jueves, 9 de junio de 2016

La Biblioteca de Hogwarts en Oporto




¡Hola! De regreso esta semana para platicarles uno de los lugares más bonitos que he visto en mis viajes. La Librería Lello en Oporto, Portugal.



Llegamos a un lugar mágico:
la Librería Lello


Era el 21 de marzo y nuestro viaje por esta encantadora ciudad europea estaba por terminar. El día lo empezamos caminando desde el Hotel Vincci hasta la ciudad. El clima era maravilloso. ¡Soleado!




Cambio de planes, no a la Torre de los Clérigos



Vista desde el camino del Hotel Vincci a la ciudad



Nuestro plan era iniciar el día visitando la Iglesia y Torre de los Clérigos. Hicimos fila y de repente una empleada nos informó que la espera para entrar a hacer la fila de espera, sería de una hora. Y esto fue el motivo suficiente para que desistieramos de nuestros planes.




Y venía el viejo tranvía



De ahí, caminamos unos minutos y llegamos hasta la Librería Lello. Ahí tuvimos que hacer fila para entrar, porque aunque es una librería, se paga el precio de entrada, mismo que se descuenta cuando se compra un libro. Esto es por la cantidad de gente que ha entrado sólo a ver la librería y no ha comprado nada.



La Torre e Iglesia de los Clérigos





Dentro del mundo mágico de J. K. Rowling: la Librería Lello




Esta es la fachada de la librería



La autora inglesa, Joanne K. Rowling estuvo casada con un portugués y vivó en Oporto. Cuenta que esta librería fue su inspiración para describir la escenografía de la Escuela de Hogwarts. Y bueno, al entrar la escalera nos recuerda las escenas de la película. Aquí les muestro algunas imágenes de esta librería.






Sus preciosas escaleras


Obviamente en la librería, se pueden adquirir los ejemplares de la historia de Harry Potter. Pero compré otro libro.  Uno de JulioCortazar, Queremos tanto a Glenda, mismo que ahora leo.

Visitar esta librería es toda una experiencia. Todavía encontramos piezas del recuerdo, como la primera caja registradora, ubicada en el segundo piso. Obviamente es difícil transitar por los pasillos de la librería, considerando la cantidad de turistas ahí adentro. Pero definitivamente vale la pena hacerlo. Nuestras hijas estuvieron maravilladas ahí adentro.



Su segundo piso. Toda una personalidad



Del mundo mágico, al mundo culinario: Hora de tapas portuguesas



Tapas en Tascö


Al terminar la visita, mi esposo nos llevó a un restaurante que aparecía en la guía turística que habíamos leído, el Restaurant Tascö. Comer ahí fue toda una delicia.



Después de la comida, a caminar por Oporto


Seguimos caminando. Caminando de regreso al Hotel Vincci, pero antes nos paseamos un poco por la ciudad, y claro, por el Duero.



A caminar un poco por la Ribera del Duero


Ahí compramos el último pescadito de tela para nuestra pared. Al parecer son un souvenir muy común en Oporto. Era domingo y la tienda en dónde había comprado los primeros estaba cerrada. Así es que estuve feliz de tener mi colección de 5 para colgarlos en la pared del baño.



Las famosas casitas de Oporto

Ya era tiempo de regresar. Y lo hicimos caminando hasta el hotel. No fue ningún problema, porque el clima nos lo permitió. Mañana era el último día en la ciudad, antes de regresar a Basilea.  ¡Gracias por leerme y nos vemos en el siguiente Aterrizando!

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