miércoles, 25 de junio de 2014

De Aruba a Panamá, el regreso a Europa




El penúltimo atardecer en Aruba



¡Hola, bienvenidos a Aterrizando! Hoy es miércoles de blog y les platicó sobre aquel miércoles 12 de mayo, la última noche que pasamos en la isla caribeña de Aruba.



Ensalada, perfecta en el calor caribeño



El día prosiguió tranquilo, desayuno, playa, todo sin estrés. Ese día también lo dediqué a la media hora en aparato ejercitador cross trainer.



Y una empanadita argentina  en el Restaurant Madero




Disfrutamos mucho ver un amanecer más en esta isla, y de los rayos intensos del mediodía. Precisamente, la comida la hicimos en el restaurant playero Madero. Una comida ligera, ensalada, con una empanada pequeña estilo argentina.



Ultima tarde de playa



Nuestras hijas disfrutaron de la piscina, pues al día siguiente, a esa hora, ya estaríamos cruzando los cielos para dirigirnos a Panamá, nuestra última parada antes de regresar a Europa. Pero no era el momento de ponernos tristes, mejor seguimos disfrutando las últimas horas en el hotel.



El día en la piscina fue extendido, pues no hicimos ninguna otra actividad fuera del Ritz-Carlton. Esa noche, decidimos cenar en la terraza del cuarto. Y fue una muy buena decisión. Disfrutamos mucho la brisa marina y las niñas cenaron en la salita del cuarto, frente a la televisión, viendo sus caricaturas, mientras nosotros lo hicimos viendo el anochecer. Esa noche, tendríamos un poco de trabajo para hacer nuestras maletas.



De despedida, una cena en la terraza para
disfrutar el último atardecer



Y se acabó la noche, la última en Aruba. ¡Esperamos regresar pronto!



Rumbo a Panamá y la cultura latina




¡Adiós Aruba!



A la mañana siguiente no nos estaba esperando ningún taxi para ir al aeropuerto. Tuvimos tiempo de hacer tranquilamente las últimas fotos en el hotel y de desayunar tranquilamente.  Dejamos el hotel y regresamos al Aeropuerto de Aruba, llamado Emperatriz Beatriz. En honor a la antigua monarca holandesa.



¡Y llegamos a Panamá, a pasar la última noche en
el continente Americano!




El vuelo con Copa fue de dos horas. Esta vez, la fila en la Aduana era larguísima. Cuando llegamos de Monterrey, una empleada nos pasó a la vía de los ciudadanos panameños. Esta vez, buscaba a uno para que nos viera. Y lo logré. Le puse esa carita que nos hace mi hija cuando quiere algo, y lo conseguí. El oficial se compadeció de nosotros y nos pasó con todo y niñas, de nuevo a la fila de ciudadanos panameños.



El hotel está en el Albrook Mall



Recogimos las maletas y en veinte minutos ya habíamos llegado al Hotel Tryp, gracias al servicio de transporte que habíamos reservado por internet.  Este es un hotel relativamente nuevo y tiene la peculiaridad de estar ubicado en un centro comercial. El Albrook Mall.



La piscina del Hotel Tryp



A partir de que llegamos a la recepción, empezó el choque cultural para mi marido. El está súper acostumbrado a la exactitud en las recepciones, todo como lo pidió o mejor dicho, reservó por Internet. El chico del mostrador, muy atento, pero quizá, no tan eficiente, tenía un poco de problemas con los cuartos que habíamos reservado. Finalmente llegamos a nuestros cuartos, y nos confirmó que la cena estaba incluida.  Caminamos un poco por la terraza del hotel, para ver la piscina y el mirador.

Teníamos una hora y media para conocer el Albrook Mall. Curiosamente, las tiendas cerraban a las ocho de la noche. Una hora muy temprana para mi gusto. En fin, regresamos al cuarto y nos preparamos para ir al bufet del restaurant del hotel.

