En este Aterrizando les voy a platicar sobre nuestro viaje al norte de Europa, a la ciudad de Oslo, en Noruega, país perteneciente a la región de Escandinavia, conocida también como los países nórdicos. El corto tiempo que estuvimos en la capital de Noruega, fue suficiente para querer regresar de nuevo. Y es que el norte de Europa no sólo es frío, es el aire marino, puro, fresco. Es el color especial del cielo, un azul celeste sin comparación. Es el fenómeno de la aurora boreal. Es la vanguardia en el diseño arquitectónico y en el caso de Noruega, es la vanguardia en su multiculturalismo. Aunque los hechos insensatos de Utoya, todavía están plasmados en el corazón de sus habitantes.
Llegamos el viernes 22 de septiembre por la tarde, casi al anochecer. Volamos desde Zurich durante dos horas. Antes de partir, nos informamos de los principales lugares que visitaríamos. La ciudad es pequeña, así es que la recorreríamos caminando.
¡Bienvenidos a Noruega! |
Y la verdad que fue posible. Las predicciones del clima eran favorecedoras. 14 grados la temperatura máxima. Sí, pero la verdad, no me confíe. Para eso, mis hijas y yo, llevamos las chaquetas de invierno, los guantes y las bufandas. Y claro, las botas. Buena decisión, porque allá arriba del continente europeo, un viento gélido nos daba la bienvenida. 14 grados, pero se sentían como 8. Como dicen en estas tierras de Europa: no hay mal clima, sino ropa inadecuada para el mismo. Además, había un poco de lluvia. El famoso ¡chipichipi! Mi esposo, llevó solamente una chaqueta ligera, un impermeable. El es el europeo al cien porciento y no es tan friolento como nosotras tres.
Un aeropuerto modelo que proveé de bebidas más baratas
Bueno, más que el aeropuerto, su sistema de trenes. Resulta que el Aeropuerto Gardemoen, está a 15 minutos de la ciudad, viajando por tren. ¡Maravilloso! Compramos los boletos en las máquinas expendedoras. El turista se ahorra el pago del taxi, y considerando los precios noruegos, es un súper ahorro. Hay que recordar que Noruega no pertenece a la Comunidad Europea. Tiene un nivel de vida muy alto, buenos salarios y la gente está satisfecha con sus ingresos. Su moneda son las Coronas. Más adelante les hablaré de su historia económica.
Aquí empezaríamos el recorrido de ese fin de semana |
Mientras esperábamos nuestras maletas en la banda de equipaje, uno a uno iban llegando los pasajeros noruegos de nuestro vuelo. Tres botellas e incluso hasta seis. Bueno, cada quien en su derecho. Hacer y dejar hacer. Pero nos llamó mucho la atención este acontecimiento que no habíamos visto en ningún otro aeropuerto. El noruego de verdad que aprovecha su estancia en este lugar para ahorrar.
Lo primero que ve el visitante cuando deja la estación de trenes |
Pero qué les puedo decir, mi marido, que es suizo, habla maravillas de los escandinavos. El los ha tenido como compañeros de trabajo y dice que es muy agradable trabajar con ellos. Y bueno, nuestra primera experiencia del viaje fue en la compra de los boletos de tren. Inmediatamente una chica empleada del sistema ferroviario, se acercó a decirnos que nuestras hijas no necesitaban pagar boleto. Después, mi marido quizó dejar a un lado el carrito, antes de bajar al andén del tren rumbo a la ciudad. Inmediatamente ella comentó algo que no entendí, y supusé que estaba prohibido bajar con el carrito de las maletas hacia el tren. No, sorpresa, estaba preocupada porque no quería que cargaramos las maletas hasta el andén. El carrito podía llevarse más allá de la entrada. ¡Qué amabilidad, se preocupaba por nosotros! Oslo nos daba la bienvenida.
Claro que tienen buen servicio de transporte público, pero nosotros decidimos caminar |
Tolerantes con los niños
Noruega es conocida como un país que acepta mucho a los infantes, a diferencia de otros países europeos. Eso lo noté, especialmente porque vi a muchas noruegas súper jovencitas cargando a sus bebés, en carreola o con la bolsa cangurera. Esto no lo había visto mucho por la Europa del Norte. Claro hay papás jóvenes, pero son contados.
Legalmente, la mujer escandinava goza de muchas prestaciones cuando está embarazada. Primero, disfruta de un año de permiso en su trabajo, con remuneración para dedicarlo a su bebé. Después de esta etapa, tiene un lugar de guardería asegurado para que continúe su vida laboral. Por eso no es raro ver tantos niños en la ciudad de Oslo. De seguro habrá más beneficios para las familias en Noruega. A nosotros nos tocó ver muchas carreolas por los alrededores y muchas familias en los restaurante. La cosa más normal del mundo. ¿Verdad? Así debe deser. Los niños son el futuro de cualquier sociedad. Aunque no todo mundo lo entienda así.
De cómo les cambió la vida a los Noruegos$$$$$$$$$
Resulta que Noruega hace algunos años, era un país de pescadores. Al menos así nos lo cuenta la historia. Esta situación cambió cuando los noruegos encontraron yacimientos de de petróleo. Lo cual ha colocado a Noruega en el tercer país exportador del oro negro después de Rusia y Arabia Saudita. De ahí que su moneda sea fuerte y esté afuera del bloque de la Comunidad Europea. El estandar de vida de los Noruegos cambió rotundamente.
Los escandinavos son famosos por sus diseños. Y los noruegos no se quedan atrás |
Aquí desayunamos el sábado. Después, la caminata por la ciudad nos estaba esperando |
El sábado fue el único día para visitar tiendas. Obviamente, el domingo está todo cerrado. Quien mejor se aprovecho de la situación, fue nuestra hija menor. Ella ama los alces de peluche y Noruega, como los otros países escandinavos, está lleno de alces, y los de peluche son uno de sus más solicitados recuerditos de viaje. ¡Suertuda!, alcanzó dos. El primero se llama Norli y Alfred. Norli es el nombre de una tienda que vimos en el centro y el segundo es en honor de Alfredo Nobel, el científico sueco benefactor de la humanidad, quien institucionalizó la ceremonia de Premiación del Nobel de la Paz en esta ciudad de Noruega, y no en su país, tema del cual les hablaré en mi siguiente Aterrizando.
Por lo pronto los dejo. Llegamos a la Estación Central de Trenes de Oslo. El Hotel Clariond nos estaba esperando a un metros de ahí. Fue muy cómodo trasladarnos así, a pie. Mañana nos esperaba todo un sábado de caminata por toda la ciudad, rodeados de deportistas, sí, había un maratón. ¡Hasta el próximo Aterrizando!
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