jueves, 22 de noviembre de 2012

Hamburgo, la ciudad más bonita de Alemania



Visitando nuestro antiguo hogar, en la calle Valentinskamp

Ahora les voy a narrar nuestra visita a la ciudad alemana de Hamburgo, que hicimos durante las vacaciones del 7 al 10 de octubre.

Escribir sobre Hamburgo es remontarme al pasado. Ahí vivimos mi esposo y yo hace ocho años y  medio. Nos mudamos de Viena, Austria, al norte de Alemania. Todo por motivos de trabajo. Ahí nació nuestra primera hija.


La nueva área de nuestro rumbo que no
conocíamos

Vivimos cuatro años en la ciudad, llamada por los alemanes, "la ciudad más bonita del mundo" (die schönste Stadt der Welt). Y bueno, si acaso no es así, por lo menos sí es la más bonita de Alemania. No por nada es uno de los escenarios más solicitados para filmar series de telévisión y películas.

Nosotros vivimos en el área conocida como Niendorf Nord, a veinte minutos de la ciudad. Un área verde y muy cerca del aeropuerto. Pasados unos dos años, tuvimos la necesidad de volver a vivir en la ciudad y encontramos un departamento en pleno centro. En el Gänsemarkt. En un edificio histórico convertido en oficinas, discoteca, restaurante y departamentos. Aunque experimenté presencias sobrenaturales, volvería a vivir ahí. Definitivamente sí. Tengo muy bonitos recuerdos aunque me hicieron un poco la vida imposible. Las casas viejas tienen historias, por más que se empeñen en remodelarlas.


En el Hanseviertel

Pero volviendo a este relato, nuestro viaje fue singular, porque además de volver a visitar la ciudad, nos encontramos con algunas de mis amigas que tuve el placer de conocer durante mi estancia en Alemania. Imposible verlas a todas, pero por lo menos vi a cuatro de ellas. Me brindaron su tiempo y nos deleitaron con sus delicias gastronómicas.


La Iglesia Michael

Sólo viaje con mis hijas.  Mi marido tuvo que quedarse en Basilea, Suiza, a trabajar y mis hijas y yo teníamos vacaciones. Durante la primer semana de octubre, estuvimos todos juntos en el norte de Italia, pero la segunda, ellas me acompañaron por este viaje nórdico. Además, mi esposo viaja a cada rato a Hamburgo, por motivos de trabajo, pero nosotras teníamos mucho tiempo de no ir y mi hija mayor estaba muy emocionada porque quería visitar el hospital en el que nació.

Llegamos el domingo por la noche. Inmediatamente tomamos un taxi y nos recibió ese viento del norte. Definitivamente, estábamos en Hamburgo. En los cuatro años en que vivimos ahí, aprendimos a sobrellevar la lluvia llamada chipichipi. Pero no me puedo quejar, durante los días que estuvimos ahí, tuvimos cielo despejado y sol, mucho sol. Un poco de lluvia y claro, el aire limpio y puro del mar del norte. Necesito decir que extrañaba ese cielo azul que sólo se ve en el norte del mundo.


Jungfernstieg

Nuestra visita la iniciamos a la mañana siguiente, con un paseo por el que solía ser nuestro rumbo. Nos quedamos en el Hotel Marriot, en pleno centro de la ciudad, en el Gänsemarkt. Desayunamos y me llevé a mis dos hijas por la calle Valentinskamp. Fue muy impresionante reconocer que en estos ocho años todo ha cambiado. Frente a nuestra calle, a un lado del edificio Unilever, se encuentra un nuevo hotel, el Scandic. También han construido una panadería y una tienda de trajes para hombres. ¡Ah como me hubiera gustado cruzar la calle para ir por mi panecito cuando vivía ahí!

Lo impresionante fue ver que esta área se ha transformado con tres edificios habitacionales atrás de lo que era nuestro edificio. Lo que era el estacionamiento de la Editorial Axel Springer, hoy es un lugar para vivir. Creo que nuestro edificio fue uno de los pocos habitables. La demanda de vivienda se recrudece en Hamburgo. Hay mucha demanda, y poca oferta. Y los precios, por los cielos. Lo mismo pasa en Múnich. Esta ciudad y Hamburgo son muy solicitadas.


Rathaus

Regresamos rápido al hotel y luego continuamos el paseo por la ciudad. Lleve a las niñas a que conocieran el Palacio Municipal de Hamburgo (Rathaus), pero antes, hicimos una parada en la librería Thalia, en el Hanseviertel. Recordé todas mis mañanas, cuando paseaba por estos rumbos.
Las niñas se fascinaron de ver tantos cisnes y patos en el área del lago Alster, llamada Binnenalster. El tiempo nos sonreía, pues teníamos una mañana con sol.

Antes de irnos a visitar a mi amiga Valeria, pasamos por el nuevo centro comercial Europa Passage. Esta fue una de las atracciones que se abrieron justo cuando dejamos la ciudad para irnos a vivir a Suiza. Ahí nos tomamos un café y agua mineral y luego, nos fuimos a la estación del Metro Jungfernstieg, para ir a la estación Dehnheide.

Para mi sorpresa, las líneas del metro cambiaron. Ya me lo había dicho mi amiga, y justo cuando me fui a la línea del metro que siempre utilizaba para llegar a su casa, me di cuenta del cambió. Caminamos de regreso por toda la estación y nos subimos a la línea correcta. Antes, viajaba con la línea U2 y ahora, cambió a la U3.

Binnenalster


Mis hijas estaban fascinadas de ir viendo la ciudad a través del Metro.Llegamos a la casa de mi amiga y estuvimos muy felices platicando como en los viejos tiempos. Comimos una rica lasaña y de postre, un pastel de manzana.

Después, fuimos a la esperada visita al Elim. En este hospital nació mi primera hija. Para nuestra sorpresa, estaban remodelandolo. Hamburgo está corriendo a pasos agigantados hacia la modernidad. Lo pudimos constatar muy bien en este viaje.


Aquí pasé mis días haciendo ejercicio, en el
Kaifu Lodge, y nadando en su piscina, cuando
estaba embarazada. El Elim está a unos cuantos
pasos desde aquí

Finalmente llegamos al hotel. Me lleve a las niñas al restaurant favorito de su servidora y de mi marido: El Block House. Por suerte, no lo extrañamos mucho, porque en Basilea también hay uno. En el Gänsemarkt, como en los viejos tiempos. Antes de la cena, hicimos una visita a una de nuestras tiendas favoritas, Budnikowski.


Encontramos la ciudad muy cambiada.
Dammtor


De regreso al hotel, nos preparamos para dormir. A la mañana siguiente seguiríamos recorriendo la ciudad y veríamos a nuestras amigas Romelia y Natalie.

¡Buenas noches Hamburgo!

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