Viajamos en este ferry desde Helsinki a Tallin |
¡Hola! De regreso en Aterrizando. Hoy les cuento la visita relámpago, en un día, a la ciudad de Tallin, capital de Estonia. Esto durante nuestras vacaciones en Helsinki.
Tallin está a dos horas en barco desde Helsinki, fue así que nos animamos a ir de paseo por esta ciudad, la primera ciudad de Europa del Este, en el mapa. Esto fue el domingo 5 de octubre. Nos levantamos temprano, porque el viaje empezaría a las diez de la mañana. Bueno, había que desayunar y llegar con el taxi hasta el embarcadero donde saldría el ferry de la compañía Tallink Silja Line
Nos fuimos en la clase bussines, no tan cara y si muy cómoda |
El Ferry a Tallin, pocos turistas y muchos finlandeses comprando cerveza barata
El viaje fue muy cómodo porque reservamos un área de negocios. Iba casi vacía, y bueno, no fue tan cara. Además se podía tomar café y otro tipo de bebidas no alcohólicas. Además de galletas, verduritas cortadas y un sinfín de golosinas. Tengo que hacer un apartado sobre las bebidas alcohólicas, todo un tema en Finlandia. Resulta que beber cerveza y vino es muy caro, y los finlandeses viajan en Ferry hasta Tallin, donde se surten a precios baratos de esta bebida fermentada.
Desde nuestro ferry vimos otro que venía de regreso de Tallin |
El trayecto duró dos horas. Llegamos al puerto y muchos se bajaron con carritos de compra o con maleta. Iban directo a las tiendas de bebidas.
Llegamos a Tallin |
Conociendo el Tallin Medieval y el pasado ruso
Monumento al MS Estonia de 1994 |
Dejamos el Paks Margareeta o el Museo Marítimo de Estonia y llegamos hasta una verdadera joya de Estonia. Su Puerta Vieja. Ahí empezaba nuestro recorrido por Tallin.
Paks Margareeta |
La Vieja Puerta |
El día estaba nublado y hacía mucho frío. Por suerte no llovía. Nosotros íbamos bien abrigados y no sentimos las inclemencias del tiempo. El Casco Antiguo estaba medio lleno de turistas. Era muy agradable caminar por las callecitas medievales de Tallin.
Casco Antiguo |
Torre del Ayuntamiento
Encontramos un restaurant típico
Era casi la una y ya era hora de hacer una pausa. Buscamos un restaurant típico de Estonia y encontramos uno muy especial en la Plaza Mayor, el restaurant Olde Hansa. Totalmente en la oscuridad de la Edad Media. Nos encantó porque han conservado el lugar co
La Plaza Mayor de Tallin |
Tienen el menú en todos los idiomas. Este para mí, en español |
Tarro de cerveza ligera con canela |
Carnero del Himalaya con especies de la montaña ¡Dios mio, estaba riquísimo! |
El local estaba iluminado sólo con velas. Gracias a la lámpara de mi teléfono celular, pude iluminar los platillos y las bebidas. Así fue como nos dimos cuenta de lo que íbamos a comer. LA comida, deliciosa, en especial la mía. Veníamos de caminar en el frío aire del Mar Báltico y nos cayó divino el calor de la comida de Estonia.
Cambio de tema: un baño del Medievo |
Este para los caballeros |
Museo de Arte de Estonia. Niguliste Museum |
Después de la comida, seguía el recorrido |
Catedral de Alexander Nevski, una oda a la dominación rusa
Para bajar la comida medieval y su cerveza, seguimos caminando por la ciudad. Ahora le tocaba el turno a la Catedral de Tallin, Alexander Nevski. Es una iglesia ortodoxa y fue construida durante el tiempo de la dominación rusa. Es un homenaje a la arquitectura rusa.
Catedral Alexander Nevsky |
Simplemente una oda al dominio ruso |
¡Impresionante! |
Frente a la Catedral, encontramos el edificio del Parlamento en un bello color rosa pálido. Nuestro camino siguió y esta vez iríamos caminando por el barrio de Toompea, para llegar al Mirador de
Kohtuotsa.
En el camino nos encontramos la Embajada Mexicana en Estonia |
Desde el Mirador de Kohtuotsa con la Iglesia de San Olav |
El mirador ofrecía una increíble vista de Tallin y del Mar Báltico. Tuvimos mucha suerte, porque no estaba lleno de turistas. Hicimos las fotos oficiales y regresamos a la ciudad. Queríamos entrar a una tiendita de recuerditos.
Las Murallas de Tallin |
Valió la pena la búsqueda porque encontramos estas gorras típicas de Estonia, hechas a mano |
Y encontramos algo muy especial que nuestras hijas usan ahora mismo. Gorras hechas a mano de lana, muy calientitas para este tiempo de invierno europeo. El tiempo nos correteaba y teníamos que regresar a tomar el ferry de regreso a Helsinki.
De regreso a Helsinki
De regreso hacia la estación marítima, pasamos de nuevo por la Gran Plaza. Aquí se ve el Old Hansa |
Caminamos de regreso por las callecitas de Tallin y llegamos a tiempo al ferry. Este barco es un tipo de Duty Free y ofrece de todo. Cosméticos, comida, joyas, ropa, juguetes, en fin, de todo. Pero su mayor atracción son las bebidas alcohólicas. Como platiqué al inicio de Aterrizando, los finlandeses aprovechan los precios y adquieren aquí sus cervezas. En Finlandia el precio de las mismas es muy elevado.
No voy a dar ningún discurso moralista, pero el que el gobierno finlandés aumente los precios de las bebidas alcohólicas, sólo desata el pánico entre su población. Esa es mi opinión. Creo que en lugar de erradicar el alcoholismo, con sus elevados impuestos a las bebidas, sólo incrementa su consumo.
Sin juzgar, sólo les comentó lo que vimos. La gente regresaba con sus maletas llenas de latas o bien con sus carritos de compra. Algunas personas mayores de sesenta años, se cayeron por las escaleras al desembarcar. Al parecer habían consumido demasiado alcohol y no podían caminar. Algunas de ellas ya no podían cargar con sus compras o incluso cayeron al piso perdiendo el sentido.
Fuera de esto, el paseo hasta Tallin es muy recomendable. Realmente para nosotros fue la oportunidad de conocer la Europa del Este.
Alguien regresaba con su compra de cervezas de Estonia. Más baratas que en Finlandia |
Mala combinación. Probar las compras de cerveza y el viaje en barco |
En el Cafe Fazer |
Típico pan escandinavo. Voileipä |
Caminando por el puerto hasta el Hotel Haven. Helsinki |
Así termina mi relato sobre Tallin, una impresionante ciudad europea con matices medievales y rusos, con la modernidad de formar parte de la actual Unión Europea. Gracias por leerme y hasta el próximo Aterrizando.
Plaza del Senado. Helsinki |
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