viernes, 27 de mayo de 2016

Oporto, visitando su costa, el Foz do Douro




Llegamos a la costa del Atlántico



¡Hola!, otra vez de regreso para platicarles sobre nuestro tercer día en Oporto, Portugal. Era el 20 de marzo.



En el Foz do Douro


Viajamos unos 15 minutos en taxi desde el Hotel Vincci. Ese día tuvimos suerte de encontrarnos con un maravilloso clima. Sol, el que necesitábamos para nuestros meses del invierno europeo. 


Caminamos unos minutos antes de buscar la cafetería Confeitaria Tavi. Un lugar frente al mar y que estaba muy calificado en nuestras guías de turista.


Una de las callecitas que nos encontramos
por el camino


Confeitaira Tavi

El lugar estaba casi lleno de portugueses y una que otra mesa con turistas, como nosotros.  Mi esposo pidió una Francesinha, el sándwich típico de la ciudad. Un pan con queso y algo de carne o embutido, cubierto en una salsa de tomate con queso gratinado. La verdad, no es un platillo para mí, pero había qué probarlo.


La Francesinha



A caminar por la playa o mejor dicho, a hacer la siesta



Maravillosa la costa del Atlántico



Después de este descanso, seguimos caminando. Disfrutamos mucho de la brisa y del calorcito. Era domingo y los portugueses también disfrutaban de este día. Nos dimos cuenta que a la orilla de la playa, muchas personas dormían en sus carros. Abrían las ventanas de sus autos y estaban privados. Esta costumbre debe de hacerse después de la visita al restaurante. Nos pareció un poco chistoso, pero de seguro se ha de dormir súper bien.



El Puente de Arrabida, ya casi estábamos en el Hotel Vincci



La Casa de Música





Casa de Música

Caminamos un poco más de una hora para llegar al hotel. Hicimos una pausa y nos fuimos a la Casa de Música. Un bello edificio de la companía arquitectónica OMA, de Holanda. En ese mismo momento la gente estaba llegando para presenciar un concierto. A su alrededor jugaban niños y adolescentes en sus bicicletas y patinetas.



¿Los jardines del Palacio de Cristal, inspiración para Harry Potter?




El Palacio de Cristal, una sala ambivalente


Seguimos caminando y esta vez iríamos a un lugar de ensueño, los Jardines del Palacio de Cristal. Estaba casi atardeciendo y nos encontramos frente a esta atracción bajo una luz mágica. Maravillosa su construcción. Son pequeños jardines unidos entre sí, cada área tiene su encanto y cada parcela se diferencia de la otra. Para mí, estos jardines son una inspiración para la obra de Joanne K. Rowling. Imposible dejar de sentir esa magia en sus céspedes, bancas y fuentes. Una obra mágica todos estos jardines.

Nos encontrábamos al atardecer, con una
luz maravillosa



¿Acaso estaba en Hogwarts?


El parque cerraría pronto, así que debíamos darnos prisa para seguirlo admirándolo. Vimos pavorreales. Usamos el celular para buscar la salida. Era un laberinto, pero valía la pena seguir el camino. Aquí se podría pasar todo un día contemplando la naturaleza y dejarse seducir por estos rincones.



Fuente o quizá la entrada secreta a un mundo mágico


En un momento sentí que Hagrid iba a salir por algún rincón y nos iba a preguntar si habíamos visto a su dragón.


Buscando la salida de este espacio mágico



Y nos atrapó el atardecer



Simplemente para enamorarse



Sí, fuimos testigos de un hermoso atardecer. Desde el parque hicimos unas fotos del Duero, bañadas del sol del atardecer. Caminamos hacia el Hotel Vincci, que estaba muy cerca del parque.



De regreso al hotel, por sus calles empedradas

Seguimos disfrutando de esa hora mágica durante nuestro camino hacia el hotel. En el trayecto nos encontramos con un barrio típico portugues. Vimos ropa tendida en sus terrazas y geranios. Casi no vimos a nadie en el camino. 



La última calle que nos separaba del
barrio y del hotel
La Rua dos Moinhos

Llegamos



Puente de Arrabida visto desde el hotel


Nuestra noche terminó en el 33 Alameda, el restaurante del Hotel. De nuevo disfrutamos de la cocina fresca portuguesa. Comimos arroz con pulpo y arroz con salchicha y ricos postres. Nuestra hija menor no quisó comer dulce, pero de la cocina le mandaron una bonita sorpresa.



Este arroz estuvo preparado con salchicha




Sorpresa para la pequenia de la casa

Fue así como terminó nuestro tercer día. En el siguiente Aterrizando les platicaré sobre la enigmática Librería Lello, también inspiración para la historia de Harry Potter. ¡Gracias por leerme y hasta pronto!

jueves, 12 de mayo de 2016

Oporto, viajando en el tranvía a medio camino



¡Hola! de regreso para platicarles sobre la tarde de nuestro segundo día en Oporto. Esto fue el 19 de marzo del 2016.


