jueves, 26 de enero de 2017

Una maravillosa Torre para contemplar el esplendor veneciano




La isla de San Giorgio Maggiore


¡Hola! Estoy de regreso en este jueves para platicarles de una visita muy especial en Venecia, a la Isla de San Giorgio Maggiore. Estábamos celebrando nuestros 19 años de casados, con nuestras dos hijas, el fin de semana del 11 al 13 de noviembre dek 2016.


Consiguiendo los boletos para el Vaporetto


Después de haber disfrutado una rica comida en Acqua Pazza, nos dirigimos a la Plaza de San Marcos, para viajar desde ahí en Vaporetto. Pregunté en todas las taquillas de boletos, hasta que llegamos a la penúltima. Ahí los compramos y nos dirigimos hacía el muelle en la Laguna para abordar el Vaporetto por el Canal de San Marcos.



Monasterio Benedictino de San Giorgio


El día era fenomenal para noviembre, y después de una noche anterior de lluvia a cántaros. Desde el Vaporetto hicimos fotos maravillosas de la ciudad. Fue un sueño viajar así. Ya en la isla de San Giorgio, caminamos unos minutos para hacer las debidas fotos, antes de subir a la torre del Monasterio



Dentro de la Iglesia



Viviendo un sueño de amor en esta ciudad especial



Compramos nuestro boleto y tomamos el elevador hacia la cúspide de la torre. Desde ahí tuvimos una vista maravillosa. Era como vivir un sueño. No obstante es Venecia un patrimonio cultural. Es una joya vista desde todos los puntos de vista. ¿Se la pueden imaginar en los tiempos de Marco Polo, con el ir y venir de todos los comerciantes? Sencillamente maravillosa.


Para nosotros fue extremadamente especial, por celebrar un aniversario de bodas con nuestras hijas. Estábamos agradecidos de vivir esos momentos y contemplar Venecia desde la Isla.


Una perspectiva desde la Torre



No sé cuantas fotos tomamos. Disfrutamos cada momento en la torre y vimos toda la isla a nuestro alrededor. En mi mente todavía estás las impresionantes vistas de la Plaza de San Marcos. La Campanille, la Catedral. El ir y venir de las embarcaciones. Estába viviendo en otra dimensión.



Ahora toda una panorámica


Aunque ese día fue muy templado, tuvimos mucho frío en la Torre. Er necesariuo hacer una pausa en un café. A unos metros de la catedral, encontramos un café. Una miniatura con mesas en su interior. Al parecer el negocio es en el verano, cuando los visitantes pueden sentarse en sus mesas del jardín. Tomamos dos espresos y nuestras hijas una Orangina. Después, llegó el momento de regresar a la ciudad.




Hora de tomar un cafecito



Vista desde el Vaporetto


No teníamos idea de qué línea de Vaporetto debíamos tomar. Así es que tomamos el que nos dio la vuelta por toda la isla de Venecia hasta llegar al Puente del Rialto. Así lo hicimos. Descansamos plácidamente y contemplamos el Canal con tan buen clima.


Hotel Ai Riali. Al lado, la Iglesia de
Santa María Alla Fava


De nuevo con Mario, en dónde nos trató como estrellas de cine


Después de caminar un poco por las callecitas, regresamos al Hotel Ai Riali. Descansamos un poco antes de ir a cenar al Restaurante de Mario Alla Fava. Esta era la última noche en Venecia y había aque disfrutarla.


Pasta rellena de pez espada


En el restaurante, nos dieron la mesa de los mejores clientes. Ahí pude hablar un poco con el mesero y le platiqué de nuestro aniversario. En verdad, nunca esperé tanta amabilidad. Fue como si nosotros fuerámos estrellas de Hollywod. Al llegar, el dueño, Mario, nos saludó como si fuéramos clientes de toda la vida. Todo el personal nos trató así. En verdad que repetiremos esta visita al Ristorante Da Mario Alla Fava. Ojalá Dios nos lo permita.



