El tercer día, era nuestro día en Hong Kong. Cuando fuimos de nuevo a desayunar al Cafe Gray, vimos a la ciudad reluciendo, el sol había salido. Se nos hizo el milagro de ver la ciudad con su lado cálido.
Y salió el sol
Esta vez ni hicimos fila. Directo nos subimos al tranvía, que estaba ahí casi sólo para nosotros, a excepción de una una pareja china con los papás de uno de los dos, quienes ya le había echado ojito a las niñas. En el mirador, se tomaron fotos con ellas.
Y llegamos. Fuimos a su mirador y sacamos todas las fotos con sol que quisimos de la ciudad.
Después, nos sentamos a tomar unos jugos y un cafecito y disfrutamos de la vista del sol. Hong Kong, esta vez no nos dejaste ir sin verte engalanado. Y de verdad que es otra vista.
El tiempo se nos estaba acabando y regresamos al hotel para empacar. Los días en la ciudad se acabaron para dar paso a una sorpresa más: la visita a Disneyland Hong Kong. Un paseo para las hijas, y también para nosotros. Dejamos la isla de Hong Kong para irnos a la isla de Lantau, en busca de las orejas de Mickey Mouse.
En la próxima edición, les contaré sobre nuestro encuentro con Miguelito y compañía.
¡Buenas noches!
El tranvía llegó
Y llegamos. Fuimos a su mirador y sacamos todas las fotos con sol que quisimos de la ciudad.
Después, nos sentamos a tomar unos jugos y un cafecito y disfrutamos de la vista del sol. Hong Kong, esta vez no nos dejaste ir sin verte engalanado. Y de verdad que es otra vista.
Vista desde el mirador the Peak
En la próxima edición, les contaré sobre nuestro encuentro con Miguelito y compañía.
¡Buenas noches!
no sabía que existía Disneylandia Hong Kong ;)
ResponderEliminarEsta vez no nos tocó tan lleno como el año pasado.
ResponderEliminarSaludos