sábado, 18 de junio de 2011

Kuala Lumpur: la ciudad dónde las razas se funden

De Hong Kong a Malasia se hacen solamente cuatro horas por avión. Y aunque no están tan lejos, las diferencias entre el clima y la cultura sí son notorias. Hong Kong es un respiro entre el régimen autoritario chino y la libertad occidental. El clima en Hong Kong durante el mes de marzo fue templado, mientras que en la ciudad de Malasia, ya era un poco bochornoso. Lo que me impresionó al llegar a Kuala Lumpur fue observar cómo las diferentes razas humanas se están mezclando. La sociedad me pareció muy abierta.

Al aterrizar en su aeropuerto, nos recibió el calor de su gente y de su país. La vegetación nos abría paso entre los caminos de asfalto que han atravesado sus selvas. Al ir en el taxi, fuimos descubriendo las áreas pobladas. Casas habitadas en dónde el aire acondicionado no puede faltar. De seguro entre los árboles se podría ver la fauna exótica de este país asiático. A medida que nos acercábamos, crecía el deseo de ver a las Torres Petronas.

Así, entre la exhuberancia de su vegetación, una motocicleta estilo Vespa se iba abriendo paso entre los otros vehículos. Esa escena me pareció que estaba saliendo de una película de Bollywood. Su conductora, una chica de la cultura hindú, valga la redundancia, iba manejándola a toda velocidad. El Sari rosa barbie iba jugando con el viento, en especial su mascada. Hasta me imaginé la música que se escucha en estas películas y me imaginé a cientos de hindúes bailando en la carretera.

Bienvenidos a Kuala Lumpur, un país dónde sus visitantes de culturas remotas, van creando su propia civilización enmarcada por la tecnología. Eso es Kuala Lumpur,  la selva enredándose con el asfalto y la tecnología. Y las culturas. Pues en Kuala Lumpur viven malayos, chinos, hindús, euroasiáticos y europeos, entre otros.

Estas mezclas se fueron dando debido a las minas de estaño que en siglos anteriores habían atraído a los habitantes de Nepal, Birmania, Tailandia y China, entre otros. Aunque hay muchas culturas, el idioma oficial es el Malayo. Es muy divertido tratar de entender las palabras escritas en el país. Por suerte, muchos de sus pobladores hablan muy bien el inglés. El chino tiene una enorme presencia, así como el tamil y el cantonés. Curiosamente el idioma inglés es el oficial en las escuelas.




Esta fue una de las primeras fotos que tomamos mientras duraba nuestro trayecto del aeropuerto a la ciudad. Prometo otras mejores en el siguiente blogg

Y después de la imagen de la chica del Sari, aparecían a lo lejos las Torres Petronas. A partir de ahí, empezó la cacería de fotos. No sé cuántas hicimos.

Llegamos a la ciudad. La selva alejaba sus brazos verdes y daba paso al asfalto fundido entre las razas.
Era casi el anochecer y fue maravilloso ver  las torres iluminadas.

Fue en el Hotel Traders dónde nos hospedamos. Las Torres vigilaron nuestros sueños durante los tres días que duró nuestra estancia en la ciudad.

Y en Kuala Lumpur volvímos a vivir la presencia de las mezquitas que cantan, como en Dubái. Y el espejismo del viaje fue imaginarse que las Torres Petronas cantaban a los musulmanes, o mejor dicho, a su dios.

Iglesias, eso representaron para mí las Torres Petronas. Dos mezquitas imponentes que elevaban los cantos al Todopoderoso. ¡Buenas noches Kuala Lumpur, mañana te descubriremos!