Rumbo a nuestro cuarto
¡Buenas noches!



El tiempo se nos estaba acabando. Así es que después de caminar un poco por la ciudad y de bromear con nuestras hijas, nos fuimos al Hotel Ai Riali. Mañana tendríamos unas horas antes de volar rumbo a Basilea, Suiza con Easy Jet.


Tarimas especiales desde el Rialto para caminar
cuando sube el nivel de la Laguna


Hora de dejar Venecia con Aqcua Alta


El domingo 13 de noviembre, no hicimos mucho. Después de desayunar caminamos en la ciudad. Ese día había Aqcua Alta. Así es que nuestro taxi acuático no podría recogernos en la estación de nuestro hotel. Pedimos uno con la ayuda del personal de recepción, y nos fuimos caminando hacia el Puente Rialto. Ahí nos recogió.


El Rialto


¡Adiós Venecia!



Nuestro deseo es regresar en noviembre del 2017 a esta ciudad, cuando celebremos nuestros 20 años de casados. Esperamos se nos cumpla para vivir unos días de ensueño en esta ciudad.


Por el Gran Canal


Se terminó el viaje. ¡Hasta la próxima!

Muchas gracias por su atención. Les deseo un bonito fin de semana y ¡hasta el próximo Aterrizando!

jueves, 19 de enero de 2017

Venecia noviembre 2016, antes de que llegara el hielo al Gran Canal




Así amanecía el Gran Canal, radiante


¡Hola! De regreso en este jueves de blog para platicarles nuestro segundo día en Venecia. Era el 12 de noviembre y ese día lo empezamos con mucho sol. Toda una gran diferencia después de la tarde anterior cuando llegamos y Venecia nos recibió con un aguacerro.


Me resulta increíble comparar mis fotos de este noviembre, con las que he visto en las redes sociales de Venecia en el mes de enero del 2017. Todo congelado. El invierno ha pegado duro a Europa esta vez. Pero aquí les presento ese sábado de noviembre, engalanado con el sol.



Tratamos de repetir cada paso del viaje anterior

Un desayuno para viajes sin hijos, un collar de Antica Murina y el café frente al Rialto


Ese fin de semana estábamos celebrando nuestros 19 años de casados. Viajamos con nuestras hijas de 10 y 12 años. El día lo empezamos desayunando en el Hotel Ai Riali. En su restaurante la mayoría de las mesas son para dos personas, pues al parecer las parejas llegan solas, sin hijos. Pero nosotros nos las llevamos. Así es que mi esposo y yo, compartimos una mesa y nuestras dos hijas otra. Pero estában enfrente.



La ciudad despertaba 

Ese fin de semana tratamos de repetir la misma historia que el año anterior. Así es que primero nos tomamos un café enfrente del Puente Rialto, el Naranzaria y luego nos fuimos a caminar. Pero antes, compramos un collar de vidrio de la Antica Murina, de la cual soy fanática. Esto se está haciendo tradición de aniversario de boda


Uno de los corredores del Edificio del Mercado


El siguiente punto era regresar rápido al Mercado del sábado. Imposible dejar de comprar un recuerdito. Esta vez fue un ramo de chiles. Todavía los tengo colgados en mi cocina, pues mi idea es secarlos y guardarlos como conserva en aceite de oliva.  

Una de las más bellas ciudades en el mundo
Santa María de la Salud, al fondo


Estaba lleno de turistas, pero también de venecianos, quizá los últimos que quedan, pues se rumora que muchos se han ido por el exceso número de turistas.


La fascinación de Venecia se encuentra en cualquier rincón




Primero al Acqua Pazza y luego a seguir caminado

Pues el programa culinario también continuaba y volvimos al Restaurante Acqua Pazza. Igual que hacía un año. Esta vez vimos menos comensales. La comida ahí, nos volvió a convencer.


