jueves, 20 de junio de 2013

Brisbane, una segunda oportunidad



De regreso a Brisbane


Después de pasar algunos días de descanso en las playas de Fiji, regresamos a Brisbane, en Australia. Ahora empezaba la cuenta regresiva. Las vacaciones se estaban terminando, pero aún teníamos un día más en esta ciudad australiana, antes de continuar nuestro viaje a Abu Dhabi.


Por desgracia tuvimos un retraso de tres horas en el Aeropuerto de Nadi, en Fiji. Llegamos a las ocho de la noche a Brisbane. Caminamos un poco por la ciudad, y comimos unos sandwiches en el cuarto del Hotel Meriton Serviced Apartments. Estábamos cansados y quisimos ir a la cama para empezar temprano el recorrido por la ciudad, la mañana siguiente.



En la cafetería le Bon Choix, desayunando


Y así lo hicimos. El 25 de febrero, empezó nuestra caminata por la ciudad de Brisbane. Esta vez desayunamos en un café francés de la ciudad. Capuchinos y cuernitos. Veíamos pocos turistas y sobre todo, los empleados de las oficinas de la ciudad.

Esta vez empezó la agradable tarea de comprar recuerditos. Nuestras hijas habían esperado para comprarse sus koalas de peluche. Era el tiempo de hacerlo, pues ya íbamos casi de regreso a casa.  Por suerte en Brisbane hay muchas tiendas de este tipo. Nuestra hija mayor compró, además, un suéter deportivo con la leyenda de Australia, y la chiquita, una playera con koalas. Las dos completaron su colección de sellitos con los animales de este continente.


Aquí no hay cajeras malhumoradas, el cliente
 se cobra y paga solo.
 Pero ¿una cajera malhumorada?
No en Australia


Las niñas no fueron las únicas que obtuvieron sus deseos. Su servidora tuvo la oportunidad de conocer el restaurant mexicano Guzmán y Gómez. Bueno, fue la oportunidad para la familia entera. 
Necesito decir que el restaurant estilo taquería tiene una bonita decoración, con sillas amarillas de metal, con leyendas en la pared alusivas a México, como el tema de los luchadores, y hasta Jarritos, los típicos refrescos del centro de México.

Tuve la oportunidad de hablar con chicos mexicanos en el caja. Una de ellas, me platicó que el dueño de la cadena García Gómez es un americano, quien radica en Australia. Lo que más me gustó, después de la comida, fue el logo, formado por dos alegres compadres, Guzmán y Gómez. En realidad, no son los dueños, pero estos paisanos sí existen y son amigos del propietario. 



¡Alto, no te lo comas, tómale foto a los tacos
 Steak Chipotle!


Las niñas comieron quesadillas y guacamole. Mi esposo y yo probamos los tacos. Inmediatamente me decidó por los Steak Chipotle, y mi esposo por los Pork Chipotle. Todo estuvo delicioso, pero en mi próxima visita pediré que me quiten los frijoles del taco, para comérmelos estilo regiomontano. Exacto, como en el norte de México, en Nuevo León.

Terminó la pausa y siguió el recorrido de las compras. Entramos a la tienda departamental The Myer Centre, y después nos tomamos un café en la calle peatonal y comercial de Brisbane.


En uno de estos City Ferry nos subimos rumbo al hotel


Lo que me encantó de Brisbane, fue entrar a la tienda Big W y pagar en una caja sin cajera o cajero. Sí, el mismo cliente pasa su mercancía por la caja registradora y puede pagar en efectivo o en tarjeta de crédito. Y claro, el mismo empaca su mercancía.



Riverside Center, ahí estaba el
Cha Cha Char


De regreso, caminamos hacia la playita de la ciudad, la Street Beach y las niñas comieron un helado. Llegamos al hotel, pero esta vez, en un mini Ferry. Fue bonito de nuevo pasar por sus Jardínes Botánicos. Con esta visita renovada a Brisbane, teníamos una segunda oportunidad de conocer un poco más de la ciudad. Una afortunada ciudad que conocimos siempre con un sol brillante.

Otra segunda oportunidad que vivimos en Brisbane, fue a la hora de la cena. Regresamos al restaurant de carnes, el Cha Cha Char. Esta era un prioridad de mi esposo, porque en sus libros de viajes, lo recomendaban como el mejor restaurant de carnes en Australia.



Los australianos aman los sabores mexicanos,
como este té  Mexican Dream


Para mí fue la oportunidad de tomar de postre un té mexicano. La primera vez me fue imposible, porque nuestra hija menor, se durmió en plena cena. En aquel entonces, acabábamos de llegar a Australia y nuestro horario era el europeo.

El día en Brisbane acabó empacando. Al día siguiente teníamos que estar temprano en el aeropuerto. El vuelo a AbuDhabi sería a las siete cuarenta y cinco de la mañana.


Brisbane desde el cuarto

Un capítulo terminaba en el viaje a Australia, que estuvo lleno de naturaleza, tranquilidad y con la insuperable amabilidad de los australianos.  ¡Hasta pronto Australia!



¡Adiós Puente Story, adiós Australia!


Y nos seguimos leyendo en el siguiente Aterrizando con el relato de AbuDhabi, en el mundo árabe. ¡Hasta pronto y gracias por leerme!

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