jueves, 27 de abril de 2017

Ultimo día en Lang Co, Vietnam




Antes de desayunar, caminamos por el Banyan Tree


¡Hola!  De regreso en este blog para platicarles sobre el último día en Lang Co, Vietnam. Era el 5 de marzo y al día siguiente partiríamos a Ho Chi Minh, antiguamente conocida como Saigón.  Así es que teníamos que aprovechar hasta el último momento.


Visita al Spa: confundiendo ranas por patos



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Mientras mi familia se divertía en la piscina, yo me fui al Spa del hotel. Había reservado el día anterior. Tenía mucho de no ir a uno, así es que lo disfrute al máximo. Elegí un tratamiento facial Anti aging. 

La visita fue muy ceremoniosa. No se ve a nadie más que a la especialista del Spa. Primero me ofrecieron una taza de té del día. Ese día mi familia merendó sin mí. Cuando estuve lista entré al cuarto que me habían asignado. Ahí conocí a la estilista.

Fue una hora muy relajada y casi me dormí. El cuarto estaba muy bien iluminado y sólo se veía el jardín del hotel, con su río. El mismo que conecta con el otro hotel. En el silencio escuché el sonido de un animal. Pregunté si eran patos, pero la empleada me dijo que no, que eran ranas. Bueno, debo de reconocer que sonaban igual que los mamíferos.


Extraño mucho los famosos pancakes
de Vietnam. Se comen en el desayuno

Una vez totalmente relajada, agradecí a la empleada y me llevaron de regreso al cuarto. El nuestro estaba en una colina y no dejaban que los huéspedes caminaran por ella. Para eso estaba el servicio del carrito de golf. Bueno, me sacrifiqué.



Lang Co, un pueblo de pescadores



El día termino con una cena en cuarto, Queríamos aprovechar poder ver el atardecer desde nuestra habitación. Era la última cena en Lang Co. La comida vietnamesa es muy saludable y deliciosa.





Extrañamos mucho la alberquita



El último atardecer


Así llegamos a las últimas horas en Lang Co. Esa noche empacamos y nos preparamos para ir a dormir. Al día siguiente viajaríamos apróximadamente a las diez de la mañana con dirección a Danang. De ahí, volaríamos a Saigón.



Alguien se divertía de lo lindo


La última sopa Pho en Lang Co


Hacía Saigón



Comprando recuerditos en el
aeropuerto de Danang


Nos levantamos a las ocho para ir a desayunar tranquilamente. La hora llegó y un vehículo del hotel nos llevó hasta el aeropuerto, pues el límite de velocidad en Vietnam por sus calles es de 60 kilómetros por hora. Esto para proteger a sus ciclistas.


Viajando a Saigón

El vuelo fue por Vietna, Airlines. Fue una aventura manejar desde el aeropuerto hasta Ho Chi Minh. pero esto se los cuento en el siguiente Aterrizando. ¡Muchas gracias por leerme y que tengan buen fin de semana!

jueves, 20 de abril de 2017

La tumba del emperador Dong Khahn en Vietnam, una tumba al estilo Versalles



Llegamos a una de las siete tumbas imperiales de Huê, la
de Dong Khahn

Seguía nuestro camino por Vietnam. El cuatro de marzo llegamos a la Tumba del Emperador Dong Khahn, en Huê, Vietnam. Antes habíamos visitado la Ciudadela de Huê. Habíamos reservado un taxi del Hotel Banyan Tree por un día, así es que debíamos de aprovechar la oportunidad de conocer el país.


Al llegar a la Tumba, nos acordamos un poco de Bali, por el material de construcción. El material es una especie de cemento oscuro. Las estatuas de sus guardianes fueron hechas de terracota. Es impresionante suber a la colina donde está la tumba y ver estas figuras de terracota haciendo guardia al emperador. Son unos mandarines.



Los mandarines que lo vigilan, hechos de terracota

La tumba tiene mucha influencia francesa. Por un momento pensé que estaba en Versalles. Demasiado oro custodiándolo. 


Hermosas vistas desde la tumba

El emperador Dong Khahn. Se nota la influencia francesa


De cerca


El emperador murió a la edad de 25 años. En Huê existen otras seis tumbas de emperadores. Por cuestiones prácticas decidimos visitar esta. Lo especial de esta tumba, es que proporciona al visitante una excelente panorámica de Huê. El detalle de su interior es perfeccionista. El oro predomina y los muebles al estilo imperial francés.



Un sandwich de helado en
forma de pescado

Al terminar la visita, fuimos a la tiendita dentro de la Tumba y compramos un sandwich de helado estilo vietnamita. Fue refrescante, aunque debo decir que hemos probado mejores. Pero no nos quejamos, fue delicioso en el calor del mediodía.



