Puente de Arrabida, muy cerca del Hotel Vincci |
¡Hola! Esta vez estoy de regreso para contarles sobre el viaje que hicimos a Oporto, Portugal, el 18 de marzo del 2016. Un fin de semana antes de los Días Santos de Cuaresma.
Viajamos desde Basilea, Suiza. Llegamos con un vuelo de Easy Jet casi por la noche al Hotel Vincci. Esa noche cenamos en el Restaurante 33 Alameda, del mismo hotel.
El Restaurante del Vincci |
Oporto se está convirtiendo en el destino de moda para visitar en Europa. Esta ciudad avanza en su economía y en ofrecer mucho al turista. Desde su lado culinario hasta las facilidades de visitarla. Es por eso que desde hace buen tiempo queríamos hacer este viaje. Y no nos arrepentimos, ¡Nos ha encantado!
A partir de ese día, probamos las delicias de la comida portuguesa. El primer pulpo del viaje nos supo delicioso. Los portugueses tienen una dieta a base de pescados y mariscos. También comen tapas, como en España.
El primer pulpo del viaje, en el 33 Alameda |
Esa noche dormimos como angelitos y nos alegramos mucho de visitar la ciudad por la mañana.
Hotel Vincci |
La herencia arquitectónica en peligro de pasar a manos chinas
El río Duero |
Después de desayunar la típica comida de un desayuno continental, más las delicias portuguesas, como su pastel de nata, caminamos hasta la ciudad. 30 minutos de respirar el aire fresco de esa mañana del 19 de marzo, llegamos hasta la Iglesia de San Francisco.
Las casas a la orilla del Duero, en peligro de caer en manos de los empresarios chinos |
Durante nuestra caminata fuimos viendo las famosas casas o cascarones típicos de Oporto. Ahora deshabitadas, pero con toda la tradición arquitectónica como los azulejos. Las malas lenguas cuentanq que muchos empresarios chinos las tienen en mente para comprarlas y convertirlas en negocios redituables. Pero sus propietarios no se quieren deshacer de ellas, lo cual hace felices a la mayoría de los porteños. Sería una lástima porque un cambio rompería con toda la nostalgia portuguesa.
La Iglesia de San Francisco |
Una vez en la Iglesia, compramos nuestro boleto de entrada. Su construcción está basada en cemento y en madera, además de sus adornos en oro.
Desde ahí pudimos ver otra perspectiva del Río Duero.
Vista del Duero desde la Iglesia de San Francisco |
Al terminar nuestra visita en la Iglesia de San Francisco, nos dirigimos hasta el Mercado Ferreira Borges. En su interior vimos los puestos de ropa para bebés. El lugar es muy impresionante, pero más lo es, el Palacio de la Bolsa. En medio de estos dos edificios, se encuentra el Parque del Infante Don Enrique. Desde ahí, hicimos fotos muy bonitas del Duero.
Vista desde el Parque del Infante Don Henrique |
Seguimos caminando hasta la Estación Ferroviaria. Pero antes, pasamos por la calle Largo de Santo Domingo. Ahí nos detuvimos para entrar a ver la Iglesia de la Misericordia, en la que también encontramos hermosas decoraciones en la pared de azulejos. Descansamos unos minutos en su atrio, en una de las bancas de color rojo. Seguimos nuestro paseo hasta la Estación Ferroviaria por esta calle de tiendas.
Calle Largo de Santo Domingo |
Interior de la Iglesia de la Misericordia |
La Estación Ferroviaria, llena de azulejos |
Detalle de una de sus paredes |
Los andenes |
Las famosas casas al lado del Puente de Don Luis, en el Barrio Miragaia |
El paseo prosiguío hasta las famosas casitas a lo largo del Río Duero, a un lado del Puente de Don Luis, en el Barrio Miragaia Ahí haríamos una pausa para comer. Esto se los contaré en la siguiente entrada. Por lo pronto les doy las gracias por leerme. ¡Buenas noches!
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