miércoles, 29 de enero de 2014

Preparando el Catar turístico

Hola, regreso para seguirles contando sobre la visita a Doha, Catar. La semana pasada les contaba sobre el Museo del Arte Islámico, una belleza arquitectónica producto de grandes personalidades occidentales.


Los edificios de Doha, toda una muestra de su adelanto
arquitectónico. Se preparan para el futuro



Hoy les quiero contar un poco sobre cómo se ve la ciudad que en el 2022 será la anfitriona del Mundial de Fútbol.  Creo que para muchos ha sido una sorpresa cuando este país resultó ganadora de la sede. Desde entonces se ha hablado de lo imposible que sería un evento de este tipo en un clima desértico como lo tiene Catar.

En la primera semana del 2014, me sorprendí con la noticia de lo que antes de había manejado en los muros de la FIFA: cambiar la fecha de la Copa del 2022. Sí, en lugar de celebrar los juegos durante la mitad del año, la propuesta era celebrarnos en el mes de diciembre. En el invierno de Catar.



Orry, la mascota de los XV Juegos
Asiáticos en el 2010. Es un oryx,
una cabrita típica del país. La vimos en
Le Corniche


En los medios alemanes esto causo una gran polémica, porque los juegos del Mundial de Fútbol, coronan el verano alemán. Los fanáticos del fútbol pueden pasar sus semanas de vacaciones en las transmisiones televisivas en parques y en espacios abiertos. Es obvio que nadie quiere estar presenciando los partidos entre nieve y bajo cero.  El tema está sin resolverse. Creo que sería una mala pasada para los europeos, pero para los organizadores del Mundial de Fútbol, sería la clave para resolver muchos problemas administrativos y logísticos. Y de mi experiencia de haber visitado un país árabe en los meses de junio, julio y en agosto, les puedo decir que sería lo más inteligente. Porque el calor de más de 45 grados haría insoportable la estancia de los fanáticos fútboleros y del desperdicio de energía para refrescar con aire acondicionado los estadios.



Trabajando para los turistas en una ciudad sin visitantes, todavía



Dejando este tema un poco al lado, pero no por completo, quisiera agregar que en Doha, Catar, no abundan los turistas como en los Emiratos Arabes Unidos. Dubai, uno de ellos, está a tan sólo una hora de Catar. Pero en el 2022 los habrá, seguramente, y por montones.



Le Corniche, el malecón de Doha de
varios kilómetros de largo



Por eso la ciudad se prepara en la urbanización. Nos dimos cuenta que la obra de The Pearl, una unidad habitacional para expatriados, rodeada por un majestuoso centro comercial, estaba sin visitantes. Al parecer el gobierno planea las atracciones que con el tiempo atraerán a los turistas y a nosotros nos atrajo, pues al día siguiente la iríamos a conocer. Pero eso se los platico en la siguiente entrada. Con seguridad los visitantes vendrán a Doha, y encontrarán una ciudad muy diferente a la que vimos.

Regresando al tema de la caminata, les cuento que el paseo por el malecón de la Bahía de Doha es altamente recomendable, quizá el único espacio para peatones en la ciudad. Los habitantes de esta ciudad pasean durante el viernes, día libre para los países árabes.  Esa tarde de sábado estaba un poco sola para nosotros cuatro.



Picnic en el malecón. Típica familia de Doha



Este malecón es muy apreciado para correr y para los bicicleteros. Por la noche se puede tomar café en uno de los puestos ambulantes o bien, comer al aire libre. Ese día vimos a una familia que lo hacía.
Para nosotros fue una bonita experiencia para conocer la ciudad de cerca y hacer ejercicio. Caminamos unas dos horas desde que salimos del Museo de las Artes Islámicas.



El edicio como proyectil, tiene una altura
de 232 y la filigrana se llama
mashrabiyya y es la Doha
Office Tower. La de la izquierda es
la Torre Tornado, ambas de Jean Nouvel



El invierno de Catar es muy agradable para nosotros que vivimos en Europa, ya que el invierno de esta región es más crudo, aunque este año no ha sido tan fuerte. Caminar por Doha esa tarde era como pasear en una tarde fresca de verano suizo. ¡Y lo mejor, con sol!

