jueves, 19 de noviembre de 2015

Venecia a los 18 años de casados


Llegamos al Hotel Ai Reali





¡Hola! De regreso en este jueves de blog, les platico sobre nuestro viaje de fin de semana a Venecia. El motivo del viaje fue celebrar nuestros 18 años de casados.

Nos casamos por el civil el 14 de noviembre en la ciudad de Zurich. Esto fue en el año de 1997. Desde ese momento hemos pisado el suelo de países como Suiza, Austria y Alemania.  Actualente residimos en Basilea, Suiza. Tenemos dos hijas de 9 y 11 años.




Ristorante de Mario alla Fava


El itinerario no fue el original. Primero quisimos ir a París, la eterna ciudad del amor, pero cambiamos de decisión porque queríamos conocer Venecia mejor. Ya la habíamos visitado hace más de 9 años. Con nuestra hija mayor y yo en el quinto mes de embarazo de la segunda.






Su interpretación del Tiramisú



Gracias a esta decisión, nos evitamos vivir de cerca los tristes acontecimientos del viernes 13 de noviembre en París. Eso fue lo único que entristeció nuestro viaje.


Pero bueno, en este momento quiero concentrarme en el lado bonito de la vida, sin ser egoísta y no percatarme del dolor de los hechos terroristas. Venecia vale la pena de que les cuente su belleza.


Al Hotel en el Taxi Acuático y después a comer al estilo italiano



Primeras imágenes al despertar el sábado



Aterrizamos el viernes por la tarde en Venecia. Del aeropuerto nos separaba el Gran Canal del Hotel Ai Reali. Nos fuimos en un water taxi. Estaba oscuro. Definitivamente esa noche de neblina, en una húmedad completa, fue imposible sentir el lado romántico de la ciudad. Al contario. Los troncos de madera en forma de cruz en el agua, transmitían una atmósfera tétrica. Sólo veíamos las luces de los otros taxis. El viaje duró unos quince minutos. Desembarcamos directo en el hotel. Esto es lo más común en Venecia, la ciudad que carece de autos. Afortunadamente.



Comercios en el Puente Rialto


Nos registramos y fuimos a cenar al Ristorante Da Mario Alla Fava. Fue la mejor decisión que tomamos. Disfrutamos de una rica cena. La celebración empezaba.





La vista desde el Rialto



Nos fuimos a dormir. Pero no sin antes pasar a visitar a la Plaza San Marcos y al Puente Rialto. El clima, húmedo pero templado. No parecía ser noviembre


El recorrido iniciaba el sábado 14



Imponente esta ciudad sobre el agua


Desayunamos en hotel y empezó nuestro recorrido. Hemos regresado con un sinfín de fotos, porque en esta ciudad todo es un detalle para fotografiar.



El Puente Rialto



Después de maravillarnos en el Puente Rialto, nos fuimos a tomar el segundo café del día al lado del mismo puente. En el Naranzaria. Ahí nos deleitamos viendo a un gato, residente permanente del local, y a todos lo barcos y góndolas que pasaban por el puente.


Estos fueron nuestros recuerdos culinarios







Nuestro siguiente punto fue visitar el mercado. Todo un desfile de olores y sabores. De recuerdo compramos tres sobres para preparar salsas en casa. Bueno, dos. El tercero fue risotto.


El mercado del sábado en Venecia



Más fresco no podría ser el pescado



Pasamos por una joyería del Puente, Antica Murina. Esta marca la conozco porque tengo un juego de collar y pulsera que compré en un vuelo de Emirates. Es joyería hecha de vidrio y producida en la isla de Murano una de las islas de Venecia. Los precios son mejor aquí que en cualquier otra parte del mundo. Ese sería mi regalo de aniversario.

Joyería Antica Murina


Caminamos y nos deleitamos en cada canal que pasábamos.  Cada detalle era merecedor de ser fotografiado. Ese día el Venecia nos regaló una temperatura ideal, más de 15 grados. Casi 17. Y sin lluvia. Durante nuestra primera visita subir cada puente fue una actividad deportiva con la carriola de nuestra primera hija. Ahora, disfrutamos de una libertad total para recorrer la ciudad tranquilamente entre los 455 puentes que existen en Venecia.



Cada turista se convierte en un enamorado de Venecia



En uno de sus 455 puentes




Hora de comer en Acqua Pazza



En Acqua Pazza


Mi esposo nos llevó caminando hasta el Campo Sant'Angelo.  Ahí nos encontramos con un restaurante muy encantador llamado Acqua Pazza. El lugar no es muy turístico. Ahí encontramos verdaderos venecianos y por supuesto, verdadera comida veneciana.



Bruschettas con tomates llenos de sol,
el sol del mediterráneo


Limoncello para la digestión


Plaza Sant't Angelo


La comida de este lugar estuvo deliciosa. Llena de detalles y de sabor de la cocina de la mama italiana. A nuestro lado se sentó una familia italiana y el dueño les trajo dos de sus pescados frescos del día. Eran enormes y de seguro, fresquísimos.


