domingo, 19 de agosto de 2012

Bratislava, una perla del Danubio


La estación de Barcos en Viena: De aquí sale el catamarán a
Bratislava. Enfrente se puede ver la plaza Schwedenplatz

Hola mis lectores. En esta ocasión continúo mi relato del viaje de fin de semana a nuestra querida Viena, del que ya les había empezado a platicar en mi anterior Aterrizando.

Despertamos la mañana del sábado 4 de agosto y el plan tradicional para visitar Viena se cambió. Normalmente siempre que viajamos a Viena en fin de semana, lo aprovechamos completo para visitar los rincones que siempre nos gustaron. Esta vez no fue así. La idea era visitar la ciudad de Bratislava, a una hora de Viena. Mi esposo ha estado ahí por cuestiones de trabajo, pero yo, nunca.

La propuesta surgió la noche del viernes, pues nuestro hotel estaba enfrente del puerto dónde sale un catamarán a esta ciudad. A primera hora de la mañana, después de desayunar en el Le Loft, fuimos directo a comprar los boletos del barco en las oficinas del Twin City Liner, en la Estación de Barcos de Viena.

El tren que tomamos para Bratislava

Por desgracia sólo pudimos encontrar boletos en barco de regreso. La ida la tendríamos que hacer en tren, en la Estación de Trenes del Sur de Viena (Südbahnhof). Así es que nos fuimos en taxi hacia este punto, para inciar la aventura a Bratislava.

El tren salió puntual y tuvimos la suerte de tener muy buenos lugares. No eramos los únicos viajeros que irían a Bratislava. En el trayecto fuimos viendo un poco del paisaje Eslovaco. ¡Qué emoción!, la primera vez que visitaría este país. Para nuestras hijas también.

Llegamos a la Estación de Trenes en Bratislava e iniciamos un recorrido a pie hasta el centro de la ciudad. Apróximadamente 20 minutos. El clima era sofocante. El sol brillaba y casi estábamos a treinta grados. Pero, esto era mejor que caminar bajo la lluvia. Ese día nos despertamos con una tormenta veraniega en Viena, que sólo duró poco.  Así es que a caminar para ver la ciudad.


Palacio Grassalkovic

Recorrimos la avenida Stefánikova y llegamos a un hermoso jardín del Palacio Grassalkovic, dónde está asentado su Poder Ejecutivo. Hicimos una sesión de fotos con las niñas, pues su jardín era maravilloso. A partir de ahí, caminaríamos hasta su centro histórico.

El siguiente punto de referencia turísitico que vimos a mano derecha, fue el Castillo de Bratislava, punto importante para visitar en otra ocasión. Mi esposo ya ha estado ahí y conoce su panorámica. En esta ocasión no pudimos visitarlo, pues no nos quedaría mucho tiempo para el recorrido.

El Castillo de Bratislava

Y llegamos a su centro. Ese sábado por la mañana, vimos un bonito mercado típico. El siguiente punto en la agenda, era buscar un restaurant para la comida. Escogimos uno frente a la Plaza de Armas. Curiosamente nos dimos cuenta que la gente que estaba a nuestro alrededor, turistas como nosotros, viajarían de regreso en nuestro barco.

Plaza de Armas. Aquí se ve el Antiguo Ayuntamiento

En el restauran Roland, nuestras hijas comieron una típica milanesa vienesa, que también es un plato popular eslovaco. Mi esposo pidió Bryndzové halušky, una platillo elaborado a base de papá y queso de cabra. Yo sólo pedí un plato italiano de melón con jamón de Parma. Aburrido para el viaje, pero perfecto para el clima caliente que estábamos viviendo.