A medida que íbamos dejando atrás el Museo, nos íbamos acercando a la ciudad y a sus edificios. Estos son una verdadera muestra de adelanto arquitectónico, pero con una fuerte presencia en las formas árabes. Especialmente uno en forma de cilindro formado por filigrana árabe.



City Centre Mall



Terminamos el paseo por el malecón y nos dedicamos a la tarea de buscar el centro comercial más grande de la ciudad llamado City Centre Mall. Y en verdad que fue una odisea. ¿Por qué lo digo? Pues porque la ciudad no es para peatones, además de que el centro es casi un área de construcción permanente. Sabíamos que el centro comercial no estaba lejos del malecón y mi esposo ya lo había encontrado en el mapa, para eso él es un experto. El problema era llegar hasta él en medio del tráfico.





Este centro comercial también tiene
una pista de patinaje como el de Dubai


Después de un camino extra para evadir los camiones de construcción, que estaban frente al centro. Llegamos al City Centre Mall. Toda una vueltezota, pero valío la pena, porque ¿quién quiere toparse con la remolcadora? Llegamos al paraíso del café: Starbucks Coffee. Hora de la merienda, porque la caminata nos abrió el apetito.

Todavía recuerdo a las personas del café. Había tres europeos sentados viendo directo a la caja registradora. Pensé que eran alemanes, porque así se acostumbra en los cafés de este país. La gente se sienta a tomar un café y a observar a los demás. Bueno, pues así estaban ellos, fotografiando visualmente a los habitantes de Doha.

Me es difícil describir a la población. En este lugar había algunos extranjeros, expats y casi ningún turista, sólo nosotros y los alemanes de la mesa de a lado. Después llego una mamá con sus dos hijas. Elegantísima, vestida en café. Con botas, porque para los habitantes de Catar, diciembre también es el invierno. Recubierta con una capa. El pelo largo y sedoso, de comercial. Vean, estoy igual que los vecinos alemanes, pero quizá más discreta, como nos lo enseñan en México.



De regreso al hotel


En fin, al parecer a Catar le está pasando lo mismo que a Dubai. Los expats llegan a trabajar a sus empresas y las nacionalidades se mezclan. Las hay de todas. Y el turismo empieza y probablemente llegara a ser igual que en este Emirato.

Al día siguiente leímos en el periódico una nota que criticaba la nula posibilidad de caminar por el centro de Catar. Entre las nuevas construcciones y las avenidas, existen pocos pasos peatonales. La única opción es Le Corniche. Cuando íbamos en el taxi vimos a dos viajeros europeos, quizá alemanes que se abrían camino al estilo mexicano, entre los autos. Por desgracia los turistas europeos, como los alemanes y los suizos, como mi marido, quieren conocer la ciudad caminando. Imposible, hay que seguir las reglas del tráfico y si lo haces, es a tu riesgo. Y esto lo sé porque soy mexicana, de Nuevo León y no es tan fácil caminar entre la ciudad. ¿No lo creen?



Así recibimos nuestas bebidas de cola, en esta
bonita jarrita



Después de este paréntesis dulce, nos fuimos a buscar un par de tenis para mí, porque al día siguiente iría a practicar Zumba en el gimnasio del hotel. El centro comercial es pequeño, nada que ver con los de Dubai, pero sí, no me fue difícil encontrar un par y a un muy buen precio. ¡Ya estaba lista para bailar zumba al estilo árabe!

Regresamos al hotel a arreglarnos y cenamos en uno de sus restaurantes. Antes fuimos a tomar algo al bar del hotel. Si alguien quiere tomar un aperitivo, lo tendrá que hacer sin alcohol, porque en los países árabes como Catar , esta prohibido. Lo curioso fue que en el menú se ofrecen, pero al parecer no han actualizado los menús del Intercontinental.