Plaza de Saint'Angelo


Nuestras hijas se decidieron por espaguetti Napoli, la menor y Espagueti Vongole. Mi esposo y yo probamos la especialidad de un platillo a base de pescado y mariscos. Y él no se resistió para probar una ensalada Caprese. De postre, la cortesía de la casa, fueron unas deliciosas galletas y el digestivo Limoncello. Después de esto, lo que seguía era caminar otra vez. ¡Obviamente!


Espagueti Napoli


Una buena decisión el haber pedido este platillo, especialidad
de la casa. Todo fresco




El Vongole

Imposible resistirse a este postre



Limoncello y expreso, el mejor final


Fue como viajar a un lugar encantado


El siguiente punto a recorrer era la visita a la torre del Monasterio San Giorgio Maggiore. Pero esto se los platico en el siguiente Aterrizando. ¡Por lo pronto, les deseo una bonita segunda mitad de semana y gracias por leerme! 

jueves, 12 de enero de 2017

Venecia 2016, en el 19 Aniversario de casados


¡Hola! De nuevo en este jueves de blog para contarles de un viaje de fin de semana muy especial a Venecia, lugar en donde celebramos nuestros 19 años de casados. 

Venecia desde el Easy Jet

Este viaje lo realizamos del 11 al 13 de noviembre. Viajamos con Easy Jet desde Basilea, Suiza,  por la tarde y llegamos antes de que anocheciera en Venecia. Alrededor de las 5 de la tarde llegamos al Aeropuerto Marco Polo. Nos llevamos una gran sorpresa, al ver que la renovación que vimos en el 2015, ya había sido terminada.



En el corredor para llegar a la terminal
ya renovada



Al aterrizar y después de recoger nuestras maletas, compramos nuestro boleto para viajar en el water taxi. Es una inversión que vale la pena hacer, pues es toda una experiencia viajar por la laguna de Venecia.




Este fue nuestro taxi


Sorpresa, el water taxi se descompuso


Curiosamente a unos cuantos minutos de haber zarpado, nuestro chófer nos dijo que la unidad estaba averiada y que viajaríamos en otro taxi. Esto no nos gustó, porque nos dejó la sensación de que habíamos sido engañados para que volvieran a vender la unidad. En fin, después de unos 5 minutos, llegó el siguiente con otra pasajera suiza que había viajado con nosotros. Esto fue quizá un engaño, pero bueno, esto no nos iba a echar a perder nuestro romántico fin de semana en Venecia.



Y nos pescó la lluvia en el water taxi


De todas maneras disfrutamos el viaje por la laguna. al entrar al Gran Canal, nos dimos cuenta de que la lluvia nos daba la bienvenida. En fin, no nos pondríamos tristes, mañana sería otro día. Por lo pronto teníamos muchas cosas qué hacer, como llegar al Hotel Ai Riali y recorrer la ciudad antes de cenar en nuestro restaurante favorito, Mario alla Fava.



Así nos recibieron en nuestra habitación del
Hotel Ai Riali



Así encontramos la Plaza de San Marcos



Y la Campanilla y la Catedral


En el Hotel Ai Riali encontramos a los mismos empleados del año anterior. Llegamos a la habitación y encontramos de sorpresa una botella de Proseco, cortesía del hotel.

Descansamos un poco y nos fuimos a caminar con nuestras dos hijas. Esa noche llegamos empapados al restaurante Maria alla Fava. Antes caminamos un poco por la Plaza de San Marcos. Había pocos turistas, protegiéndose con las sombrilas de la lluvia. Esa noche rezamos por un sábado con sol.



La Ensalada Caprese


En el restaurante nos encontramos de nuevo con su dueño y el mismo personal. Era como regresar a casa. Este restaurante nos encantó en el 2016. La comida es maravillosa, como si la preparara la abuela italiana.

Esa noche probamos un Chianti Clasico, el Castello di Cacchiano. Tomamos también una ensalada Caprese, una ensalada de pulpo, un risotto con camarones y una carne de res con calabacita. Y de postre un pastelito de chocolate y un profiterol. Nuestras hijas disfrutaron de un espagueti a la boloñesa.

