Santiago de Chile: Neruda and the mountains. March 2019

Hotel Cumbres Lastarria

Hello again! Return to Aterrizando to tell you about an adventure through the American Continent, our trip to Santiago de Chile, after visiting Easter Island. This was in March 2019.

Many things have happened in the life of my family, so the delay in writing this entry in Landing. Since mid-2019, we have moved from Switzerland to South Africa. So he hadn't spent much time writing about this trip. Now that we are in the Quarantine for the Corona Virus, because the nostalgia for traveling is great and what better way to combat it than remembering past trips.

Restaurant Mulato

Our journey through Santiago de Chile began on March 13, after visiting Easter Island, also belonging to Chilean territory. We arrived in the afternoon. On a LATAM flight, the Chilean airline. We were in the Chilean summer. It was very interesting to see the mountains on our way to the hotel. Santiago de Chile is a city in the Andean mountains.

And we arrived at our hotel. Cumbres Lastarria Hotel. Very central and perfect for walking the next day throughout the city. At the moment it was dinner time and we decided to visit the restaurant on the corner, hoping to eat typical dishes and yes, we had them. Mulato, Market Cuisine. There we savor their cuts of meat, accompanied by a Chilean wine, Syrah. The empanadas could not miss and of course, with dessert, bacon from heaven.

Empanadas

Syrah

The way to the hotel only a minute, it was next door. It was time to sleep and prepare for a nice summer day on the streets of Santiago.



Walking to the Cerro de Santa Lucía

View from the room

Nothing could be more beautiful than walking in the Chilean sun at 10 in the morning and seeing the streets of Santiago come alive. Our first point on the tourist agenda was to walk to Cerro de Santa Lucía. We had an excellent panoramic view of the city. On the hill is the Hidago Castle, which was built in the 19th century. The sun at that time was pleasant, so going back down to the city was not a hot problem.

Back at the Plaza de Armas, we sat down to enjoy a Chilean beer and the girls from some delicious hot dogs. In El Rincón del Portal, we sit outside. From there we could see the Metropolitan Cathedral and also, the coming and going of the Chileans during their midday break.

Arriving to Cerro de Santa Lucía

After the break, we continued walking to visit some shops, including Hites, and to visit the Palacio de la Moneda, current residence of the Chilean President. Time was pressing, because soon we would return to our hotel to meet my friend from the Tecnológico de Monterrey, Maggie is Chilean but has Mexico in the heart. We met while we were studying some subjects of the Bachelor of Communication degree. And of course, she speaks like a mexican.

View from Castillo Hidalgo

Castillo Hidalgo

Walking in the city

Plaza de Armas

Salvador Allende

Palacio de la Moneda

After greeting each other and not having seen each other for a long time, since we only communicated on Facebook, we sat down to talk in the hotel's terrace restaurant. She took us to la Chascona, the house where the poet Pablo Neruda lived. It was one of the best things we could take from Chile.

Chascona, Pablo Neruda house

With Maggie

Lovely details

Patio Bellavista

Dinner at Azul Profundo

Mist Ice Cream Roll

Afterwards, we returned to the hotel on Uber to change and go to dinner. Maggie took us to the Patio Bellavista. But first we had dinner at the Azul Profundo restaurant. An authentic Chilean food, with the best fish and seafood. Afterwards, we walked among the shops of the Patio Bellavista and for dessert, we had an ice cream with Mist Ice Cream Roll.

Bye, bye Santiago

This place is really a must visit for the tourist. We really enjoyed the summer night and a good chat with Maggie. Our daughters bought some souvenirs and we all enjoyed the good ice cream.

The night ended and we returned to the Hotel Cumbres Lascarria. Our visit to Santiago de Chile was about to end with another stop before returning to the European Continent. We were going back to Toronto, Canada, to spend one night before our flight to Basel, Switzerland.

Hello again, Toronto

Thank you very much for joining me in this account of a past trip, of more than a year. Now that we are in Quarantine due to the Corona virus, I have time to update this blog that was interrupted by our move to another continent, Africa, in Cape Town. We have been living here since July 2019. We are very grateful that we reached the African continent before the virus, because the move would have been even more difficult. Well, I wish you a good week and take good care of yourselves please

Madrugando para ver el amanecer con los Moais de la Isla de Pascua

Así encontramos a los 15 moais de Tongariki

¡Hola! de regreso en este blog antes de terminar el 2019. Hoy les quiero contar una experiencia sin igual que vivimos en la isla de Pascua durante el mes de marzo del 2019.