En nuestros primero días en Panamá, antes de viajar Aruba, visitamos este centro comercial para cenar en el restaurante típico El Trepiche. El Albrook Mall es enorme y se divide en las tiendas nacionales y otra sección de tiendas internacionales. La primera es mejor conocida como el sector popular, mientras que en la segunda, se encuentra la entrada del Hotel Tryp y está dirigida a los turistas.




Visitamos la tienda departamental Felix B. Maduro


Aquí mi esposo continúo en calidad de choque, porque la mesera le dijo que la cena no estaba incluida. Después de ir a preguntar al jefe, para confirmar, nos tomó la orden. Llegó con las bebidas y se le olvidó una. Recuerda que estas en latinoamérica, le dije a mi esposo suizo. Yo estaba acostumbrada y lista para lo que fuera.

El bufet estuvo muy rico, y yo encontré unos medallones de res al estilo mexicano. Pero primero, probé su sopa de tortilla. Firmamos la cuenta y regresamos al cuarto. Al entrar, nos dimos cuenta de lo que nos habían llevado. Una botella de vino espumoso, un plato de queso y fresas con chocolate.  Con esto, mi esposo olvidó las imperfecciones latinas.



Pasillos del Albrook Mall



A la mañana siguiente no tendríamos ningún minuto para continuar las compras. El transporte que habíamos pedido, nos estaba esperando. Pagamos la cuenta, y cual fue nuestra sorpresa que la cena sí estaba incluida. A partir de este momento, no nos quedó ninguna duda. El Hotel Tryp todavía está en pañales, les falta un poco de atención al cliente, como debe de ser en cualquier hotel. Aunque su buena voluntad no se discute.

Desgraciadamente siempre hay personas malhumoradas. En el desayuno la cocinera de los huevos no quería trabajar esa mañana y fue muy grosera. Yo le dije, que tuviera un buen día. Después, una huésped del hotel me preguntó por mi platillo, y yo le dije que la cocinera no estaba de muy buen humor. ¡Pero aquí están todos de mal humor, no son como en mi Ecuador! En fin, me dio gusto saber que no era la única chistosa.

Otro dato curioso, a los huéspedes enfrente de nosotros, casi los dejan sin mesa, porque cuando regresaron, el mesero ya se había llevado sus platos con todo y cubiertos. Los comensales se enojaron. En mi opinión todavía muchos elementos del personal tendrían que estar cursando una formación en hotelería y turismo.




Esa noche, disfruté de una sopa de tortilla, en el restaurant
del Hotel Tryp



Al momento de irnos en el transporte, el chófer nos dijo que no nos podíamos ir, porque faltaba un pasajero. Tendría que preguntarle a la recepcionista de la compañía para la cual trabajaba. La noche anterior habíamos pagado por un servicio privado, sin ser comunitario, porque no queríamos llegar tarde al aeropuerto. Ella me dijo que estábamos esperando a un huésped y que todavía estaba desayunando. "Los siento mucho señorita, nosotros pagamos por un servicio individual, que es más caro que uno compartido, y nos fuimos.  Se imaginan, ¿esperar a un pasajero que sería llevado a otro hotel?Tuve que defenderme sin ser grosera. ¡Y adiós, nos fuimos! El chófer también comentó que esto no era algo muy aceptable. ¡Tenía razón!



Visitando otra tienda en el Albrook Mall



Documentamos, sin antes pasar por la tienda de cosméticos Mac. Aproveché la oportunidad de comprar lo que necesitaba en la comodidad de mi idioma.



Regalo de bienvenida al Tryp. Con esto se olvidan
todos los malos detalles



Fue así como nos despedimos de Panamá. No puedo generalizar, de los días anteriores en este país, puedo decirles que el panameño es muy simpático y amable. Lo que sí puedo generalizar, es que al Hotel Tryp le falta un poco más de formación en el trato al cliente, en general, pues la atención es un poco diferente de lo que se espera un un hotel.

De todas maneras, disfrutamos mucho una noche más en Panamá y la oportunidad de conocer algo nuevo en el viaje.

Así termina este relato de nuestra aventura por Monterrey, México, Panamá y Aruba. Les agradezco su lectura y hasta el siguiente Aterrizando. ¡Qué tengan una buena semana!










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