miércoles, 22 de octubre de 2014

Conociendo Nueva York casi a pie: nuestro segundo día



Así amaneció Park Avenue el 6 de agosto




De regreso para contarles nuestro segundo día en Nueva York durante agosto del 2014. La noche anterior dormimos relativamente temprano, antes de las diez de la noche. Por suerte no tuvimos muchos problemas con el cambio de tiempo. Eran las seis de la mañana del 6 de agosto, cuando despertamos. Nos bañamos y salimos a las siete de la mañana a caminar por la avenida Park Avenue. Nuestra misión era encontrar un café para desayunar. Y esto no fue difícil, considerando que la mayoría de los neoyorkinos desayunan caminando. Llegan a su café favorito y compra todo para llevar. Así llegan con su desayuno al trabajo si no les dio tiempo de comerlo en el camino.




Desayunamos en Cosi



Cosi, fue el café que encontramos no muy lejos de nuestro Hotel Gansevoort. Las niñas comieron un quequito de chocolate, así, delicioso, totalmente americano y para sorpresa nuestra, no les gustó. Dijeron que estaba demasiado dulce. Ya tienen el paladar europeo, como el papá. Nosotros los probamos y nos parecieron deliciosos. Esta cafetería nos pareció muy especial porque ahí mismo elaboran el pan y los productos son frescos.  Se nota la calidad. Como todo en Nueva York, el Cosi también tiene precios altos.


Central Station


Nuestra comida fue un poco de granola con yogurt y el descubrimiento culinario de ese día: los squagels. Huevo revuelto en un pan tostado y con una rebanada de queso cheddar. ¡Delicioso! Desde entonces, también los comemos en casa.



Su interior



Después del desayuno, caminamos hacia la Central Station. Ya la gente caminaba hacia sus oficinas. El día comenzaba en esta gran ciudad. Las calles eran limpiadas con chorros de agua, la gente con perros los paseaba en su caminata matutina. Los niños eran llevados a la escuela y claro, el tráfico apareció, como siempre en la Gran Manzana.




La pisicina en la terraza del Gansevoort.
La visitaríamos la siguiente mañana



En la Estación Central entramos rápido en una tienda de conveniencia. Regresamos al hotel para prepararnos a lo que sería una larga caminata. Sólo así se puede conocer Nueva York. Pero antes, fuimos a conocer la piscina del hotel, que tenía una hermosa vista el Empire Building. Hicimos fotos desde su terraza bar, que a esas horas de la mañana estaba vacía, pues ya había vivido sus mejores horas durante la noche y madrugada anterior.




¡Llegó nuestro ferry!


Imposible caminar desde el hotel hasta el ferry que nos llevaría a ver la Estatua de la Libertad. Por eso tomamos un taxi y llegamos hasta la estación del State Island Ferry. El viajar en este ferry es gratis, servicio de la ciudad de Nueva York.




Y ahí estaba, la Gran Dama


Otro de los State Island Ferry



Desde ahí, pudimos observar muy bien la Estatua de la Libertad. Esta vez no la visitamos, pues ya lo habíamos hecho en nuestro anterior viaje a esta ciudad. En su lugar, decidimos visitar Ground Zero, el lugar que fue testigo de la tragedia del 11 de septiembre. Fue así como llegamos con el ferry al Financial District.




One World Trade Center vista desde el
West Thames Park




Impresionante las paredes de la fuente,
con los nombres de los que fallecieron




Caminamos desde la Whitehall Terminal Manhattan y caminamos por todo el West Thames Park, un área de recreación en plena ciudad.  Llegamos a Ground Zero. Nos era difícil aceptar que antes habían existido las Torres Gemelas. Ahora estaban las fuentes o las north y south pools. Fue un poco escalofriante ver los nombres de todas las víctimas en las paredes de las fuentes. Los guardias de seguridad se encargan de que los visitantes no utilicen las paredes de recargaderas, lo cual me parece bien. Junto a a las fuentes, se puede entrar a visitar el 9/11 Memorial y Museo. Obviamente el One World Trade Center es impresionante y nos hace recordar lo que ocurrió en el 2001.




Mural cerca de Ground Zero



Cerca de Ground Zero, existe un mural que recrea el trabajo de los voluntarios durante la tragedia. Un hombre se encarga de contarle al visitante todo lo que ellos hicieron durante la tragedia.
Dejamos este histórico lugar  y nuestro siguiente destino era caminar por todo el Puente de Brooklyn. Hacía mucho calor en Nueva York, pero en ese momento tuvimos mucha suerte, porque estaba nublado. El clima perfecto para caminar. El camino en el puente se dividía entre ciclistas y peatones. No muy cómodo, pero la vista era maravillosa.



Caminando por el Brooklyn Bridge



Terminamos la travesía y llegamos hasta el Brooklyn Park. Nuestro siguiente destino era el River Cafe, que conocimos en nuestra anterior visita. Pero desilusión, estaba cerrado. En la página en Internet no lo anunciaron. En nuestra última visita comimos al mediodía con una bella vista del puente. Esta vez, buscamos un café en el parque y comimos unos bocadillos. Desilusionados, caminamos hacia el Ferry, para comprar nuestros boletos de regreso a la ciudad.



Vista desde el Puente de Brooklyn



Mientras esperábamos el barquito, comimos unos deliciosos helados que estaban casi al lado de la estación. El lugar se llama Brooklyn Ice Cream Factory. También nos hicimos muchas fotografías en la explanada del parque hasta que llegó nuestro ferry. ¡Ahora sí, ya iríamos de regreso a Manhattan!

Ya en Manhattan, volvimos a caminar hasta el Hotel Gansevoort en Park Avenue. La caminata había sido larga, pero todavía no acababa. Descansamos un poco en el hotel y nuestro paseo seguía con la visita al Rockefeller Center, a su mirador Top of the Rock, desde donde apreciaríamos el Empire State Building y toda la ciudad de Nueva York.




Desde la Explanada del Parque Brooklyn


Caminamos de nuevo desde el hotel y llegamos al Rockefeller Center. Enfrente, se encuentra el Radio City Hall, toda una leyenda en la ciudad. No esperamos mucho comprando ni haciendo fila, porque habíamos pagado nuestra entrada por internet. Así es que nos dedicamos a admirar la belleza arquitectónica de Nueva York.




Llegamos al Rockefeller Center



Al salir, fuimos directo a la tienda de Lego, que está en el centro comercial del Rockefeller Center. Ahí les compramos a las hijas una réplica del Empire State hecha con los bloquecitos de Lego.
Se llegó la hora de la cena y nos dimo el gusto comiendo unas autenticas hamburguesas americanas en el restaurant a los pies del Rockefeller Center, Del Frisco´s Grill.




Vista desde el Top of the Rock



De regreso caminamos de nuevo hasta Park Avenue. Pero antes, pasamos por Times Square. También visitamos la tienda de juguetes Toys R Us que está en este lugar . Hermosa la rueda de la fortuna que construyeron dentro de la tienda.  Nuestras hijas, felices, especialmente la menor, pues recibió un libro para colorear.




La cena en Del Frisco's Grill



Caminando por Times Square,




La noche era maravillosa, pues la temperatura había descendido un poco. Estábamos cansados, pero felices de haber visto tantas cosas maravillosas y en especial de caminar. Nos dimos un baño y la cama. Mañana nos esperaba una nueva atracción, the High Line. ¡Buenas noches, Nueva York! Muchas gracias por dejarme compartirles este día en la ciudad que nunca duerme. ¡Hasta el próximo Aterrizando!


En el Toys R US de Times Square



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