Ayuntamiento




Habíamos terminado nuestra pausa en el Café Majestic. Caminamos hasta la Plaza de las Libertades entre las calles cuyos comercios ya habían cerrado.

Este lugar es enorme y nos transmitió mucho equilibrio. En el medio de la misma, encontramos una minicascada que no estaba funcionando. El clima era agradable, pero empezaba a refrescar.



Plaza de las Libertades



Aquí compramos unos pescaditos
hechos en tela como recuerdito





Y el tranvía ya no pudo continuar


En esta plaza se encuentra también el Ayuntamiento. Toda la plaza refleja sus cuidados. Esmeradamente limpia y muy grande. El camino seguía. Esta vez llegamos hasta la Iglesia de San Francisco para tomar el viejo tranvía rumbo al Hotel Vincci.


Iglesia de San Francisco en pleno atardecer



Tuvimos mucha suerte porque el tranvía se detuvo exactamente en donde estábamos haciendo fila. Alcanzamos un lugar y nos fuimos relajando de la caminata. Pero el gusto nos duró poco, porque el tranvía nos llevó a medio destino. De repente, el chófer paró y nos dijo que no podía continuar porque un auto estaba ostruyendo las vías. Así es que continuamos el camino a pie. Unos 10 minutos, apróximadamente.


Interior del viejo tranvía


Otros pasajeros prefirieron esperar, pues en camino estaba otro camino que los llevaría hasta terminar el recorrido. Esto significa que el siguiente tranvía llegaría a toparse con el tranvía en el que viajábamos y los pasajeros lo abordarían. La verdad, dedidimos caminar, pues no sabíamos cuándo duraría esa espera. Pero valió la pena haber viajado por algunos minutos en él. La verdad, no me imagino cuánto dinero pago el conductor del auto mal estacionado. Pero al parecer, este es el pan de todos los días en Oporto, porque las vías se comparten en algunos puntos de la ciudad con sus calles normales.



Este fue el auto causante de la interrupción
del servicio




Llegamos al Vincci



Descansamos un poco al llegar a la habitación y decidimos cenar de nuevo en el Restaurante Alameda 33, del mismo hotel. Y no nos arrepentimos, pues la cena fue muy rica. Como la pasta con la tinta de pulpo y camarones.


Cenando en el Alameda 33


Así terminó este segundo día. Gracias por leerme y la próxima semana les contaré sobre el paseo por la costa de Oporto, por el Foz do Douro. Un día en donde el sol nos acompañó todo el día.
¡Feliz semana!











martes, 10 de mayo de 2016

Oporto desde las alturas y el café favorito de J.K.Rowling




Puente Don Luis


Hola, les platico de nuevo sobre nuestra visita a la ciudad de Oporto, en Portugal. Era el segundo día, el 19 de marzo.

La visita continúaba a esa hora del mediodía. Llegamos hasta el puente de Don Luis. Ahí comeríamos, en uno de los establecimientos sobre el Río Duero. En la calle  Cais de Ribeira.




En la Cais de Estiva


Comimos en la Casinha Sao Joao. Tapas portuguesas. Pulpo, por supuesto y Bacalao. También camarones y albóndigas. Nos gustaron mucho los platos en los que nos sirvieron.





El plato del pulpo, antes de comernos el de verdad



Bacalao con puré de papá



Después de estas delicias, caminamos por las escaleras de la calle lateral que nos llevarían al Puente de Don Luis. Ahí pasa uno de los tranvías de la ciudad.


Depués de la comida, a subir escaleras


Desde el puente, tuvimos la oportunidad de contemplar todo Oporto. Maravillosa la vista de sus tejados y del Duero. Tuvimos mucha suerte, porque no llovió en ese momento, como se había pronósticado. El clima era maravilloso. Nublado, pero soleado a ratos.


Vista desde el Puente Don Luis





Sobre el puente. Aquí vemos las vías del Tranvía





La Catedral de Oporto




El Duero, región famosa por sus vinos


En el Jardín del Moro, hicimos una pausa y seguimos disfrutando de las vistas de la ciudad.




Vista desde el Jardin del Moro



Y nos fuimos con el Teleférico de Gaia



Caminamos hacia el lado contrario del Duero. Nuestro siguiente punto a visitar, erea el Teleférico de Gaia. Caminamos por la Ribera del Duero. Ahí encontramos más restaurantes. Era sábado y los portugueses disfrutaban su día libre.



De regreso a la ciudad con el teleférico



Después del cómodo paseo, seguimos caminando hacia la ciudad. El propósito, era visitar el Café Majestic. Este fue el local en donde Joanne K. Rowling escribió parte de la historia de Harry Potter



Cafe Majestic, el favorito de J.K.Rowling


Ahí probamos los famosos
pasteles de nata
Después de esta merecida pausa, seguimos caminando por las tiendas a punto de cerrar. Nuestro siguiente punto en el itinerario del día, era regresar al hotel con el antiguo tranvía de Oporto, pero esto se los cuento en el siguiente Aterrizando. Gracias por leerme y hasta pronto.