Esa noche disfrutamos al máximo, a pesar de la lluvia. Nuestras chaquetas llegaron empapadas al hotel. Pero después nos fuimos directo a dormir. Todo estuvo perfecto. Nos dio mucha pena acordarnos de los atentados terroristas en París. Tanta tristeza por una tontería. Eso nos entristeció en el 2015. Ya había pasado un año de la tragedia. La noche termino para nosotros en paz, ojalá así fuera en todo el mundo, ¡Mil gracias por leerme y hasta el próximo Aterrizando!

jueves, 5 de enero de 2017

¡Adiós Shanghai!



El Bund, desde el hotel




La visita a la Torre Jin Mao, fue la actividad que iniciamos ese día en la mañana. Eso se los platiqué en mi anterior entrada de Aterrizando. Todavía teníamos mucho tiempo esa tarde, antes de regresar a Basilea, Suiza, en dónde está nuestro hogar.



Visitando la piscina


¡Y se llegó el día! El 15 de octubre fue nuestro último día entero para disfrutar la ciudad de Shanghai. El tiempo pasó volando, pero tuvimos muy bonitas experiencias. ¡Hola! Estoy de regreso este jueves para platicarles sobre este viaje.



En la piscina del Ritz Carlton





Hora del té en el flair





Tea time en el Flair


El programa del día continúo con una visita al bar-restaurante del hotel, Flair. Ahí habíamos reservado la Hora del Té. Imposible irse de Shanghai sin seguir tomando su buen té.  Llegó en un momento y eso sí, bien caliente. Nos entretuvimos en la espera, contemplando las bonitas vistas de la ciudad, estábamos en el áre de Pudong.



La Torre Pearl

Antes de regresar al cuarto, nos dimos una vuelta por la terraza del Flair. El clima ya no era el mismo de soleado, como cuando llegamos a la ciudad, 9 días antes. Por suerte sin tanto frío.  Desde la terraza tuvimos unas bonitas panorámicas de la Torre Pearl y de toda la ciudad.




Hora de dar la última vuelta por Pudong





Barcos en el río Huangpu


Después de un pequeño descanso, regresamos a la ciudad a caminar los últimos momentos en esta ciudad.



Desde que me fui del cuarto, extraño esta vista
de la Torre Pearl


Por suerte se puede caminar muy bien en la ciudad


En nuestro recorrido por tantos edificios de compañías, encontramos una tiendita con productos chinos y de otros países. Ahí compramos una salsa de chiles llamada black pepper sauce. Me encanta, aunque están súper picositos.



La ciudad se embellece por la noche


Claro, también había queso suizo en la tienda internacional


Agregar leyenda


En esta tienda encontramos muchos productos alemanes y hasta queso suizo. Al parecer, para todos los de estas nacionalidades que radican en Shanghai.  



Conociendo el Congee 



El Congee hecho especialmente para mí


Esa noche decidimos regresar al hotel y cenar ahí mismo. Y fue una súper idea, porque esa noche pude probar el platillo chino llamado congee. Este platillo está hecho a base de avena, como un atole. Es salado y se le agregan mariscos y pescado. Bueno, el mío estuvo delicioso, aunque mi esposo y nuestras hijas no quisieron probarlo. Lo comería de nuevo.

De postre, tuvimos un pastelillo de chocolate, especial para el gusto europeo.




De postre, este pastel de chocolate para
el cliente europeo



La noche terminó con una copita de vino rojo, para nosotros dos, cuando pusimos a las hijas en la cama.  No estábamos muy lejos de ellas, porque estábamos en el área del lounge. Dos pisos bajo el nuestro.







Así acabó nuestra aventura por este país asiático. El 16 saldríamos con destino a Basilea, Suiza, temprano por la mañana. Esperamos regresar un día y descubrir nuevas atracciones en esta ciudad que se le está adelantando al futuro.  Mil gracias por leerme y hasta el próximo Aterrizando.