Ahora continúo con el viaje a Malmö, Suecia, que hicimos a finales de julio. Una ciudad que nos dejó la impresión de que era el Mediterráneo escandinavo, porque sus habitantes disfrutan su ciudad, casi vacacionando sin salir de casa. Tienen de todo, playa, restaurantes, parques, centros comerciales. En fin, todo esto con un escenario marino que parece vivir al máximo en el verano.
Después de haber dormido placenteramente la noche del viernes, como les conté en el anterior Aterrizando, nos levantamos a desayunar en el Hotel Radison Blu. En el restaurant del mismo había muchos turistas, con un público formado en su mayoría por suecos y algunos alemanes. Y claro, nosotros.
El puerto en Malmö, primer punto en nuestro programa |
Empezamos el día con una caminata desde el hotel hasta el puerto. Pero antes, encontramos una tienda dedicada a artículos para fiestas infantiles, Party Land. Imposible dejar de entrar. Ahí encontré silbatos para mis clases de Zumba Kids, para la canción de pajaritos a volar, o chicken dance. Estaba en la calle del hotel, Oestergatan. Llegamos al puerto y desde ahí se podía observar el famoso edificio the turning torso, del arquitecto español Santiago Calatrava. Impresionante, de color blanco cuyas líneas son un juego entre altura y curvas.
Impresionante el Turning Torso |
El clima envidiable, fresco y agradable para caminar en ropa de verano. Llegamos hasta el edificio y buscamos información para ver si podíamos entrar. La dirección es Lilla Varvsgatan 15. El Turning torso existen está construído sobre un minilago artificial y el color blanco le da un aspecto muy elegante sobre el fondo azul del Mar Báltico.
El edificio desde la playa o Sundspromenade, en sueco |
Ese día, sábado 27 de julio, habría una sesión para entrar al edificio. Nosotros nos la perderíamos, porque teníamos que seguir caminando en nuestro recorrido. La hora señalada sería a las 2 de la tarde. Pero nos sentamos un poco en su lago, para admirar este bello edificio.
Malmöhus, el castillo de la ciudad |
El torso que da vuelta, como podría llamársele a este edificio, tiene una altura de 190 metros y 54 pisos que albergan departamentos de lujo y oficinas. Es el edificio más grande de Escandinavia, y el segundo habitacional más grande de Europa. Este edificio va dando un giro de noventa grados desde su base hasta la planta más alta. Se construyó en el año 2005. Dentro del edificio se puede apreciar la ciudad de Copenhaguen.
Slottsrädgården. |
Después de que las niñas jugaron un poco en este minilago, seguimos caminando. Nos adentramos a un conjunto habitacional en la playa de Malmö. Así fue como nos mezclamos entre los suecos. Los edificios habitacionales tienen vista directa al mar y a la ciudad de Copenhaguen. Había una playita, con agua agradable para las suecos, pero probablemente fría para nosotros. Era un día de verano perfecto y teníamos una bella panorámica. La playa tiene asadores y servicos sanitarios muy cuidados.
Nuestras hijas disfrutaron del parque |
Nosotros nos sentamos en un café italiano. En el Bar Italia, claro. las niñas tomaron jugos de manzana suecos y nosotros dos capuchinos. Ahí mismo vendían helado, pero eso será para una siguiente visita, porque no teníamos nada de hambre después del desayuno. Disfrutamos en este café de una hermosa vista del Puente Oeresund, que une a Malmö y Copenhaguen.
Casino |
Seguimos caminando por este conjunto habitacional hasta llegar al Castillo Malmöhus. En el trayecto vimos gente en los canales de agua con sus botes de remo y mucha gente paseando en bicicleta. Llegamos hasta el parque Slottsrädgården.
La antigua y nueva biblioteca |
En este parque, nos encontramos un hermoso jardin botánico. En medio del mismo se encuentra el Castillo Malmohus. Llegamos hasta un lago y encontramos una banca para descansar. Ahí nos dimos cuenta que por la tarde celebrarían una boda. ¡Qué romántico!
La Opera |
Continuamos caminando por la ciudad, hasta llegar a un centro comercial llamado Triangeln Köpcentrum. Pero en el camino vimos más atracciones, como el Casino, ubicado a la salida de este parque, la antigua y nueva Biblioteca y finalmente, la Opera. De verdad que no hay nada mejor que caminar para poder admirar una ciudad. ¡Y si hay buen tiempo, mucho mejor!
¡Todo para ponerse guapo! |
De este centro comercial me gustaron mucho dos tiendas. La primera, una dedicada a los productos de belleza. Ahí estaban todos representados. La tienda se llama Bellbox y también es un salón de belleza. Ahí compre un champú en tamaño para viajar y un cepillo especial para desenredar el cabello de las niñas sin tanto estirón.
Artículos de decoración con el sello escandinavo |
Después entramos a una tienda de artículos de decoración y de uso del hogar. Compramos unas pincitas para cerrar las bolsas de pasta y de otros productos con la figura de pájaritos. De verdad que los escandinavos son creativos para el diseño. La tienda se llama TGR. De verdad, se las recomiendo.
Lo único que no me gustó mucho de este centro comercial, es que los baños son unisex. Prefiero que los separen por damas y caballeros. Pero al menos en este lugar no. Todo mundo puede entrar al baño de su preferencia. Ni siquiera hay letreros que los diferencíen.
Mercado internacional en la Plaza de Gustavo Adolfo |
Caminamos hasta la Plaza de Gustavo Adolfo. Gustav Adolfs Torg. Y ahí encontré una tienda de zapatos escandinavos Ecco. ¡Y empezaba la temporada de ofertas! La vendedora fue súper amable y fue así como regresé a Basilea con unos nuevos zapatos estilo mocasín para el invierno basileo. En color morado.
Delicioso este sandwich típico. Räksmörgås |
En esta plaza había un mercadito con puestos de comida de toda Europa. España, Alemania, Italia, Holanda, en fin, un paraíso para todos los gustos. Pero nosotros queríamos comer el típico pan con camarones. ¡Sí, como los venden en la tienda sueca Ikea! Y encontramos una cafetería en la calle Södergatan, que es la calle de las tiendas. Esta cafetería se llama Hollandia.
Plaza Stortorget |
Después de la pausa, seguimos caminando por la calle Soedergatan hasta llegar a la Plaza del Ayuntamiento. Regresamos a descansar un poco en el cuarto del hotel. Esa noche iríamos a cenar de nuevo a la ciudad. Escogimos un pub inglés para cenar, Paddy´s, la calle Kalendegatan, muy cerca de la plaza Lilla Torg y la Stortorget. En un patiecito, entrando por la última plaza, donde está una antigua farmacía. Esta vez las hamburguesas serían nuestra elección.
Lilla Torg |
Caminamos después de la cena, de nuevo por la plaza Lilla Torg. El tiempo en Malmö se nos había acabado, pero mañana sería un día dedicado para nuestras hijas, pues iríamos a visitar dos parques de alces. Después, llegaríamos hasta la ciudad de Kosta, famosa por sus creaciones en vidrio.
¡Buenas noches, Malmo, gracias por el buen clima! ¡Y a ustedes gracias por leerme. Hasta el próximo Aterrizando!
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