miércoles, 11 de julio de 2012

Despidiéndonos de los espíritus balineses

A lo lejos, se ve el pescador 
Playa de Ungasan



Todo lo que empieza acaba, y esta visita en Bali no fue la excepción. Después de la cena de aniversario y la visita al spa, el penúltimo día en esta isla de Indonesia estuvo compuesto por la visita a la playa.


Desde la playa, se podía ver nuestro cuarto



 Para esto, bajamos las escaleras, pues el Hotel Banyan Tree está localizado en una montañita. Nuestra habitación, estaba en el mirador. 

¡Ah, qué tranquilidad!

En la playa nos sorprendió su altar a los espíritus. Bien arregladito, y con las típicas ofrendas.  Las niñas pudieron jugar con la arena, gracias a los accesorios playeros que el hotel les prestó. Mientras ellas jugaban, mi esposo y yo descansamos en las sillas reclinables, viendo a los pescadores buscar en sus redes, la pesca del día. Ya estaba bajando la marea y los arrecifes se podían apreciar también.


Una cuevita 


Después, recorrimos un poco la orilla y apreciamos las cuevas en la playa.  Tuvimos una tranquila cena, y lo que seguía era empacar para nuestro siguiente destino, Kuala Lumpur, en Malasia.


Las hijas se divirtieron buscando conchitas, pero no se las llevaron


A la mañana siguiente, el transporte hotel-aeropuerto nos estaba esperando. Estuvimos un rato en el vestíbulo del hotel y nuestra pequeña capturó el corazón de uno de los empleados. Tenemos una foto de nuestra hija con él, Andi, en brazos. Un chico de una sonrisa envidiable.


Durante el camino, mis ojos iban capturando las últimas imágenes de la isla. Esculturas, vegetación, gente, en fin, me quería llevar todo grabado como recuerdo de nuestra estancia en esta isla.


En la sombrita

Una compañerita del jardín de niños de mi hija menor, es indonesia. Su papá me dijo cuando le conté que ibamos a ir a esta isla, que una vez que se visita Bali, siempre se quiere regresar. Le dije que sí, totalmente, cuando me lo encontré de regreso en Basilea. Espero volver un día a esta isla y seguir conociendo un poco de su cultura, mitos y saborear de nuevo su deliciosa comida. En especial, el tamal de atún.  Les prometo investigar su nombre en indonesio.


La espera en el aeropuerto fue tranquila, sin contratiempos. Compramos unas playeras para las niñas y unos shorts para las tres. Lo único que les recomiendo, es tener cuidado con el regateo, porque siempre quieren pedir más de lo que cuestan las cosas.

Un altar 


En fin, fuera de este pequeño detalle, les puedo decir que fue una muy bonita experiencia, aún y cuando su servidora no se quitaba de la cabeza las noticias sobre los atentados. Espero que Bali continúe con esa ola de paz, y que ningún grupo extremisa invada la isla con sus actos destructivos, porque la gente y el país, no se lo merecen.


¡Adiós Bali!

¡Bienvenidos a Kuala Lumpur, Malasia!

Con esta edición de Aterrizando terminó mi relato sobre Bali. En los siguientes les contaré de la visita a Kuala Lumpur, en especial, sobre el templo hindú dentro de la montaña. Pero antes, les platicaré de mi visita a Cancún, México, dónde pasaremos una semana de vacaciones y veremos a nuestra familia mexicana. Salimos hoy por la noche. ¡Hasta pronto y feliz semana!

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