jueves, 5 de marzo de 2015

Río de Janeiro en Carnaval



¡Hola¡ Ya estoy de regreso en este blog. Hoy les quiero platicar nuestro viaje a Sudamérica el pasado febrero del 2015. Nuestro viaje empezó el 14 de febrero, viajando desde Zurich, con Swiss, haciendo escala en Sao Paulo, para aterrizar en Río de Janeiro. Viajamos aprovechando las vacaciones de invierno de nuestras hijas.



Nuestro primer pao de queijo, en el
aeropuerto de Sao Paulo



Este viaje fue muy añorado. Teníamos desde hace un par de años, muchas ganas de conocer el sur del continente Americano. El año pasado habíamos visitado Centroamérica. Panamá para ser concretos y el Caribe. La isla de Aruba. Afortunadamente, siempre hemos ido a México, porque es mi país de origen.




El Carnaval de Río




Vista desde el cuarto del Miramar



Llegamos a Río. Habíamos reservado un taxi del hotel y en el trayecto hasta el mismo, empezó la aventura. Desde que empezamos a descender, fue impresionante ver la ciudad. ¡Inmensa!  Realmente tuvimos un vuelo maravilloso, porque fue en la noche del sábado y pudimos dormir las casi doce horas de avión. Así es que llegamos más o menos fresquecitos al Hotel Miramar.

Ni lentos ni perezosos, y en una media hora ya estábamos en la piscina del hotel. Con una hermosa vista de Copacabana. El sol brillaba en su máximo esplendor y la playa estaba llenísima. Era domingo y el domingo de Carnaval. 





Copacabana en domingo



Ahora que termino el viaje, puedo decir que a pesar de los días del Carnaval, pudimos ver muy bien la ciudad. Decidimos no ir a la presentación de las escuelas en el Sambadrome, porque las presentaciones de las mismas empiezan a partir de las once de la noche y terminan a las seis de la mañana del día siguiente. Esto lo haremos cuando nuestras hijas sean adolescentes y aguanten las desveladas. Ellas aguantarán.  ¿Mi esposo y yo? No lo sé si lo haremos bien, pero lo intentaremos. Seguiremos a la juventud de nuestras hijas. Bueno eso son los planes, porque una cosa es segura, a Brasil regresamos, ¡eso no cabe duda!



Vista desde la piscina



En nuestros cuatro días en Río, disfrutamos ver a la gente bailando y desfilando en sus disfraces. Sí, muy ligeros de ropa, pero felices. Eso es lo especial del Carnaval de Río. Toda la alegría en su música y en su gente. 



Inmensa. Copacabana



Visitando una Churrascaria. Toda una experiencia


Regresamos al cuarto para bañarnos y arreglarnos. El programa del día continuaba con la visita a una churrascaria. Esa era la ilusión de mi marido. ¿Y bueno qué les puedo decir? Calidad de buenas carnes existe en todos lados. México, por supuesto, Estados Unidos, Argentina, Australia, en fin. Pero el sabor de una en Brasil, es único. Todavía recuerdo lo tostado, un sabor especial de la parrilla carioca. 


Churrascaria Palace. Pintura con personalidades de Río


Fue así como llegamos a la Churrascaria Palace. Comer en una es toda una experiencia. El comensal llega y empieza con el buffet de ensaladas y otras delicias. Recomiendo tener un poco de ensalada, y olvidarse del resto de los manjares. Es mejor concentrarse con la carne.



Los camiones de comparsas amenizan las calles de
Río durante el carnaval


A partir de entonces. Comienza el desfile de carnes. Los meseros llegan con sus alambres y cortan hasta que uno dice, gracias, así está bien. Uno no termina con el primer corte de carne y ya está listo el siguiente mesero con uno nuevo. ¿Postre? Mejor no. Vale la pena concentrarse en la carne.




La playa, de regreso al Hotel Miramar



Lo bueno de nuestra primer aventura culinaria, fue que de ida y vuelta, caminamos.  Fueron unos veinticinco minutos hasta la Churrascaria Palace, disfrutando el ambiente del Carnaval, escuchando la auténtica música brasileña y ver los disfraces más originales. De regreso, hicimos el mismo camino, por el malecón. 



Llegamos al Hotel Miramar





Fue así como terminó el primer día. Alrededor de las nueve de la noche, ya habíamos cerrado nuestros ojos. Descansamos realmente porque dormimos hasta las seis de la mañana del lunes 16 de febrero. Listos para iniciar nuestra visita al Cristo Redentor. El Corcovado de Río. Esto se los contaré e ilustraré en el siguiente Aterrizando. Les doy las gracias por leerme y les deseo una bonita semana. 



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