sábado, 9 de abril de 2011

Hong Kong, cuarta parte

En el país de Mickey Mouse

Y después de ver la maravillosa vista de la ciudad, engalanada del astro Sol, dejamos el Hotel y nos fuimos en un taxi a la isla de Lantau, dónde está ubicada Hong Kong Disneylandia.

Los días se estaban pasando de volada, por suerte, durante nuestra estancia en Disneylandia, pudimos detener un poco el paso del tiempo y disfrutar de la inocencia que es dedicarse sólamente a visitar este parque de atracciones.

Hace un año, con la gran cantidad de turistas chinos en Disneylandia, les tocó a mis hijas ser el centro de atención. Todo el mundo las miraba y les tomaba foto. Querían salir con ellas. Este año, al parecer había más turistas y nuestras hijas pudieron pasar desapercibidas, lo cual hizo muy agradable la estancia, aunque esta vez también les hicieron fotos, pero no de manera masiva, como la última vez. Estoy segura de que a ellas les encanta posar para las chicas de China, que quieren fotografiarse con ellas.

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Disneyland Hotel

El primer día en Disneylandia, no teníamos planeado visitar el parque, pero debido al ofrecimiento del paquete del Hotel, decidimos entrar al parque.
En febrero del 2010, Disneylandia no estaba vacía, pero este mes de marzo del 2011, fue muy placentero porque no tuvimos que hacer largas filas.

Productos de tocador del Hotel

Antes de cenar, fuimos a tomar algo a uno de sus restaurantes, y las empleadas del Spa estaban ofreciendo un minimasaje de unos 10 minutos en la espalda. Oh, que delicia. A partir de ese momento decidí que tenía que ir a hacerme algún tratamiento. La chica me recomendó el masaje linfático porque beneficiaba al organsmo completo. Así es que iría el tercer día, antes de volar a Kuala Lumpur.

Ese día en Disneylandia, la visita a la atracción de Dumbo fue obligatoria, igual que al Small World. Ya no recuerdo cuántas veces nos formamos para entrar. El Carrusel de Cenicienta también estuvo en nuestro plan, así como el Mundo de Winnie the Pooh. Nuestra hija mayor fue con su papá a la atracción de Cars, y manejaron su propio auto.

El Carrusel de la Bella Durmiente

Si todo en la vida fuera de color de rosa como en Disneylandia, tendríamos otro mundo. Por eso, no nos arrepentimos y reservamos una mesa en el restaurant del hotel, para cenar acompañados de Mickey Mouse, Minnie, Goofie, Piglet y compañía. Obviamente, quienes más lo disfrutaron, fueron nuestras hijas, pues antes de dormir, fueron a escuchar la lectura de un cuento sobre Mickey Mouse, y luego éste hizo acto de presencia para darles las buenas noches.

Un segundo día en compañía de Mickey

Y la fiebre por el mundo mágico del ratón Mickey todavía no terminaba.  El 7 de marzo la alegría de las hijas nos iluminaba, y todos fuimos muy contentos de nuevo al parque. Ese día lo iniciamos con el Safari  en barco. Lo han hecho tan bien, que los cocodrilos, elefantes, hienas y hasta los aborígenes africanos, no pueden ser más real de lo que se ven. El efecto Disney, es sin lugar a dudas la explosión del volcán.


El Safari: más auténtico no podría ser

Uno de las atracciones que el año pasado no hicimos, fue el cine en tercera dimensión. Todos nos pusimos nuestros lentes y acompañamos a Donald en su paseo por el mundo musical. Olores de pasteles y otras delicias, viento y hasta gotas de agua, fascinaron a nuestras hijas, que gracias a dios, no se asustaron por el moderno espectáculo.




 Momentos del Desfile Celebration in the Air

El paseo por el parque lo terminamos con el Desfile de sus estrellas. Este año, Disneyland Hong Kong celebra sus primeros cinco años. El desfile al final del día se llama Celebration in the Air. Este parque tiene su área tradicional Fantasyland, Adventureland, Tomorrowland y la tradicional calle Main Street.

De nuevo el día terminó, con una cena en compañía de los personajes de Walt Disney y la lectura del cuento antes de ir a la cama y por supuesto, por la visita del ratón más famoso en el mundo infantil. Obviamente la lectora se dio cuenta de que nuestras hijas no entendían el cuento del todo, pues lo estaba leyendo en inglés. Después le dijeron de dónde eran y los idiomas que hablaban, y sorpresa, la chica era de Filipinas y entendía un poco español, hay que recordar que este país fue una colonia de España.

La mañana siguiente fue para preparar el siguiente punto en el viaje. Nos iríamos de Hong Kong, para visitar Kuala Lumpur, pero no sin antes pasar al Spa del hotel. Mientras estaba ahí, el papá entretenía a las hijas por las instalaciones del hotel. Por suerte tienen su área de juegos y un laberinto de arbustos muy divertido.

Cómo no van a estar felices los niños, si hasta hay Winnie Pooh en el búfet de postres

El masaje fue maravilloso, y aunque tuve un poco de estrés porque ya estábamos a punto de irnos, la experiencia fue inolvdable y recomendable. Estaba cargando energías para la futura mudanza que se acercaba en nuestra vida de Basilea, Suiza.

Adiós Disneylandia, que sigas creando fantasías y podamos olvidar un poco las desgracias en este mundo. Esperamos volver y pensar que el mundo es un mundo pequeño y sin problemas.

En el próximo Aterrizando les contaré de nuestras esperiencias en Malasia.
Que tengan un buen domingo y gracias por leerme.