jueves, 21 de mayo de 2015

Carmelo, Uruguay: el Storybrook sudaméricano



¡Storybrook si existe!


 La entrada del Four Season's Carmelo.
Empieza la sensación de entrar a
otra dimensión




¡Hola! Regreso para contarles la siguiente etapa de nuestro viaje a Sudamérica. Era febrero del 2015. Habíamos dejado Buenos Aires, embarcándonos rumbo a Carmelo, en el distrito de Colonia, Uruguay.



Hora de ir a la piscina.


Como les contaba en el anterior Aterrizando, el viaje había durado una hora en barco. Era el 24 de febrero. El taxi nos llevó hasta el Four Seasons Resort Carmelo. El hotel está situado entre una zona boscosa y la orilla del río. Esos árboles brindan una agradable sombra en los días de verano, temporada en la que estábamos cuando lo visitamos.


Viñedos del hotel


Nos registramos y fuimos a nuestro cuarto, de dos pisos. Con chimenea, pues parece que en invierno se necesita prender para calentarse. Inmediatamente nos preparamos para ir a la piscina. 
En ninguno de mis viajes había sentido que el suelo que estaba pisando no correspondía a la realidad. 
En los siguientes días que duró nuestra estancia en Carmelo, en el Four Seasons, porque no salimos de ahí, por ningún motivo, esta sensación fue creciendo por completo.



Río de la Plata. Buenos Aires está casi dos horas de Carmelo


Si alguno de ustedes ha tenido la oportunidad de ver la serie de televisión norteaméricana, Once Upon a Time, recordara Storybrook, el pueblo en el estado de Maine, que no aparece en los mapas, y que sin embargo sí existe, pero dentro de otra dimensión. Pues así fue Carmelo para mí. Un Storybrook sudaméricano.



Los europeos con corazón latino



Arquitectura balinesa en el hotel



Nos encontramos con el siguiente fenómeno. La migración. Los habitantes de Carmelo descienden de europeos. Este grupo de inmigrantes pobló Uruguay. De ahí el nombre del distrito Colonia. Los habitantes de Carmelo se ven como europeos del norte. Altos, rubios, de ojos azules o verdes. ¿Se pueden imaginar a un alemán o suizo, de apariencia, pero actuando como un latino? Bueno, pues esto es lo cotidiano en Carmelo.

  

¿Cómo no probar las carnes de Uruguay?
Cena en el Restaurant Pura



La descripción se amplía cuando vemos a personas de tez morena, aperlados, altos, con rasgos europeos, pero con matices de sudaméricano en sus facciones. Los empleados del hotel, al ver a mi familia, en especial a mi esposo, suizo, nos platicaban de sus abuelos, que habían emigrado de Europa. 


El postre de las hijas



El hotel está dedicado para el descanso. Dentro de sus actividades se encuentran paseos en caballo, en barco por el río de la plata, golf, canotaje, tenis  y el spa. Nosotros disfrutamos en esos días la piscina. ¡Nuestras hijas no querían salir del agua! El hotel tiene una influencia muy fuerte de Bali en su arquitectura y en su diseño de interiores. Tanto en el vestíbulo como en sus habitaciones. ¡Hasta en la playa se pueden ver esculturas que evocan a este país asiático!


Disfrutamos el atardecer en Carmelo viendo las apacibles aguas del Río de la Plata que separan Argentina y Uruguay. Cenamos en Pura, el restaurante del Hotel. A la mañana siguiente el programa no sería diferente. Seguiríamos disfrutando la piscina y el calor que nos hacía falta en Europa.


La influencia suiza en sus postres de chocolate


Mi mañana la empecé con una media hora en el crosstrainer, después del desayuno. El gimnasio está ubicado en el área del spa y de la piscina techada, donde muchos argentinos pasaban ahí sus horas de piscina, porque no querían el agua media fría de la piscina al aire libre. Mi familia europea disfruto mucho de la temperatura de la piscina. Yo como típica mexicana, hice un show cuando entré al agua media helada de la piscina. En cambio, mi marido y mis hijas, parecían que entraban a las aguas termales.


Descanso y Gastronomía en el Hotel



Deliciosas sus especialidades a la hora del desayuno


Mantequilla de la Granja Narbona



Jogurt

¿Un panecito con dulce de leche
para desayunar?


El Four Seasons ofrece a sus huépedes los productos elaborados en la Finca Narbona. Productos lácteos, en especial sus quesos tipo europeos, pastas, dulces de leche, panes y vino, en especial el tannet.


Paseo mañanero por el hotel



Esculturas balinesas en la orilla
del río


La hora del desayuno era una delicia. El bufet contaba con panes frescos, cereales y una deliciosa y natural granola elaborada en la cocina del hotel. El uruguayo como el argentino disfruta el dulce de leche desde el desayuno.



Area de descanso sobre el Río de la Plata


En esos días, estuvimos totalmente desconectados del mundo. Obviamente tuvimos conexión a internet en el lobby del hotel y en la piscina. En los cuartos no hay conexión, lo cual no es nada malo.  En el segundo piso de la habitación se encuentra el cuarto de baño con una bañera. Un minispa que evita la tentación de correr a usar la computadora.



Un minispa en el cuarto



¡Definitivamente Storybrook sí existe! Fue lo que pensé cuando uno camina entre el bosque y la piscina. Los arboles de eucalipto y pino le dan un aire especial al hotel, altos y frondosos. Cuando iba todas las mañanas hacia el gimnasio, tuve la sensación de que de pronto me toparía con un personaje de los cuentos de hadas, o con seres mitológicos de la historia uruguaya. Quizá algún personaje aborigen, cuya cultura aparece enmarcada en los pasillos del hotel. Esta sensación me acompañó durante toda la estancia en el hotel, desde que el taxi entró por las puertas de acceso al mismo



Testimonio de los primeros habitantes en Carmelo


Curiosamente el hotel no existe más. Cambio de propietario. A partir del 31 de marzo dejo de ser administración del Four Seasons. Ahora se conoce como Carmelo Resort &Spa. Ya no se puede reservar un cuarto bajo el nombre de Four Seasons.  Nuestra visita la realizamos en un tiempo en que el hotel estaba por cambiar su nombre. Una sensación irreal, si se le quiere ver así. Prácticamente estuvimos en un hotel que ya no existe. Bueno, la realidad nos atrapa cuando vemos la cuenta del hotel que se lee en nuestros recibos de la tarjeta de crédito.

Así transcurrió nuestro primer día en el hotel. Realmente nos sorprendió mucho no haber sido víctimas de mosquitos. En la recepción nos indicaron usar loción repelente, pero no tuvimos ni una picadura, afortunadamente se habían ido de vacaciones. ¡Qué suerte para nosotros! En especial para nuestras hijas.

Quisiera seguirles platicando sobre este lugar. Por hoy haré una pausa y continuaré en el siguiente Aterrizando. Por lo pronto les deseo una buena semana y ¡muchas gracias por leerme!




































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