miércoles, 4 de junio de 2014

Conociendo el lado holandés de Aruba





Domingo de paseo por Oranjestad


¡Hola! Hoy regreso para continuarles la historia de nuestro viaje por las Antillas Holandesas, por Aruba, en específico. Era nuestro segundo día en la isla, del domingo 9 de marzo del 2014.

Ese día lo empezamos muy tranquilos, desayunando temprano y visitando la playa y las piscinas del hotel. Disfrutamos mucho de calorcito caribeño y del placer de no hacer nada. Pero nuestro plan para la tarde era ir a conocer la capital de Aruba, Oranjestad.

Bonaire, Curazao, Saba, San Eustaquio, San Martin y Aruba, forman un estado autónomo que le pertenece al gobierno de Holanda. Estas islas no son miembros de la Comunidad Europea, pero sí gozan de sus privilegios, por ser territorios de Holanda.  Como les decía en mi anterior Aterrizando, un habitante de Aruba, posee los mismos derechos que un ciudadano europeo. A partir del año 2010, las Antillas Holandesas gozan de un estatus independiente a Holanda, aunque el Rey Guillermo de Holanda, sigue siendo el Jefe de Estado de las mismas.



Disfrutando la ciudad, sin el turismo masivo




A lo lejos se ve uno de los pocos Cruceros que llegan los
domingos, por suerte, porque a diario llega más de uno



Normalente llegan a Oranjestad, cuatro mil turistas por día, la mayoría, son pasajeros de los enormes Cruceros que se ven en su malecón. Solamente los domingos, la ciudad permanece casi desierta. Casi, porque llegan algunos de ellos. Como ese domingo, en el que vimos a un crucero alemán, anclado en el puerto de la capital de Aruba. Sus turistas, paseaban por la ciudad, igual que nosotros.


Bellas, estas casitas estilo colonial, con el sello arubense,
¡sus colores pastel!



Las tiendas son importantes para el turismo de Aruba, como les comentaba en mi entrada anterior. Y no nada más son tiendas de recuerditos, no, son tiendas de reconocidas marcas internacionales y de lujo. Están colocadas por todo el Boulevard L. G. Smith.



Detalles de las fachadas



Por las calles de su centro, encontramos un grupo de casas en espectaculares colores pastel. Rosa, verde, azul, con ribetes blancos. Son casas del siglo XVI, muy parecidas a las que se ven en Nueva Orleans, pero el color pastel, las hace diferentes.



Tiendas para todos los gustos


Por desgracia, recordamos que Aruba formó parte de la trata de esclavos. El peor de los pecados de la Epoca Colonial. Mi suegra viajó con el abuelo de mi esposo, quien tenía tratos comerciales con Curazao. El se dedicaba al comercio de encajes, y viajaba por todo el mundo. Los encajes suizos, famosos y admirados por los pueblos de origen africano. Ella nos contó que cuando visitó la isla con su papá, existía la discriminación racial. Por fortuna, nosotros no encontramos ningún rastro de racismo, al contrario, sus habitantes están mezclados. Esa sombra, al parecer, desapareció de la isla.




Antigua Iglesia Protestante



Continuamos con el recorrido y nos encontramos con la Antigua Iglesia Protestante. También caminamos cerca del Fort Zoutman, que sirvió para protegerse de los piratas. Esta antigua torre es ahora el Museo Histórico. Fue así como llegamos hasta el Gabinete del Gobernador y Parlamento de Aruba.




Casa del Gobernador



Oficinas del Parlamento



Ya nos estábamos acercando al malecón, pero antes, nos tocó ver la plaza con la estatua de Jan Hendrik Albert, el primer Ministro de Aruba, considerado el Padre de la Nueva Política de Aruba.  Después caminamos por la Marina y decidimos cenar en las mesas de afuera del restaurant Casa Tua, Pizzeria. Tuvimos una excelente velada, porque en el kiosco de la plaza, dos músicos ofrecieron un concierto. Disfrutamos mucho la brisa nocturna, con el atardecer caribeño. Fue un bonito momento en familia.




Jan Hendrik Albert





Cenamos en Casa Tua




Después, caminamos por la avenida principal, L. G. Smith para buscar un taxi de regreso. Encontramos uno en la entrada de un hotel. Curiosamente era una conductora y quise hablar con ella. Pero estaba de mal humor. Esta fue mi única mala experiencia con la gente de Aruba. Es como todo en la vida, hay excepciones. Fuera de esto puedo decir que la gente es amable y simpática. Pero todos tenemos un mal rato, ¿verdad? La avenida estaba saturada, al parecer los arubenses salen tarde a pasear, a disfrutar de los últimos momentos del domingo antes de iniciar la jornada laboral.




Ellos deleitaron nuestra velada



Por hoy me despido, les deseo una bonita semana y les doy las gracias por leerme. ¡Hasta el siguiente Aterrizando!


El Caribe de Aruba



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