Era el 13 de marzo. Esa noche no pude dormir muy bien. Me desperté a las 3 de la mañana. Dormíamos en el Hotel Altiplánico de la Isla de Pascua. Estuvimos hospedados en dos cuartos un poco lejanos el uno del otro. Más que cuartos, parecían casitas. Como no quisimos dejar a las niñas solas, decidimos que mi esposo dormiría sólo en uno y yo con las dos en el segundo cuarto o casita.

Reinaba el silencio en ese amanecer

No sentí miedo, pero estaba emocionada, creo que por eso no pude dormir. Teníamos que madrugar para manejar hasta Tongariki.

Amenazaba la lluvia

Tongariki es el centro ceremonial más grande de la isla. Se puede manejar desde la capital, Hanga Roa o bien ir en bicicleta. Nosotros tomamos quizá el camino más largo, pero el más interesante, porque nos tocó ver a los caballos salvajes de la isla, todavía durmiendo cuando pasamos cerca de ellos antes del amanecer. Manejamos en la oscuridad completa. Por suerte en Rapa Nui no pasa gran cosa. Parece que los actos criminales no existen. Todo es paz en la naturaleza. Al menos viajando seguro en auto.

Dejamos el hotel a las seis y media de la mañana, ya  con las maletas casi listas, porque nuestro vuelo sería antes del mediodía. Estábamos emocionados de ir a Tongariki.

Los moais de Tongariki protegiendo desde siglos a sus habitantes

El pueblo estaba vacío. Casi a las siete de la mañana, las casas mostraban plena oscuridad. Al parecer las clases comienzan casi a a las nueve. Ni siquiera nos topamos con otros autos, probablemente los turistas tomaron otra ruta, la más rápida.


Llegamos a Tongariki. El estacionamiento estaba llenísimo. Hasta nos encontramos con un puesto de café. Muy improvisado, con termos y sin techo. Listo para esa mañana gris.

Empezaba a aclararse el día

Y en eso, empieza la lluvia. El día anterior el sol era intenso. Estuvo caluroso. Por eso me atreví a decirles a nuestras hijas, que se pusieran shorts. Y también lo hice yo. De repente, la llovizna nos hizo temblar un poco por el frío.  Nos abrazamos los cuatro y después nos sentimos mejor, calientitos. El espectáculo estaba por comenzar.


Estaba oscuro y nos instalamos enfrente de los moais. No los podíamos ver muy bien. Sólo aprecíabamos su silueta en la oscuridad.

Esa maána, el sol no saldría

Poco a poco el cielo empezaba a iluminarse. No lo pudimos ver en todo su esplendor. La lluvia y las nubes grises lo impedían. Pero ahí estaban, esos gigantes de piedra.

La llovizna se quitó

Tuvimos demasiada suerte porque no fuimos muchos los turistas reunidos ahí. Me imagino que los encargados de la entrada controlan la cantidad de personas que ingresan a Tongariki.

Nuestro deseo fue haberlos contemplado con la luz del sol. Tendremos que regresar a Tongariki, Pero a pesar de haberlos visitado en un día gris, los gigantes eran imponentes. Los protectores de Rapa Nui.

Moai separado de las 15 estatuas

Escuchamos pocas reaciones de admiración, todos estábamos concentrados admirando cómo la luz iluminaba las figuras míticas. El tiempo corría y nuestro avión pronto despegaría rumbo a Santiago de Chile.

Add caption

Por eso decidimos irnos antes de que el la luz del día avanzará más. Nos faltaba desayunar y dejar el hotel para irnos al aeropuerto. Sólo nos quedaba un poco de tiempo para caminar por las otras figuras de Tongariki

Adiós Moais de Tongariki

De regreso al Hotel Altiplánico



A nuestro regreso al hotel,  la vida en el pueblo progresaba. Los niños ya estaban llegando a la escuela y la gente empezaba sus labores cotidianas. Llegamos a desayunar al hotel y dejamos este maravilloso lugar para adentrarnos en el Continente Americano, a Chile.

Adiós Hotel Altiplánico

Así fue como le dijimos adiós a esta isla encantada. Esperamos regresar otra vez y disfrutar la tranquilidad que vivimos por sus alrededores. Y por supuesto, visitar a mayor cantidad de Moais que podamos.

Volamos con LATAM, rumbo a Santiago de Chile

Mil gracias por leerme y hasta el próximo Aterrizando.