Aquí termina esta historia y en la próxima entrada es contaré sobre el Villaggio, un centro comercial al estilo las Vegas y sobre la Perla, así como nuestra visita a la playa de Doha.

miércoles, 22 de enero de 2014

El Museo del Arte Islámico en Catar

¡Hola!, de regreso con la siguiente etapa de la visita a Catar. Hoy les quiero platicar sobre la primera actividad al llegar a la ciudad.



Museo del Arte Islámico en Doha


Era el 22 de dicembre. La noche anterior habíamos llegado y fuimos tarde a dormir como les comenté en el anterior Aterrizando. Dormimos unas horas, hasta las 9 de la mañana. Nos arreglamos y fuimos a desayunar. Después, quisimos tomar un taxi, pero en el hotel nos ofrecieron viajar con un vehículo del mismo. Parece ser que no hay tantos taxis disponibles en Catar, como lo hay en Dubai. Y es que el turismo está por llegar a Catar. Por lo pronto, este país se prepara para el Mundial de Fútbol del 2022.



Interior del Museo


Así fue como llegamos hasta el Museo del Arte Islámico. Una belleza de edificio. Su arquitectura impresionante, pero más lo era el diseño de su interior.  Pasamos una revisión de seguridad y compramos los boletos. Bueno, eso era lo que queríamos, pero la visita fue gratis. El Gobierno de Catar patrocina la entrada a los visitantes a Doha, capital de este país.



Hermosos los detalles árabes en su
arquitectura


Entramos a ver la exhibición sobre la Meca. El lugar sagrado para todos los musulmanes. Además de conocer un poco la historia de esta tradición, pudimos ver un poco de su arte textil y del arte árabe a través de los siglos.

Llego la hora de hacer una pausa y nos sentamos en el restaurant del museo. No teníamos mucho apetito, así es que picamos unas tortillas de harina rellenas árabes llamadas lavash más bien, las niñas lo hicieron, y yo pedí unos dulces árabes, de tamaño muy conveniente, pues casi habíamos desayunado. ¡Los dulces árabes me encantan! Especialmente su sabor a miel.



Aquí inició nuestro recorrido


La cafetería del Museo no sólo daba refugio a los turistas, pues también había extranjeros viviendo en ese país. Tiene un gran ventanal y eso le da un toque muy especial, pues se tiene la sensación de estar casi a la orilla de la Bahía de Doha.  Un excelente lugar para hacer una pausa.

En el mismo museo existe un restaurant en el cuarto piso y sólo abre por las noches. Este fue diseñado por el arquitecto Phillipe Starck y está regentado por  el chef francés Alain Ducasse. Debe ser una experiencia visitar el restaurant IDAM, por las noches.



Fuente del Café del Museo



El museo fue construido por el arquitecto norteaméricano de origen chino Ieoh Ming Peni, quien viajó a las mezquitas del Cairo y a la de la Alhambra, en Granada, España. La verdad, sentí hasta la semejanza de las catedrales mexicanas con sus azulejos, influencia de la España árabe.

Si nos ponemos a revisar las obras del arquitecto, encontramos que ha realizado edificios tan importantes como la torre John Hancock, en Chicago; el edificio Banco de China, en Hong Kong. La Pirámide, del Museo de Louvre y el edificio OCBC Centre de Singapur. ¡Casi nada! Y sólo por nombrar algunas de sus obras.

Hermosa vista de la Bahía desde el Café


Definitivamente, Catar es un país muy abierto, porque juntar los nombres de Starck, Ducasse y Peni, figuras internacionales no se puede observar en todos lados. Por eso, el museo es muy especial y muestra lo abierto que son los habitantes de este país, en especial, su Gobierno.



Probaditas del paraíso culinario árabe



El Museo del Arte Islámico muestra las obras de un período entre los siglos VII al XIX de países como Egipto, Iran, Turquía y hasta la India. Cómo ven, este Museo vale la pena visitarlo, en primer lugar, para conoce la cultura árabe de esta región y para admirar el trabajo de estas personalidades que acabo de describirles. 



