sábado, 23 de abril de 2016

Adiós Viena





Los caballos, al final del paseo

Hola, de regreso para terminar de contarles sobre el viaje a Viena. Era el 21 de febrero y habíamos llegado el 17.


El coche de caballos en la Catedral


El día lo iniciamos con paseo en carruaje, como es usual en esta ciudad. El frío continuaba y por desgracia el cielo nublado también. Tomamos un paseo de 45 minutos por el centro. Esta vez, el coche de caballos estaba cerrado. Normalmente habíamos hecho este paseo en verano, pero estuvimos felices de no pasar frío.

El regreso fue en el mismo punto en dónde habíamos subido. En la Plaza de la Catedral de San Esteban.


Hora de comer



El tiempo en Viena se nos estaba acabando. Para calentarnos un poco, nos fuimos a comer al Cafe de L´ Europe, en el Graben. Era la primera vez que visitábamos este café.



Sopa estilo Gulash



Las niñas antojadizas pidieron una rebanada de pastel Sacher, con la bebida Almdudler. MI esposo ordenó su última milanesa empanizada y yo una sopa de Gulash.


La bolsa, un bonito recuerdo
 aparte de las galletas



El café estaba lleno, tuvimos mucha suerte en conseguir una de las últimas mesas. El tiempo apuraba y nos fuimos a caminar por el centro. Esta vez, no fue la excepción y regresamos a la tienda de galletas Manner, toda una tradicion en Viena.



La Opera



Era tiempo de regresar al hotel para recoger las maletas y dirigirnos al aeropuerto, pero antes, nos dimos una vuelta por la Opera. Un hermoso edificio digno de la cultura vienesa.



De regreso al hotel

De regreso a casita


Fue así como terminó el viaje. Esperamos regresar en verano, bueno, quizá, habrá que hacer otros viajes primero antes de regresar a esta bella ciudad, de la que tan bonitos recuerdos tenemos. Mil gracias por leerme y hasta el siguiente Aterrizando.











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