domingo, 5 de mayo de 2013

Sydney: razones de su belleza turística


¡Hola, espero estén pasando un feliz domingo en donde quiera que estén! Ahora les quiero presentar nuestro segundo día en la ciudad de Sydney.


Caminito a la Opera House


Como siempre, fui la primera en despertarme. Mi esposo y nuestras dos hijas dormían y a mí me tocó ver la Opera House y el Puente Harbour bajo un cielo ligeramente gris. Era la mañana del 15 de febrero y las vacaciones continuaban.

Después del desayuno en el Hotel Quay West Suites, nos fuimos a caminar por el típico paseo turístico en Sydney: el Circular Quay. De este puerto salen las embarcaciones de Ferrys a diferentes puntos de la ciudad y a donde llegan también cruceros. Como ese día en la mañana, que apreciamos desde el cuarto del hotel.



Obra arquitectónica del danés J.  Utzon



Para hacer tiempo a que se quitará la lluvia que nos sorprendió desde que salimos del hotel, visitamos un café abajo de la Opera House, en dónde vimos a todos los turistas, dispuestos, como nosotros, a recorrer cada rincón de la ciudad.



Panorámica desde el Jardín Botánico



Aprovechamos también y visitamos la tienda de regalos de la Opera, en dónde las niñas le echaron el ojo a dos recuerditos de la ciudad. En nuestra primer visita, compramos la Opera en miniatura. Así es que nuestra compra no fue exagerada.



El Jardín Botánico: Un oasis en la ciudad, aunque
se escuche cursi. Y además, salió el sol




El siguiente punto a visitar en este paseo matutino fue el Jardín Botánico Royal de Sydney, que tan bien tenía en la memoria, de mi primer visita a esta ciudad. Un típico jardín al estilo inglés y en medio de la ciudad. Esta vez nos hicimos unas fotos en la famosa Silla de Macquarie, llamada así en honor de la esposa de Lachlan Macquarie, un gobernador de la provincia del Sur de New Wales. Uno de los pioneros de este continente. La silla forma parte de una elevación natural en este parque. Desde ahí se tiene una panorámica hermosa de la Opera y del Puente Harbour.



Martin Place

Seguimos el camino por el parque y llegamos al área empresarial de Sydney, en un lugar llamado la Plaza de Martin. Martin Place. Ahí encontramos un restaurant y vimos a los oficinistas en su hora de comida. Todo esto en medio de un hermoso clima veraniego.

Queen Victoria Building



Al terminar de comer, visitamos dos centros comerciales. Primero, fuimos a The Strand y al final, al Queen Victoria Building. De ahí, recibí un bonito regalo del día de San Valentín que me hizo mi esposo. Un nuevo monedero de la marca italiana Mywalit. Me gusta mucho, por sus colores y porque se puede usar también como bolsa. Me enamore inmediatamente de él.



Su Monorail

El Darling Harbour fue nuestra siguiente visita, y para llegar hasta allá tomamos el metro, llamado en Sydney Monorail. Este puerto es una visita obligatoria para todos los turistas de Sydney. Ahí se encuentran también tiendas, restaurantes y cines. En el puerto nos refrescamos con un delicioso helado y visitamos una farmacia.



Darling Harbour


De regreso a la ciudad, tomamos un barco Ferry. Con este paseo nos maravillamos de la vista al llegar al Circular Quay: la Opera y el Puente Harbour. Lo que seguía en el programa era un merecido descanso en el hotel.  Después, nos pondríamos guapos para ir a cenar al Restaurant Doyle, con una hermosa vista de la Opera House.


Uno de los diferentes Ferrys de Sydney


Y el crucero que en la mañana llegó y que tapaba la Opera House, se fue. Por eso, tuvimos una deliciosa cena a base de pescado contemplando la belleza arquitectónica de la Opera. En nuestro primer viaje también habíamos visitado este restaurant. Nuestras hijas disfrutaron de su pescado empanizado con papás fritas. Fish and Chips, como mejor se le conoce en Autralia.



Vista de la Opera House desde el restaurant Doyles
en Circular Quay de la ciudad


Antes de terminar el día, nos tomamos unas fotos familiares frente a la Opera. Con una bella luz del atardecer en este continente. Caminamos de regreso al hotel y nos preparamos para el siguiente día, del cual les contaré en mis siguiente Aterrizando. Por lo pronto les deseo un feliz domingo y una buena semana. ¡Hasta pronto y muchas gracias por leerme!


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