El taxi nos esperaba para la siguiente
atracción

La Pagoda Thien Mu al lado del Río del Perfume


Fue muy cómodo viajar con el taxi. La próxima parada era la Pagoda Thien Mu. Esta pagoda se encuentra en un monasterio budista. Es impresionante llegar y ver el templo de la pagoda. Pero lo más impresionante es caminar al lado de la misma, sobre el Río del Perfume.

Las leyendas cuentan que el origen de su nombre se debe al polen de las flores que caen en el río. O bien, porque por él navegaban maderas muy finas que aromatizaban su cuenca. 




La Pagoda Thien Mu


Después de comprar un sombrerito de paja muy mono, regresamos al taxi para continuar el viaje. Esta vez no haríamos una parada para ver otra atracción. No, fuimos de regreso al Hotel Banyan Tree. Nos esperaba una hora de camino para viajar de Danang a Lang Co.



De regreso a Lang Co

El camino fue muy interesante.  Realmente fue largo, por las leyes de velocidad. En Vietnam la velocidad máxima es de 60 kilómetros por hora por la gran cantidad de moticlistas que circulan en sus calles. Una muy buena medida preventiva.



Las calles de Danang. Aquí, uno de sus
habitantes con el típico sombrero
para protegerse del sol

Esa tarde nos esperaba una tarde de piscina, para regresar al restaurante Water Court. Mañana sería nuestro último día completo en Lang Co. Esto se los contaré en el próximo Aterrizando.


El atardecer en Lang Co

Ese día siempre lo recordaremos por la belleza de su clima y las interesantes experiencias culturales que vivimos en Danang. Nuestro deseo es regresar pronto a Vietnam para seguir maravillándonos de este país. ¡Mil gracias por leerme y hasta el siguiente Aterrizando!

jueves, 13 de abril de 2017

La Ciudadela de Huê, Vietnam: una mezcla de China y Francia



¡Hola! De regreso en Aterrizando para compartiles la experiencia de haber visitado la Ciudadela Imperial de Hué, en Vietnam.


Puerta Chuong Duc



A una hora de camino por el límite de velocidad



Era el 4 de marzo y saliamos por fin del Banyan Tree. Con anticipación habíamos reservado un taxi del hotel para manejar hasta la ciudad de Hué, a una hora aproximadamente de distancia. Y no porque realmente estuviera a ese tiempo, pues cualquier viaje se hace muy largo en Vietnam, porque la velocidad permitida es de 60 kilómetros por hora. Esto para proteger a los moticiclistas, que son muchos. La motocicleta desplazo a la bicicleta de antaño. Vietnam se volvió moderno.



Toda una fortaleza de influencia francesa



No éramos los únicos turistas en el lugar. El chófer nos explicó en dónde tendríamos qué esperarlo al final del recorrido. Compramos los boletos e niciamos la visita


Iniciando el recorrido


El Palacio es enorme. Poseé unos jardínes impresionantes. Era invierno, así es que el calor extremo no había afectado lavegetación. Para nosotros era muy caliente. No nos quejábamos. Eso era lo que queríamos.


Uno de sus estanques


En sus inicios, el Palacio tenía una extensión de 10 kilómetros cuadrados y se podía accesar a él por 10 puertas. Esta vez que lo visitamos, conocimos dos entradas.

Pasillos de uno de su Palacios


La Ciudadela fue construído en el siglo XVII, bajo las órdenes del emperador Gia Long. Su arquitectura es una mezcla de la arquitectura china, estilo Ciudad Prohibida de Pekín y el arte militar francés del arquitecto Sebastian de Vauban. No hay que olvidar que Vietnam pertenecío a la Indochina, en los tiempos de la dominación francesa.




Influencia china


En la Ciudadela también hay templos. En ciertos lugares se prohibe el uso del flash.  Obviamente el turista también puede refrescarse con productos de sus tienditas, en dónde también se venden recuerditos tradicionales. Los que tienen más tiempo, pueden posar en fotos con trajes de la época.



Detalle de una ventana




jardines 



Uno de sus dragones, al centro de la Plaza




Son sus motivos comunes



Sus estanques, un aire fresco en el sol del mediodía

Caminamos lentamente por sus jardines. Sus estanques le daban la frescura al calor abrasivo del mediodía. En sus edificios nos refugiamos del sol. Todos usamos sombrero. Eran apróximadamente las dos de la tarde.



El parque con restaurante


El programa seguía. Pronto tendríamos que abandonar la Ciudadela. No sin antes, pasar por uno de sus jardines y tomar un refrigerio en su restaurante al aire libre. El encargado nos quizó vender comida, pero no quisimos arriesgarnos. Sólo tenía mucha sed. Las niñas disfrutaron su refresco y mi esposo y yo la típica cerveza de Vietnam: Huda


Cerveza Huda


Y lo siguiente era visitar era una de sus siete tumbas imperiales. Esto se los contaré en el siguiente Aterrizando. ¡Mil gracias por leerme y que tengan un bonito fin de semana de Cuaresma!