jueves, 9 de noviembre de 2017

En Brigels, Grabünden, Suiza: Esperando la nieve que nunca llegó


¡Hola! De regreso en este jueves de blog para platicarles sobre un fin de semana en Brigels, un pueblito que está en el Cantón suizo de Grabünden. Estuvimos del viernes 6 hasta el domingo 8 de octubre del 2017


Llegó el invierno




Cambia las llantas que viene la nieve


Antes de viajar hasta este pueblito en las montañas, tuvimos que hacer una cita en el taller durante esa semana, pues los pronósticos indicaban que nevaría y es peligroso viajar con llantas de verano. Así viajaríamos seguros.

Manejamos tres horas desde Basilea y llegamos apróximadamente a las 5 de la tarde. Recogimos nuestra llave en la recepción del Hotel Pradas, y nuestras cápsulas de café también. Descansamos un poco antes de ir a cenar.


Capuns


Cenamos en el Restaurante Vincenz, a unos metros del hotel. En el Pradas no hay restaurante, ni para cenar, comer o desayunar. Creo que se debe a un trato con los restaurantes del pueblo, para que no resultaran afectados con la creación de este hotel.

Los capuns son una especialidad de Grabünden. Son una especie de ravioles rellenos con tocino y acelgas. Muy ricos, se preparan con una salsa de crema y queso. Son pesados, pero deliciosos.

Se acabó el día y descansamos en el cuarto. Mañana nos tocaría caminar por el pueblo y comprar comida. Las especialidades de queso y pan de Brigels.



¡Buenos días!


Nada de nieve



Para nuestra sorpresa amanecimos con un cielo radiante, despejado, el sol brillaba. Nuestra hija fue a recoger el pan de la panadería del pueblo, pero a la puerta de nuestro edificio, porque mi esposo lo había encargado por internet. Estaba deliciosos. Fresco y de una calidad incomparable, como hecho en casa. Siempre tratamos de comprar el pan local. Mi favorito, un pan dulce relleno de crema de vainilla.


El pan local



Hora de recorrer Brigels

A comprar


Clima de ensueño

Después de desayunar, caminamos bajo un cielo radiante. Las chaquetas no eran necesarias, pues la temperatura había aumentado. Fue bonito pasear por este lugar. Para mi esposo es siempre regresar a su infancia, pues aquí pasaba las vacaciones y fines de semana con su familia. Y ahora él lo hace con nuestras hijas.



La Capilla de San Jacobo




Las hijas





Santa María de Brigels

La tarde transcurrió en un abrir y cerrar de ojos. Pronto llegó la hora de la cena. Ese día no hicimos mucho más.  El viaje terminaría pronto. El domingo a las 10 de la mañana, cuando era la hora indicada de ir a la recepción y pagar, pero no sin antes disfrutar el desayuno con el pan local.


Nieve sólo en el cuadro del cuarto

El hotel no estaba vacío. Otras familias disfrutaban las vacaciones de otoño. Nosotros nos íbamos y llegaban los siguientes. ¡Por cierto, el domingo amaneció nublado, más frío que el día anterior, pero nada de nieve! Nunca se sabe, los pronósticos fallaron, pero es mejor ser precavidos y no arriesgarse con el invierno en las montañas.


¡Hora de irnos. Hasta luego, Brigels!


Muchas gracias por viajar conmigo de nuevo por este paraíso en Suiza. ¡Les deseo una bonita semana y hasta el siguiente Aterrizando!


No hay comentarios:

Publicar un comentario