Precioso el candil en el Kosta Boda |
Después de pasar el día en dos parques de alces, continuamos el camino hacia Kosta, una ciudad de cristal. Sí, ciudad que alberga fábricas que producen diferentes productos de cristal. Mi esposo leyó en las guías de turista sobre la ciudad y sobre el hotel de la compañía Kosta Boda. El hotel es parte de la compañía y es una representación de todos los productos que elaboran.
Era la mañana del domingo 29 de julio y manejamos una hora desde el Parque de Alces Elingen. Después de la comida, manejamos apróximadamente menos de una hora hacia el Hotel Kosta Boda. En la recepción nos encontramos con un candil formado de muchas bolitas de cristal. En estas compañías manejan mucho el vidrio de color, tal y como lo conocemos en México.
Nos divertimos mucho visitando este outlet |
No pudimos darnos un descanso, porque lo siguiente en nuestro itinerario, era visitar las tiendas estilo outlet de Kosta Boda. Hay de todo, boutiques, zapaterías, pero lo que el turista no se puede perder, son los locales con productos de cristal. Nos maravilló el surtido. Llegamos a la de la compañía Kosta Boda y ahí compramos algunos objetos para nuestro hogar.
Los banquitos del bar son de ese color azul, caracteristico del hotel |
Los productos de Kosta Boda son muy caros, pero, como se trataba de un outlet, pudimos encontrar unas obras de arte a precios accesibles. En esta tienda de productos con defecto, tienen el mismo surtido que los productos de primera calidad. Nosotros no les vimos ningún defecto. Pagamos y como es lógico, no los llevamos con nosotros. Aprovechamos el servicio de envío a domicilio. Es una lástima que Suiza no pertenezca a la Unión Europea, porque tuvimos que pagar como si el envío hubiera sido a Estados Unidos. Ni hablar, padecimos esta desventaja. Pero bueno, en agosto mi esposo tendría cumpleaños, y le adelantamos el regalo. ¡Ese fue su deseo!
Hamaca de cristal en el patio del hotel |
Terminamos la compra y caminamos por las otras tiendas del centro. Las niñas se divirtieron en un área de juegos y poco después regresamos al hotel a cambiarnos para la cena.
Detalle del techo del Bar de Cristal |
Lo que ha hecho famoso a este hotel, es su bar. El Bar de Cristal, cuyo color azul es su sello. Ahí tomamos un aperitivo y las niñas uno de los famosos jugos de manzana suecos. Después, fuimos a cenar en el restaurante del hotel. Por suerte pudimos tener una mesa, más tarde nos daríamos cuenta que el restaurante estaría lleno.
Hermosos estos portavelitas como centros de mesa |
El restaurant del hotel también sirve sus alimentos en las vajillas producidas en la fábrica de Kosta Boda. Los platos son pesados y algunos con colores muy alegres. Los portavelas tenían un diseño muy geométrico y bueno, la comida fue excelente.
No tomamos ninguna entrada. Preguntamos por el pescado que ofrecían, pues se nos antojaba comer un salmón a la plancha y el nombre del pescado del menú estaba en sueco. Nos dijeron que era un filete de pescado, pero después nos dimos cuenta que era el salmón que se nos había antojado. No nos podemos quejar, porque nuestro filete de ternera estuvo delicioso.
Las famosas albóndigas Kotbullar |
Las niñas comieron las famosas albóndigas con pasta llamadas kotbullar, sí, como las de la tienda sueca Ikea. Nos dimos cuenta que la mayoría de los comensales eran suecos. Parece ser que Kosta es un lugar para el turista nacional. Los menús estaban en inglés, pero como en el caso del salmón, tenían los nombres suecos. En fin, nos dio mucho gusto poder estar en esta ciudad típica sueca, alejada del turismo internacional.
Como tomamos una mini selección de su menú de postres, me fui a caminar por el pueblito con mi hija mayor. La chiquita, se quedó con su papá porque ya quería dormir. Caminamos de nuevo al outlet, por su lado externo, pues ya las tiendas habían cerrado. Regresamos al hotel, pero antes de dar por terminado el paseo, pasamos por la escuela primaria. El clima en la noche ya era fresco, pero agradable. No teníamos los 30 grados de Malmö, pero para Suecia ese atardecer de unos 18 grados era muy agradable.
Hotel Kosta Boda |
El día se estaba acabando y a la mañana siguiente teníamos que madrugar, porque era nuestro último día en Suecia. Nos esperaba la ciudad de Ystad, cuna de las historias policiacas del escritor Henning Mankell y una formación de piedras llamada Ales Stenar. Y para cerrar nuestras vacaciones, visitaríamos el Parque de Diversiones Tivoli, en Dinamarca, de dónde saldría nuestro vuelo a Basilea, Suiza. Hay que recordar que Malmö está a media hora de la capital danesa.
De este lado se encuentran las habitaciones |
No tardamos mucho en dormir y nos despertamos a las 7 de la mañana del lunes 30 de julio. Desayunamos en el hotel y encontramos un bufet muy rico y saludable. Dejamos el Hotel Kosta Boda casi a las nueve de la mañana y nos dirigimos hacia una iglesia muy particular, de la cual les platicaré en el siguiente Aterrizando. ¡Que tengan una bonita semana y mil gracias por leerme!
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