Pieza del Museo de Artes Islámicas


Seguimos nuestro recorrido por la bahía de Doha, todavía boquiabiertos por haber visitado esta maravillosa obra arquitectónica y cultural. Era un día soleado, muy común por aquélla región del mundo. Era el invierno y no hacía el calor de más de cuarenta grados que conocíamos del Dubai del verano. Corría un viento muy agradable y se podía caminar sin suéter. En la mañana había sido más fresco.


Boulevard de las palmeras en el Museo.
Perfecto lugar para hacer fotos para nuestro
album familiar


Por lo pronto me despido de ustedes, no quiero extenderme, pero me falta contarles mucho más de nuestro primer día en Doha. Especialmente de nuestro largo recorrido de varias horas por la Bahía de Doha, a través de su malecón llamado Le Corniche. Esto lo haré el siguiente miércoles, si ustedes me lo permiten. Por lo pronto, les deseo una bonita semana y mil gracias por leerme.


miércoles, 15 de enero de 2014

Catar se prepara para el Mundial

Hoy les comparto la primera entrada del 2014 sobre la visita que hicimos a finales de diciembre a la ciudad de Doha, en Catar, sede del Mundial del Fútbol en el 2022. Todavía falta mucho, pero nos sorprendió esta ciudad, especialmente por su arquitectura.




Aterrizamos en Doha, Catar. Preciosa su bahía


La idea de pasar las vacaciones en este país, no fue nuestra primera instancia. El plan era ir a México, pero mi esposo tenía que estar el 2 de enero del presente, porque iniciaría un nuevo trabajo. Mis hijas y yo tendríamos libre hasta el 5 de enero. El 2013 nos dejó muchos días de vacaciones navideñas. No siempre es así.

Con este cambio de planes, mi esposo nos sorprendió con este itinerario. Viajaríamos a Dubai para pasar la Navidad, pero antes, haríamos una escala en Catar.

Definitivamente, su servidora, la acompañante, nunca hubiera seleccionado ir hasta ese rincón del mundo árabe. Pero le agradezco a mi esposo sus propuestas, porque pasamos muy bonitas vacaciones y el 2014 será el año de regresar a México. Definitivamente, él es el especialista de viajes.



En Catar nos hospedamos en el
Intercontinental. Vivimos un
verano en el invierno árabe


Posiblemente mi tendencia sería ir  a un lugar y seguirlo visitando una y otra vez. Y necesito reconocer que vale la pena arriesgarse y visitar otros destinos turísticos, aunque por el momento, no sean tan turísticos como Catar. Pero déjenme platicarles las experiencias en la sede del mundial. Si ahora, que se prepará es un país bonito, no quiero imaginarme como lo van a dejar en el 2022.


Disfrutando la hospitalidad en la aerolína de Catar

Iniciamos esta aventura el sábado 21 de diciembre. El viernes fue el último día de clases y para ese entonces ya estaba todo empacado. A las niñas les celebramos la Navidad el viernes. Incluso hicimos una cena navideña y abrimos los regalos. Algo inusual, pero desde que regresamos a vivir a Suiza, todos las navidades las hemos pasado en las montañas, combinando las vacaciones con los cursos de esquí.

Pero este año quisimos hacer algo diferente. Les dijimos adiós a los trajes de esquiar y empacamos más ligeros rumbo a Catar.  El viaje lo hicimos desde la ciudad de Zurich después del mediodía. Un vuelo de seis horas, casi nada. Mis paisanos que viven en Europa como yo, estarán de acuerdo conmigo que eso no es nada, se aguantan fácilmente en comparación con un vuelo trasatlántico.  En fin, desde ahí empezaba la diversión del viaje.



¡Bienvenidos a Catar!



