hora de regresar con el tranvía al hotel. Mañana nos esperaba el último día en esta ciudad. Se los contaré en el siguiente Aterrizando. Les deseo un bonito domingo y gracias por leerme. 


Así fue nuestro primer día en Burdeos