martes, 21 de marzo de 2017

Viajando a Lang Co, en el centro de Vietnam



A la mañana siguiente



¡Hola, de regreso en este blog para contarles nuestras primeras horas en la República Socialista de Vietnam. Una aventura que resultó con dos caras, la de la tranquilidad y el descanso y la del bullicio citadino.

Estuvimos de vacaciones en Asia a finales de febrero del 2017. Llegamos primero a Hong Kong. Era nuestra tercera visita a esta ciudad. Prometo contarles ese paseo. Pero este viaje lo quiero iniciar con Lang Co, el lado central de Vietnam, en la costa del Mar Chino del Sur.


Vietnam, un país de motocicletas


Llégamos el miércoles 1 de marzo por la noche. Viajamos por Cathay Pacific. El vuelo fue desde Hong Kong hasta la ciudad de Danang. Ahí nos recogió un chófer del Hotel Banyan Tree. El viaje duró una hora por la carretera hasta Lang Co. Fue lento porque los vehículos sólo puede manejar a 60 kilómetros por hora. ¿El motivo? Hay demasiadas moticicletas en Vietnam y es una medida para proteger a sus conductores.




Esa mañana había llovido
¿El fin de las vacaciones playeras?



Durante el recorrido nos encontramos con la ciudad de Danang en plena cena. Los restaurantes al aire libre estaban abarrotados. Los moticiclistas disfrutaban la noche a la orilla del mar.  Los vendedores ambulantes ofrecían en sus carritos la deliciosa comida vietnamesa.  Ah, qué ganas de empezar a conocer el país.


Desarrollando una táctica contra la pronunciación vietnamita del inglés

Al llega al Banyan Tree, la chica de la recepción nos llevó directamente al cuarto. Fue casi imposible entenderla en inglés. A partir de ese momento, el oído de mi marido y el mío se agudizó, porque lo que él no entendía, lo entendía yo. Buena estrategia que resulto. Nos dimos cuenta en los días siguientes, que la mayoría si tenía buena pronunciación. Y claro, lo que todo vietnamita tiene, simpatía y buen humor.


Pedimos una pizza al cuarto para nuestra hija menor y para nosotros. La mayor se fue a dormir inmediatamente. Después la seguimos los tres.


La lluvia nos visitó por la mañana, ¿se quedaría?



El agua no amaneció muy agradable
esa mañana


A la mañana siguiente, lo primero que pensé fue que me había equivocado con toda la ropa que había puesto en la maleta. Estaba lloviendo y se sentía el fresco. Tuvimos un susto al pensar que la pisicina se quedaría solita sin nosotros usándola.


Por lo pronto, llamamos a un carrito estilo golf y nos fuimos a desayunar. El lugar de nuestra habitación estaba en una colina y con tanto carrito del hotel manejando por los alrededores, era mejor que no caminaramos por las veredas. ¡Así es que nos dejamos llevar!


Disfrutamos tanto el desayuno. Tuvimos la comida occidental, pero lo mejor, la vietnamesa. Todavía extraño sus noodles y sus pancakes salados. Totalmente únicos y preparados con verduras. Y porque lo niego, la champaña a discreción.



Llegó la hora del té



La merienda


Esa tarde, mis hijas y mi esposo si chapotearon en la piscina. Yo les contemplé feliz desde la silla reclinable, escuchando la música de Zumba para mis siguientes clases que tendría al regresar a Basilea, Suiza.

A media tarde, llegó el té. Con un bocadillo salado y dulce. El té cambiaba por día. Tuvimos de todo, verde, de menta y hasta de crisantemos.  Uno diferente por día y servido en todo el hotel.


Desde el carrito golfero


El clima se mejoró y no volvió a llover. Los pronósticos eran favorables, así es que tendríamos suerte con las vacaciones de playa.




La entrada del Banyan Tree


Lo siguiente en el programa era ir a cenar. Al restaurante del hotel, el Water Court, así es que le hablamos a un carrito para que nos llevara. Ahí continuó nuestra aventura culinaria por Vietnam, un país con una de las cocinas más completas y saludables del planeta. Además de llena de sabores.




El atardecer se llena con linternas de
papel con colores cálidos


La piscina principal



La Cena en el Water Court



Después de estudiar la carta, le dijimos al mesero nuestros deseos.  Para nuestra hija mayor, pedimos la famosa sopa de pasta llamada Pho, con carne de res. Estuvo feliz. Nuestra hija mejor cenó rollitos primavera estilo Vietnam. Mi esposo comió de entrada también unos rollos primavera y después unos alambres de pollo servidos en un tronquito de caña de azúcar. Para mí fue una sopa de elote con cangrejos, ese fue el viaje de los cangrejos, ya les contaré; y los famosos  pancakes de Lang Co. Aquí les presentó las fotos.



Sopa Pho



Sopa de elote con cangrejos. Casi como en México



Los famosos pancakes de Lang Co

Alambres de res



De postre tuvimos un pastel de chocolate para mi esposo, no muy típico, pero preparado para los europeos y para mí, una gelatina de coco, servida en un coco de verdad. Todo fue maravilloso.



Rollos primavera estilo Lang Co



El postre



Logo del hotel


Así fue como terminó nuestro primer día. Muchas gracias por leerme y hasta el siguiente Aterrizando. ¡Que tengan una muy buena semana!















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