Viajamos por primera vez con Catar Airways. Mi esposo encontró el vuelo directo de Suiza. Necesito decir que las aerolíneas de países árabes que hemos usado, ofrecen un trato de sultán a sus viajantes. Ayer leí un artículo que las compañías Ethihad y Emirates, son dos de las mejores diez aerolíneas en el mundo. Catar no entra en esta lista, pero posiblemente pronto. Ethihad y Emirates las puedo recomendar ampliamente. Nos sacaron completamente del concepto de viajero que teníamos como usuarios de las líneas europeas, dónde la atención al cliente no es siempre la mejor.

Definitivamente, estas compañías árabes están usando una muy buena mercadotecnia. ¿Quién no quiere un trato de rey? Pues así, sin exagerarles es el trato. Además, Catar Airways es famosa por su puntualidad y por una ventaja que muchas aerolíneas no tienen. Permite un equipaje de 30 kilos por persona. Sí, como leyeron, 30 kilos. Normalmente son 20 por persona. Quizá en algunas líneas sea un poquito más, pero no esta cifra.

El viaje fue maravilloso, con la posibilidad de ver películas en una pantalla personal, las seis horas del vuelo se fueron en un dos por tres.  Finalmente, llegamos a Doha y ahí vivimos una nueva experiencia en cuanto a aeropuertos. Y es que Doha, se prepara para el Mundial del Fútbol en el 2022.



Un aeropuerto en construcción para el Mundial

Momentos antes de aterrizar, vimos en la pantalla la explicación de nuestro boleto de avión. Había cuatro colores, porque el aeropuerto se prepara con una renovación que lo dejará perfecto para los turistas que lo visitarán en el 2022. Nuestro destino era el color morado, que significa destino final, Doha. Los pasajeros de color amarillo, tenían el destino de conexión. Algunos volarían a destinos como Australia, Singapur o a Vietnam, como le oímos decir a nuestro vecino de vuelo y los trasladarían por autobús a su terminal.

Otros tenían un color  que significaba que irían a la terminal dentro del aeropuerto y en su color amarillo del boleto, aparecía un marco de color café. Los más privilegiados tenían el color morado, que significaba primera clase y los recogería una limosina para llevarlos al destino final de Doha o al transborde dentro del aeropuerto. Así viajan los árabes, a todo lujo.

Pero nosotros no, porque teníamos el color azul de la clase económica y tomamos el autobús para abandonarlo en la terminal del mismo color. Ahí había filas de turistas. Una mano caritativa nos cambió de fila y llegamos mucho más rápido que en la original que avanzaba lentamente. Mi hija mayor me dijo que le sonrío al empleado y nos cambió. Fuera de bromas, necesito decir que siempre que hemos viajado a un país en el Medio Oriente, vemos como le dan prioridad en la fila de la aduana a las familias. Habrá que disfrutar este privilegio hasta que nuestras hijas crezcan.



La Medusa del Intercontinental



En el aeropuerto nos esperaba una camioneta del hotel. Le doy las gracias a mi marido porque se informa siempre y compara precios y aunque se piense que es más caro, viajara con un vehículo del hotel, es bueno comparar precios, porque es muy agradable ahorrar tiempo al dejar el aeropuerto. El costo no es tan elevado en comparación de tomar un taxi.

En veinte minutos llegamos a la recepción del hotel. Era casi la una de la mañana. Nosotros llegamos y la tripulación de Lufthansa dejaba el hotel para hacer el vuelo a Frankfurt, según me dijo mi esposo que salía por la madrugada.

El empleado del hotel nos sorprendió con su perfecto alemán. Por lo visto Catar es un destino de los habitantes de este país europeo.

Llegamos a la habitación y cerramos nuestros ojitos a las dos de la mañana. Las pijamas y los estuches de cosméticos los empaque al final para no tardarme buscándolos al llegar al hotel. Estuvimos listos para dormir y despertar a la mañana siguiente sin estrés para irnos a la piscina. Las niñas estaban desesperadas por hacerlo.

Así fue como acabó el primer día de vacaciones. Muchas gracias por leerme y la siguiente semana les platicaré sobre esta ciudad en Catar.

¡Buenas noches y que tengan una buena semana. Y gracias por leerme!