Bryndzové halušky, un platillo típico, en el 
Restaurant Roland


Ya casi eran las dos, y el barco saldría alrededor de las cuatro de la tarde. El tiempo se estaba pasando de volada. Así es que seguimos caminando por la ciudad antigua y nuestro destino era el Centro Comercial Aupark. ¿Por qué fuimos a este centro comerical? Bueno, por el trabajo de mi esposo, pudimos conocer este tip. Resulta que el famoso centro comercial, está a un lado del Río Danubio, a unos minutos de su centro antigjuo. Mi esposo lo había visitado antes para conocer los productos de su compañía en una de sus tiendas. Sin decir marcas, pero era un tipo de farmacía. El centro comercial Aupark es súper moderno y en su interior tiene las companías de muchas cadenas europeas e internacioales. Un ejemplo de cómo Eslovaquia está cambiando de ser parte de la vida comunista, a la vida consumista. 


El Nuevo Puente. Nový Most


A este restaurant en el puente se le conoce como
 platillo espacial. UFO

Lo hermoso de esta visita, fue caminar por uno de los puentes que atraviesan el Río Danubio. Nosotros lo cruzamos, a través del Puente Nový Most (el Nuevo Puente). Antes de llegar al Centro Comercial, los visitantes pueden admirar un edificio en el puente, que parece una nave espacial. Dentro de este edificio, hay un restaurant. La vista debe de ser formidable. Un motivo más para conocer en la próxima visita a Bratislava.  

Vista de regreso del Centro Comercial Aupark

Seguimos caminado bajo el calor, y el sol penetrante. Gracias a Dios teníamos nuestras gorras y una botella con agua. Además, después de la comida, esto resultó formidable. Llegamos al centro comercial y nos encontramos bajo el saludo del aire acondicionado. Existen tiendas para todos los gustos. Sólo visitamos dos. En una hicimos una compra, y en la segunda no entré, por falta de tiempo. Pero me lleve grabado en la mente el modelo de unas hermosas zapatillas rojas, de piel de ante, que no quisé comprar en las prisas. Por suerte las pude adquirir por Internet, cuando llegué a Basilea.


La Iglesia de San Martin. A un lado, han contruido
una autopista, todo un tema en esta ciudad


Antes de emprender de nuevo la caminata, entré en una chocolatería, pero no para comprar este tentador dulce, sino para comprar una botella de agua San Pellegrino. De un litro, claro. Y así emprendimos el vuelo como Cenicienta antes de la última campanada, porque el barco con destino a Viena, salía a las cuatro de la tarde.

Nuestro barco nos estaba esperando. ¡Vámonos a Viena!


Así recorrimos el camino de regreso y llegamos muy a tiempo al puerto dónde saldría nuestro catamarán rumbo a Viena. Por suerte, todavía nos esperaban algunos puntos turísticos qué ver, 
como el Castillo Devin, que tiene una larga historia y que por suerte, todavía es patrimonio histórico de Bratislava.


El Castillo Devin, edificado en el siglo VIII
Ahora les presento las últimas imágenes de esta ciudad desde el barco rumbo a Viena. Esta ciudad está cambiando radicalmente. Lentamente está ocupando un espacio en la Comunidad Europea. Y pensar que alguna vez fue parte de Checoslovaquia. Europa cambió, y sigue en evolución. Creo que los Eslovacos están viviendo nuevos tiempos, y una prueba de ello, es la manera de cómo está evolucinando su capital. Aquí les dejo una prueba de la Eslovaquia de antes, con la de la modernidad. Espero regresar algún día y poder ver un poco más de estos cambios.


Mlynské Nivy, su sector financiero 


Por lo pronto Viena nos estaba esperando para regresar a nuestros rincones preferidos. Esa tarde regresamos a nuestro cuarto del Sofitel y nos arreglamos para ir a cenar a la colonia donde vivimos hace doce años. Maria Auxiliadora. Maria Hilfer. Iríamos a cenar a la región del Spittelberg. Ahora mismo me entra la nostalgia. Buenas noches Viena, hasta mañana, cuando te veríamos por útima vez antes de regresar a Basilea, Suiza. Guten Abend! Servus! ¡Adiós!

¡Adiós Bratislava!


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