jueves, 8 de septiembre de 2016

Playa, Zumba y Familia: Mi viaje al Continente Americano, parte 3



El arcoiris sobre el cielo mexicano


¡Hola! Estoy de regreso para contarles sobre mi penúltimo día en Cancún México.  Un viaje que nos sirvió para descansar y para ver a la familia mexicana.

No queríamos que el tiempos se acabará, pero la Zumba Convention nos esperaba en Orlando Florida. Esta empezaría el 28 de julio, así es que tendríamos que viajar el 27 por la mañana. Teníamos que aprovechar hasta el último momento en este paraíso mexicano.



Detalle de los pasillos del Hotel Emporio



El día transcurrió como los anteriores, con la novedad de que nuestra hija menor realizó su deseo de hacerse trencitas. Las chicas que trabajan recorriendo las playas de Cancún le cumplieron su sueño. Sólo se hizo hasta la mitad de la cabeza. ¡Le quedaron muy bonitas!




Caminando por el hotel



Ese día, fue para seguir cumpliendo mis antojos de comida mexicana. En el desayuno probé un bisquet y una concha de vainilla. Y no pude evitarlo, también comí una tostada. Y aproveché para ir a la tiendita del hotel y comprar unos roles de canela Bimbo y unas galletas Sponch de Marinela. No importa lo que digan los especialistas en nutrición, este lujo tenía qué darmelo.



Cuarrtos en el centro del hotel
El nuestro estuvo al lado derecho



Teníamos que disfrutar  el último atardecer en Cancún




Imposible dejar de probar esta concha y el bisquet


y ni hablar de la tostada


Aunque han cambiado un poco,
todavía me gustan



La cena la hicimos en el Restaurant Condimento en compañía de la familia mexicana.  Fue una cena bufett estilo mexicano. Después, nos fuimos a sentar en jardín al lado de la piscina de niños. La noche nos trajo la refrescante brisa del mar, después de la tarde soleada. ¡Teníamos que asolearnos para cargarnos de energía cuando el invierno llegará a Europa!


Estas Sponch les encantaron a nuestras hijas



Fue así como casi terminaban las vacaciones. Al día siguiente volaríamos con American Airlines rumbo a Miami y de ahí a Orlando. Por lo menos nos quedaba un poco de tiempo para reunirnos con la familia. No me quiero poner sentimental, pero nos costó despedirnos. No quedaba otra opción, teníamos qué viajar.

Así terminó nuestra visita a México. Las vacaciones de verano todavía no terminaban, nos quedaba un poco más de tiempo en el Caribe. ¡Hasta el siguiente Aterrizando y mil gracias por leerme!



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