domingo, 21 de abril de 2013

Port Macquarie, una perla de la costa australiana



Hola de nuevo, aquí reportándome con ustedes sobre la continuación del viaje a Australia. Después de caminar por la playa de Byron Bay, ver sus canguros y recorrer por última vez las callecitas de este pueblito, manejamos hacia la ciudad de Port Macquarie. Macquarie fue un gobernador de esta parte del continente.

El viaje fue largo ese 13 de febrero. De unas seis horas. Por el camino veíamos como siempre, en las amplias carreteras, bosques con los letreros de ¡Cuidado, Canguros y Koalas en los próximos 30 kilómetros! Siempre iba muy atenta por si veíamos alguno de ellos. Pero no.

El día anterior, 12 de febrero, mientras leíamos una revista sobre la ciudad de Byron Bay, encontramos el reportaje de un restaurant mexicano: Sol Cantina, cuyos dueños son una americana de origen mexicano y su esposo estadounidense. La revista, incluía unas recetas tomadas directas de su menú. La verdad, me interesaba el platillo de pescado veracruzano, elaborado con el famoso pescado red snapper, de origen australiano. ¡Qué buena combinación! ¿No creen?



Playa de Yamba, cerca del restaurant Pippi


Por desgracia el restaurant estaba cerrado. Llegamos y un muchacho muy trabajador, uno de los hijos de la pareja, lo sé porque salió en la foto del reportaje, nos dijo que abrían a partir de las cinco. Estaba barriendo la banqueta del local. ¡Lástima! Y bueno, nosotros nos informamos antes en su página de internet, en la que leímos que abrían desde el mediodía. Nos quedamos con ganas de visitarlo.

Buscamos otro restaurante. Pippi, cerca de la playa, con especialidades italianas. Su comida era fácil, sin complicaciones, perfecta para el mediodía. Las niñas comieron el famoso pescado empanizado con papas fritas, servido en un simpático sartén azul. Desde entonces, busco unos así para servirles su comidita. Mi esposo comió una hamburguesa de pollo y yo, una ensalada césar. Este último platillo parece ser muy popular en esta región de Australia.



Nuestra casita en Flynns on Surf, construida
un poco elevada  para evitar la humedad en
 la sépocas de lluvias o inundaciones


Seguimos manejando. Ese día fue un poco pesado. Nuestra meta era llegar a la hora acordada con el personal del hotel, quien nos daría la llave para entrar a nuestro cuarto. Llegamos al hotel Flynns on Surf.

El clima, maravilloso. Por donde quiera veíamos a los vacacionistas con sus tablas para surfear. Macquarie es un típico lugar veraniego. Esta vez no teníamos una vista directa a la playa, pero ni la hubieramos necesitado, porque llegamos apróximadamente a las séis de la tarde. Después de eso, buscamos algo para comer en el cuarto. Las niñas ya estaban un poco cansadas y claro, el papá también, de manejar.



La playa en Port Macquarie



Y acabamos comprando pollo del Kentucky Fried Chicken. A partir de esa noche, juramos no volver a hacerlo. No nos pareció nada bueno. En fin, ya era tiempo para prepararse a dormir. Mañana continuaríamos el viaje rumbo a nada más y nada menos que Sydney. Todos estábamos muy emocionados.


Paraíso de surfistas



Despertamos el 14 de febrero y dejamos Flynns on Surf. Antes de eso, caminamos en la playa. El clima estaba muy agradable, algo fresco para las niñas, para nosotros maravilloso.  Ya había surfistas en la playa. Al que madruga, Dios lo ayuda con las mejores olas del día.

El gerente de hotel nos preguntó si íbamos a visitar el hospital de koalas, que estaba en esta ciudad. Por desgracia no teníamos tiempo. Es un lugar muy interesante, porque como su nombre lo indica, el hospital atiende a aquellos koalas que son heridos en la carretera, o bien que presentan alguna enfermedad que por desgracia, disminuye su población en este continente. El gerente de Flynns on Surf, fue un ejemplo más de la exagerada amabilidad el australiano.

Como no habíamos desayunado, nos fuimos a comer unos deliciosos hotcakes en el restaurant Pancake Place.  Fue muy interesante comer aquí, porque vimos a los habitantes del pueblo. Con el típico estereotipo del australiano. Muy tranquilos, desayunando y leyendo su periódico. Había otros turistas como nosotros, pero de Australia. Nos llamó mucho la atención que se pudiera desayunar los hotcakes con una bolita de helado. Nuestras hijas comieron sus hotcakes con frijoles con salsa de tomate, como también los comen en Inglaterra. ¡Al país que fueras, haz lo que vieras!



Deliciosos los hotcakes de este restaurante


El tiempo nos estaba correteando y no pudimos ir mucho de compras. Manejamos de nuevo con dirección a Sydney. En la ciudad de Nelson Bay, hicimos una pausa para comer. Este puerto es famoso por sus paseos en barco para ver delfines. Es un lugar muy visitado.

Comimos en el restaurant Cafe on the Bay. Después, llevamos a jugar a las niñas al área de juegos que estaba en el puerto. Vimos a unos cotorritos blancos en los árboles, muy cerca del mar. Una experiencia única para las niñas.

Este lugar ofrece venta directa de pescado y marisco. Vimos a muchos turistas y locales que disfrutaban de la pausa del mediodía. El tiempo corría su marcha y nos tuvimos que ir rumbo a Sydney. Estábamos a unas pocas horas de este encuentro.



Preparándose para ir a observar delfines



Realmente lo que nos tomó muchísimo tiempo, fue atravesar la ciudad de Sydney, en pleno viernes por la tarde. Tuvimos que ir al Aeropuerto y entregar el auto rentado. Después, tomamos un taxi rumbo a la ciudad. Pero el desgaste valió la espera cuando nos registramos en el hotel Quay West Suites y vimos desde el cuarto el Puente Harbour, BB Bridge, para nuestras hijas y la Opera.

Pues ni tardos ni perezosos, nos bañamos y nos pusimos guapos. Bueno, tratamos. Caminamos por la ciudad. Era el día de San Valentín. Todos los románticos de la ciudad estaban cenando en los restaurantes cerca de la Opera. Nos tomamos unas fotos y frente a la Opera y regresamos al cuarto.



Celebrando el Día del Amor con esta vista


Celebramos nuestro día de San Valentín con una cena den el cuarto del hotel. Mañana cenaríamos frente a la Opera, de preferencia, pero esa noche, después de un largo día, nos quedaríamos en el cuarto, con la vista a estas dos obras arquitectónicas más importantes de Australia. La obra natural más importante, es Ayers Rock, en el centro del continente. Ahora se le está tratando de popularizar con su nombre original en aborigen Uluru.

El día terminaba con una hermosa experiencia. Lo mejor vendría mañana cuando tuvieramos más tiempo para visitar la ciudad. Sería un reencuentro después de más de diez años, cuando mi esposo y yo visitamos esta ciudad. ¡Hasta mañana Sydney!

Y a ustedes, les deseo un feliz domingo y una bonita semana. ¡Hasta el próximo Aterrizando!