Hora de viajar en Góndola con nuestro guía que hablaba español





Venecia desde la Góndola



En esta plaza nuestro guía, mi esposo nos sugirió tomar una góndola para regresar a la Plaza San Marcos. Sí, fue nuestra respuesta en coro. Tuvimos mucha suerte, porque nuestro gondolero hablaba un perfecto español. Era además simpatiquísimo y nos tomo unas fotos familiares maravillosas. Todo fue perfecto en ese día porque nos cruzamos en su camino. Aquí les dejo las imágenes que captamos desde el agua.  Cierro los ojos y todavía me acuerdo del maravilloso paseo.




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El Puente delos Suspiros

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Nos acercábamos a la plaza San Marcos



Catedral

¡Adiós señor Gondolero!


La Torre Campanille



Palacio Ducal



Plaza San Marcos



20 euros por dos espresso y un jugo de naranja


Regresamos al hotel, y nuestras hijas comieron de merienda una especialidad de la ciudad. No muy saludable, llena de azúcar, pero se dieron el gusto, era fin de semana y unas mini vacaciones.





De regreso al hotel



La tentación para nuestras hijas



Cena romántica para celebrar



Esa noche decidimos no probar ningún nuevo restaurante. De nuevo fuimos al mismo. Al Passione, Storia y Tradizione.

No teníamos prisa. Los cuatro disfrutamos de la belleza de una noche italiana y su encanto culinario. El local tenía comensales variados. Se repartía entre turistas y venecianos.




Ensalada de pulpo




Atún con semillas de ajónjoli



El postre, chocolates surtidos




Así acababa el día del aniversario. Ya queremos regresar para el número 20. Por lo pronto les deseo un buen fin de semana y mil gracias por leerme. En el próximo Aterrizando les traeré las últimas imágenes de este viaje a Venecia. ¡Hasta la próxima!

jueves, 12 de noviembre de 2015

Hotel Cailler, en Charmey, Suiza





Así nos encontramos el Hotel Cailler en esa tarde de
finales de octubre



¡Hola! En este jueves de blog, les platico sobre un lugar al que llegamos sin avión. A menos de dos horas en auto, desde Basilea, Suiza, donde vivimos.




Los Baños de Gruyêre, a un lado del hotel




Nuestro recorrido inició el viernes 30 de octubre, después de que nuestras hijas regresaran de la escuela. El viaje empezó con un clima maravilloso, con altas temperaturas para el otoño y con sol a llenar.

Llegamos a Charmey, alrededor de las cinco de la tarde. Dejamos nuestras maletas y nos fuimos a caminar por los alrededores del Hotel Cailler.






Atardecer




Charmey pertenece al Cantón Friburgo, en el distrito de Gruyêre. El Hotel Cailler está al lado de los Baños Térmicos de Gruyêre.  De hecho se puede acceder desde el sótano del hotel. El huésped camina por un túnel con su bata de baño hasta las piscinas de agua termal.


La noche llegó y nos preparamos para cenar en el mismo hotel. Esa noche tendrían un bufé con especialidades del cantón Friburgo. Nos fuimos a la cama, porque a la mañana siguiente nos esperaba una visita a la fábrica de chocolates Cailler



Un Museo para comérselo: la Maison Cailler


Así amanecimos el 31 de octubre



La neblina rodeando la región




Después de desayunar, nos preparamos para visitar la Maison Cailler en Broc, a unos quince minutos de Charmey.  El hospedaje incluía esta visita, así como la entrada para todos en los baños térmicos.



La Maison Cailler, cada visita es un placer





Esta era nuestra tercera visita al Hotel. La fábrica de chocolates ya la habíamos visitado en nuestra última visita a la región. De verdad que vale la pena verla.



Aquí les presentó las fotos del recorrido.



El chocolate en la época de la corona española

Epoca de iniciación del chocolate en Suiza



Empieza la producción del chocolate
con leche suiza


Granos de cacao



Países productores de cacao y provedores de Cailler

En la producción. Cada visitante puede comer todas las
barritas de chocolate que quiera



Y por si lo anterior no fuera poco, el visitante puede
seguir probando las creaciones más exquisitas de la
compañía






Después del chocolate, un cafecito en la cafetería
de la Maison Cailler




Poster de la tienda de souvenirs





Adiós Maison Cailler. Esperamos regresar pronto



Hora de ir a los baños termales


El resto del día lo pasamos en la piscina del hotel. Después de esas probaditas de chocolate, no tuvimos nada de apetito. Sólo nuestras hijas comieron algo ligero antes de ir a la piscina.



Vámonos a la piscina al aire libre



Estos baños termales, tiene dos áreas, una piscina techada y otra al aire libre. Normalmente conocíamos la piscina al aire libre en tiempo de frío, pero este año, en pleno octubre, tuvimos una agradable temperatura de más de 15 grados. La temperatura del agua es muy agradable, de 34 grados



Este candelabro estuvo en nuestro centro
de mesa




El día se estaba acabando. Cenamos de nuevo en el hotel. Estaba lleno. La reservación la tuvimos que hacer con buen tiempo porque últimamente es difícil conseguir una habitación. De nuevo escogimos la opción de bufé.




¡Adiós Charmey!


La hora de ir a la cama llegó. A la mañana siguiente dejaríamos el hotel para regresar a Basilea, pero antes haríamos un paseo por Gruyêre, que está a unos 20 minutos de Charmey. Pero esto se los contaré en el siguiente Aterrizando. ¡]Muchas gracias por leerme y que tengan una buena semana!